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Opinión Editorial


Feministas


Publicación:10-03-2023
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“Las mujeres pueden ser terribles con las mujeres”

Antier 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer por lo que contingentes de mujeres, a nivel global, nacional y local, salieron a las calles a, se supone, celebrarlo, pero en realidad salieron para que por todos lados se escuche su voz que reclama mejores condiciones de vida, igualdad de oportunidades en todos los órdenes, cese a la violencia contra ellas, alto a los asesinatos de género y a las desapariciones, entre otras demandas justas y necesarias.  

Y en este sentido la lucha que ellas libran es o debe ser compartida por todas las áreas de la sociedad y en particular por los hombres que son, a juicio de ellas, quienes lastiman y vulneran los derechos de la mujer a un libre tránsito, por ejemplo, o a participar en campos antes vedados. No es nuevo, la historia consigna numerosos actos de misoginia. Uno de ellos, el más grave, las mujeres no tenían derecho a estudiar, no era necesario que aprendieran a leer y a escribir porque sus funciones se constreñían a las labores del hogar, a la crianza de los hijos y a servir a su marido como gehisas analfabetas.    

En este sentido el hombre era (o es) el enemigo. Pero las teorías feministas han analizado las circunstancias sociales y han llegado a la conclusión que el comportamiento del hombre para con las mujeres es parte de la estructura capitalista de la sociedad, es decir, el hombre también es víctima de un sistema opresor. Si así se comporta es que ha sido obligado a comportarse así. 

Y la respuesta de la mujer ante esta situación es vencer las barreras que le impiden su superación. Al hacerlo se gradúan de profesionistas y algunas ocupan altos cargos directivos en las empresas. En otras palabras, el sistema capitalista ya tiene a su favor no solo a hombres sino a mujeres. Y en el capitalismo, muchas personas carecen de empleo, entonces hombres y mujeres se dedican a vender cualquier cosa o a desempeñar cualquier oficio a cambio de unos pesos, que por lo general no alcanzan para el gasto.  

Y en su lucha a favor de sus derechos las mujeres enfrentan además otros enemigos igual de peligrosos: las mujeres. La ministra copiona Yazmín Esquivel ostenta un alto cargo en el poder judicial gracias a que se fusiló sus tesis de maestría y después su tesis de doctorado; la ministra Norma Piña ha dejado libres a delincuentes y narcotraficantes y a políticos acusados de corrupción: la maestra Elba Esther Gordillo quien convirtió el Sindicato de maestros en su emporio personal; son solo tres ejemplos de mujeres que denigran a las mujeres. No se diga de aquellas que por suerte alcanzan un puesto de tercera en alguna dependencia pública y tratan con las patas a las y los subordinados  

La poeta y narradora Erica Jong, conocida sobre todo por sus libros Frutas y vegetales y Miedo de volar, analiza la obra de algunos poetas entre ellos el chileno Nicanor Parra detectando signos misóginos en su poesía. Si  eso hacen los poetas, qué no harán los hombres de la calle, reflexiona. Y su poesía la coloca al otro lado, al lado de las mujeres y expresa: “Sigue siendo difícil lograr la libertad para quienes queremos ser”.

Pero a diferencia de las apasionadas y alienadas mujeres, que no feministas, que destruyen bienes materiales, Erica no pierde su capacidad crítica y concluye: “Las mujeres pueden ser terribles con las mujeres”.     



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