Tiempo atrás de esta anécdota que escuché en reconocida estación radial: "hoy 21 de marzo, es de asueto en México, porque hoy comienza la primavera".

Tras la tremenda carcajada que solté, vino la reflexión de "si don Benito (Juárez) viviera, seguro volvería a morir". Y sí, mi conclusión fue que al noticierista en comento le faltó documentarse (aunque esa fecha particular, se supone, son de las primeras que aprendemos en la escuela primaria), estar mejor preparado. No es que sea malo improvisar en un programa en vivo, pero ilustrarse es regla de oro si lo quiere hacer bien. Y porque es una responsabilidad y compromiso hacia la audiencia.

Como dije, de eso hace ya varios ayeres, pero bien vale una leve reflexión porque justo, así como se exige compromiso y responsabilidad de quien lee noticias, esos atributos deberían aplicar a todo oficio y profesión, por muy humilde y sencilla que parezca.

Recién vi un reel en Tik Tok de una entrevista que se le hizo a varios menores respecto a sus aspiraciones profesionales al llegar a la adultez. Le sorprendería pensar que la gran mayoría quiere convertirse en "influencer", "streamer" o "youtuber". Todos ellos, casi la tercera parte, quiere generar contenidos por Internet.

Bueno, malo, regular, ingenioso o no, eso es a lo que aspiran muchos de nuestros jóvenes y llevan lo que comienza como pasatiempo, a una "profesión" o modo de vida. Muchos, lo reconozco, lo logran.

En los tiempos de nuestros bisabuelos y más hacia atrás, lo que había por profesión se concretaba a ser abogado o sacerdote, o al menos era lo más habitual, lo mismo que los médicos. Quien se inclinaba por algo así, podría potencializar sus conocimientos y luego surgieron escritores, maestros, periodistas, sociólogos, una cosa fue llevando a la otra y cada habilidad se fue convirtiendo en una nueva profesión, una profesión que por supuesto, nos llevaba al trato con las personas, al trabajo en equipo, a la investigación.

No quiero denostar a los influencers o youtubers. Las tecnologías de la información nos han abierto áreas de oportunidad hacia nuevas cosas: lo que hace una azafata, qué hacer si tu deseo es viajar, qué comidas preparar, a qué restaurante acudir, destinos, maquillaje, moda y un larguísimo listado de etcéteras.

Mi deseo es que, por un lado, quien aspire a generar contenidos de los cuales aspire a vivir, no lo lleve al aislamiento social; que sea cual sea su aportación, lo haga con total conciencia y bien documentado, para que no sea una "fake news" más.

A propósito de Benito Juárez, cuyo natalicio celebramos este 21 de marzo, bien aplicaría decir que fue un gran influencer de la vida nacional y continental, mucho antes de que  se acuñara este término y mucho antes de que hubiera modos inmediatos de comunicación.

Siendo un campesino oaxaqueño de origen zapoteca, busco prepararse y con carrera y título en mano pasó a la vida política de México; pese a no ser militar, defendió a nuestro país durante la intervención francesa.

A salto de mata anduvo por el territorio nacional, haciendo una presidencia itinerante cuando la circunstancia lo obligó y con él cargo el Archivo General de la Nación, el cual juró proteger. Polémico para algunos, promulgó las Leyes de Reforma, que le dieron una nueva fisonomía a la vida del país.

Un influencer, o lo que es lo mismo, una persona con liderazgo, visión y amor por México que aún 217 años después de su natalicio, se le sigue recordando y por cuyo legado se vive este día feriado.