Las afirmaciones del gobernador Samuel García en torno a que en Nuevo León estamos cerca de superar la falta de agua, son declaraciones muy esperanzadoras.

Y, que aún con la carencia del servicio de agua potable en muchos de los hogares, unos más regulares que otros, desde luego es una luz al final de la crisis del 2022.

Sin embargo hay que estar claros que este final al que se refiere el ejecutivo estatal no está a la vuelta de la esquina, pues el consumo nunca será suficiente.

Sobre todo, cuando por años se ha tenido el servicio de agua ahora sí que a manos llenas y que hoy por hoy, Nuevo León está entre las grandes entidades en crisis.

A seguirle cuidando el agua, porque a esta temporada de Canícula nada más por citar un aspecto de ella, le faltan muchos y largos días de seca, más los que se sumen.

Pero mientras se hacen malabares para salir de la crisis del agua y que esta llegue a la población, definitivamente cualquier aporte es una tablita de salvación.

Por lo que la cacería de tomas clandestinas, el traslado del abasto a la zona metropolitana de Monterrey, la distribución con pipas y demás, son herramientas que no estorban.

Sino que por el contrario, no dejan de ser una salida directa a los problemas de escases, como lo serán el uso de los tinacos que las escuelas tienen. Excelente.

Lo que si sigue siendo una resistencia, es como diría el gobernador Samuel García la falta de empatía para apoyar en las labores por sofocar la crisis del agua.

Pues es lastimoso que de los municipios donde se han vivido tristes historias de devastación de áreas boscosas y de apoyo constate por los incendios, ahora se les olvida.

Cuantas veces se ha requerido del apoyo solidario se ha otorgado en lucha constate y a brazo partido, y ahora que se requiere del envío de agua a la capital surge la resistencia.

Pero ni hablar, por lo que no descarte ante la crisis del agua, que continúen las protestas, las manifestaciones y hasta los bloqueos de la defensa del agua.

Quién sabe si sea por aquello de que mucho ayuda quien no estorba, pero casualmente y de un tiempo a la fecha, aquellos políticos que andaban muy enjundiosos robando cámara en la crisis del agua se apagaron.

Eso sin contar aquellos que se han distinguido por su protagonismo y que hoy por hoy, simple y sencillamente no aparecen ni asoman la cabeza ni por accidente, olvidando que estas son las historias que cuentan.

Y, si no lo quiere creer basta con contarlos con los dedos y se dará cuenta que no llena ni una de sus manos, por lo que vale la reflexión.

De que el fiscal general de justicia en Nuevo León, Gustavo Adolfo Guerrero, tiene una ''papa caliente'' en sus manos de por lo menos dos o tres casos polémicos de feminicidio no hay ni la menor duda.

Sin embargo lo más crítico de la situación es, que a cada uno de los espinosos casos que tienen más picos que un serrucho, no se salva de la quema ni con la creación de la fiscalía especializada en feminicidios.

Pues Guerrero, como Director Técnico de cualquier equipo de futbol al final de cuentas es el responsable de los resultados palpables que su fiscalía tenga y la que parece seguir dando palos de ciego.

Por lo que en un examen de conciencia habrá que ver hasta donde estira la liga de situaciones que parecían resueltas y que parecen resurgir con nuevos y pequeños detalles que indican que los casos siguen ''vivos''.

Y, si no lo quiere creer pregúntele a Gerardo Martínez, a Mario Escobar, padres de Yolanda, de Debanhi y de aquellos por los que sus familiares volvieron a tomar las calles del primer cuadro de la capital de NL.