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Opinión Editorial


Saña del poder público en San Pedro


Publicación:10-02-2023
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Las fuerzas policiales allanaron la casa y causaron destrozos, por orden del Alcalde, para clausurar el salón de Cultura “Las Cuatro Estaciones”

Solo la época más negra del fascismo en Italia se puede comparar con el uso de toda la fuerza pública que aplicó el alcalde de San Pedro Garza García, Miguel Treviño de Hoyos, contra un ciudadano de su municipio. 

El ciudadano afectado, sin deberla ni temerla y cuya conducta está a años luz de actos inapropiados, es el señor Gustavo de la Garza Ortega, reconocido empresario de las comunicaciones con su empresa Marcatel y quien se ha distinguido en su probidad al auspiciar eventos culturales, centros educativos y otras actividades filantrópicas.  

La sociedad de Nuevo León todavía no puede procesar cómo en la ciudad más habitable  de México, en el municipio más rico de Latinoamérica, en la ciudad sede de los corporativos más importantes del país como Cemex, Femsa, Vitro y Alfa, por mencionar algunos, se pueda registrar una acción lenitiva de la autoridad municipal con una saña tan inaudita. 

Esa acción punitiva es propia del más déspota dictador contra un ciudadano. Y más si se agrede a un ciudadano que ha labrado su fortuna a base de mucho esfuerzo y dedicación y que la destina en su mayor parte a la promoción y difusión de actos culturales y académicos que el gobierno municipal de San Pedro no hace. 

Los primeros días de febrero del año en curso casi toda la fuerza pública y administrativa del Municipio, conformada por 58 personas y 24 vehículos, más la camioneta blindada del alcalde Treviño de Hoyos, que a corta distancia estaba dirigiendo el atropello sin orden judicial de por medio, tumbaron el protón de acero de la propiedad del empresario. 

Las fuerzas policiales allanaron la casa y causaron destrozos, por orden del Alcalde, para clausurar el salón de Cultura “Las Cuatro Estaciones”, por el simple hecho de ser un centro de convivencia en fechas tradicionales y conmemorativas de diciembre, febrero, mayo, septiembre, con familiares y amigos, además de organizar exposiciones y conferencias. 

Los destrozos y clausura de este centro cultural es parte del domicilio privado del empresario y su familia. De tal manera que la acción del alcalde fue a todas luces una invasión a la propiedad privada, al respeto de familias y abuso de autoridad.

El empresario de comunicaciones, Gustavo de la Garza, es reconocido por ser un filántropo que apoya a los jóvenes con becas para sus estudios a través de la fundación “Beca Jorge García Abaroa, A.C.” Colabora con la Universidad Autónoma de Nuevo León, la organización LULAC, el Conalep Nuevo León, el Centro Cultural la Rosa de los Vientos, el Patronato de la Sinfónica de Nuevo León.

El alcalde Miguel Treviño de Hoyos tolera la venta de bebidas adulteradas y drogas en un sinfín de antros que embrutecen a los jóvenes sampetrinos y se hace de la vista gorda ante las ejecuciones del narco en el municipio, pero no tolera que el empresario Gustavo de la Garza promueva y financie la cultura, las bellas artes y la educación 



« Arnulfo Vigil »