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Opinión Editorial


Seguridad


Publicación:29-11-2021
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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana dada a conocer por el INEGI al tercer trimestre de este 2021.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana dada a conocer por el INEGI al tercer trimestre de este 2021, el 64.5% de los mexicanos nos seguimos sintiendo inseguros, aunque, claro, Nuevo León “se cuece aparte”, y de los municipios metropolitanos en San Pedro sólo un 14.5% de sus habitantes percibe la falta de seguridad como un problema del cual preocuparse.

Con el único fin de hacer un ejercicio editorial equilibrado, le comparto que el ENSU arroja que luego de los sampetrinos, sólo el  28.6% de los nicolaítas se siente inseguro; luego le siguen Apodaca (33.2%) y Santa Catarina (33.7%).

Posteriormente Guadalupe (49.6%), Escobedo (51.5%) y Monterrey (64.1%).

Y aunque en apariencia en el denominado municipio modelo pareciera que se vive en un mundo de caramelo o que en la ciudad capital todo está color de hormiga, la verdad es que el panorama es o debería ser de preocupación y ocupación para todos; de entrada porque esta percepción aplica a septiembre.

De entonces a la fecha las circunstancias han cambiado y hoy la violencia alcanza los 1,000 asesinatos, en promedio 3 por día. A ello súmele la denuncia de desaparición de menores en municipios metropolitanos.

Démonos de santos que no somos baja California Sur, Campeche, Colima, Nayarit o Tlaxcala, estados en que según el  Secretariado del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los delitos del orden común han reportado alza en los últimos cinco años.

Y no, no tenemos “Vengadores”, ni siquiera un “Chapulín Colorado”, que por ahora nos salve de este panorama.

Sabíamos que el confinamiento al que nos orilló el Covid-19 disparó la violencia familiar; creíamos que por la pandemia podría haber más hambre debido al desempleo y pensábamos que ello podría orillar a muchas personas a robar; pero los grandes delincuentes, los del huachicoleo, los que piden piso, los carteles, se las han ingeniado para seguir sobreviviendo y diversificando sus actividades.

Mientras esto sucede, los “buenos”, cambiamos de hábitos: evitamos salir de noche, limitamos las visitas a la familia y nos cuidamos de lo que traemos a la vista, para evitar un atraco. Se vive con miedo.

Y las redes sociales se convierten en una forma de enterarse de las cosas que pasan en el vecindario para tomar mejores decisiones en torno al autocuidado.

Para “buena suerte” de las policías municipales, en este instrumento del INEGI salen bien libradas ya que más del 60% por ciento de los habitantes de la zona metropolitana de Nuevo León los considera efectivos y mejor aún, les tiene o tenemos confianza.

Claro, esto no es para dormirse en sus laureles sino para emprender mejores estrategias.

Ya de por sí es bastante incómodo escuchar que viene una nueva oleada de Covid-19 denominada Ómicron; es agobiante imaginar siquiera que deberemos volver al confinamiento, tan agobiante como pensar, sentir, vivir o ser protagonista de una situación de inseguridad.

Es, pues un gran y eterno reto, es un compromiso y es lo que habitantes de este hermoso estado nos merecemos.




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