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Opinión Editorial


Riesgo fatal


Publicación:26-06-2020
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Que a pesar de la reapertura económica, a petición y presión de los grandes empresarios, los contagios siguen aumentando en Nuevo León

“No hay que cantar victoria antes de tiempo”, “Más vale prevenir que lamentar”, “No por mucho madrugar amanece más temprano”,  estas y otras frases célebres de  la sabiduría popular, por no decir lugares comunes, ojalá sirvieran para que la población pudiera captar que el riesgo de contraer y contagiar el coronavirus sigue latente. Que a pesar de la reapertura económica, a petición y presión de los grandes empresarios, los contagios siguen aumentando en Nuevo León, donde quizá importe más el dinero que la vida.

 El coronavirus no se ha acabado ni se mitigado ni se ha controlado, sigue “vivito y coleando”, como dice otra frase célebre y si acaso pudiera decirse eso del nefando virus. Crece de forma exponencial y sigue cobrando vidas humanas. Eso es motivo suficiente para que las recomendaciones iniciales se mantengan vigentes: no salir a la calle, no andar sin protección facial, lavar bien los alimentos, desinfectar la casa, usar gel antibacterial y demás recetas que de aplicarse previenen del contagio. Pero al parecer todo eso ha caído en oídos sordos, “No hay peor sordo que el que no quiere oír”, dice otra frase citable.

 Todavía hay sitios que permanecen con las puertas cerradas: cantinas y teiboles, gimnasios y albercas. Qué bien. Hay otros, como restaurantes y fondas, mercados y centros comerciales, que abren parcialmente y siguiendo todas las precauciones al pie de la letra. Y hasta donde se sabe, no ha habido concentraciones masivas de gente ni a nivel doméstico como bodas, quinceañeras y otros eventos sociales, además de funerales. Claro, hay sus excepciones. Ayer o antier hubo una boda en San Pedro, la cuna del coronavirus en Nuevo León, con más de 200 invitados. El alcalde, Miguel Treviño, brincaba de coraje. Y los alrededores del Mesón Estrella están atiborrados de personas y puesteros. La condición social no es pretexto para acatar o no las disposiciones. Y la saturación del transporte urbano en cualquiera de sus modalidades es un  riesgo enorme. Un  infectado puede contagiar a 20.

 A 4 meses de la detección del Covid-19 en México, los casos y los fallecimientos siguen aumentando, lo que significa que la pandemia no ha bajado, si bien no se ha llegado a niveles alarmantes como en otros países. Y Nuevo León sigue a la cabeza de los estados con menos infectados. Sin embargo, hay ya 389 contagios diarios que ascienden a 7 mil 785 personas enfermas y 10 muertes. Es grave. La subdirectora del Hospital Metropolitano, Amalia Becerra, dio positivo. El director del IMSS, Zoe Robledo, dio positivo. Eso significa que la cosa está gruesa.

  Si los contagios aumentan día a día en el estado, significa que el virus se sigue esparciendo. No ha disminuido. Y si la población, por urgencia económica, por compromisos familiares, por trabajo, no toma las precauciones correspondientes, se enfermará. De tal manera que la consigna sigue siendo la misma: “No salgas de casa”.

 Mucho se especula en torno a la pandemia. Unos dicen que no existe porque no conocen a nadie enfermo, que en los hospitales obligan a enfermos a que digan que es coronavirus, que es una trampa del gobierno para tapar sus desfalcos, que es una conspiración judía, que es la cuarta profecía de Nostradamus. Quizá el pensamiento mágico, propio de una ciudadanía con bajos niveles de estudio, impere sobre el pensamiento científico.

 Pero más vale que digan la frase célebre “Miedoso pero vivo”, a que digan “Tan bueno que era”, otra frase célebre.



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