Opinión Editorial
Amar a la mascota
Publicación:20-02-2023
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Cada vez se normaliza más que en lo hogares se cuente con la presencia de una o más mascotas.
Cada vez se normaliza más que en lo hogares se cuente con la presencia de una o más mascotas.
El INEGI, en su Primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) de 2021, arroja que en el 69.8 por ciento de los hogares hay alguna mascota. En total suman 80 millones de animales de compañía de los cuales 43.8 millones son canes, 16.2 son felinos y el restante es una miscelánea de especies pequeñas.
Gratamente me complace saber que en los tiempos que nos toca vivir, se va fortaleciendo el marco jurídico para el respeto animal, y se promueve entre las personas, privilegiar la adopción sobre la compra de animales que, pasada la novedad, pasan a la vía pública generando con ello un problema social.
También se normalizan cada vez más, los espacios “pet friendly”.
Hoy 20 de febrero se celebra tanto el Día Mundial del Gato, como el Día de Amar a la Mascota. Utilizo esta curiosa efeméride como mera referencia pues, como lo he dicho con anterioridad, no necesitamos una fecha especial para conmemorar o celebrar algo.
Eso sí, una fecha particular permite visibilizar una situación, en ocasiones un problema, que permita generar conciencia social y a nivel gubernamental, facilita la implementación de políticas públicas pertinentes.
En el pasado reciente, Apodaca abrió las puertas de su Centro de Bienestar Animal; Escobedo habilitó Comités de Bienestar Animal y antes que ellos, otros como San Nicolás, ya habían puesto en marcha acciones gubernamentales enfocadas hacia el bienestar de los animales de compañía.
En fecha reciente, Nueva York plasmó en sus leyes que no se comercialicen animales de criadero en las tiendas de mascotas y Nuevo León hizo algo similar.
De manera paralela, crece el número de instituciones que con entusiasmo, rescatan, cuidan y facilitan la adopción de animales.
Si he de hablar de esta servidora, le comparto que mi felicidad abarca perros, gatos y una tortuga; alguna vez hubo en casa “cotorritos de amor”, canarios, y loros. A todos ellos les hemos brindado amor, alimento, vacunas, atención veterinaria y lo que se llegue a ocupar.
No soy la única; como yo, un amplio espectro de conocidos, ama, cuida y respeta a sus animales de compañía. Y también como yo, cuando uno de ellos se ha ido, lo lamenta y le duele la pérdida.
Se dice que crecer en compañía de animales reporta beneficios a las personas; esto fue más palpable a partir de la pandemia, cuando los animales de compañía coadyuvaron en cuadros de ansiedad o depresión.
En un aspecto psicológico, una mascota desarrolla en las personas una sensibilidad diferente y propicia valores como el respeto y la empatía, además de fortalecer el sistema inmunológico.
Desafortunadamente, de cuando en cuando aparece en redes sociales algún “lady” o “lord”, agrediendo a un animal que, por fortuna, es evidenciado y visibilizado su maltrato de tal forma que se pueda rescatar a la mascota en cuestión. Pero es la variable, no la constante.
Si una mascota se ha convertido en parte de su familia, enhorabuena. Siga amándola y cuidándola tal y como lo merece, juegue y conviva con ella. Los animales son seres sintientes que pagan al mil por uno, la devoción y el amor que reciben, con más amor.
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