Opinión Editorial
Puesteros
Publicación:20-01-2023
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Además la insalubridad que propagan, la falta de respeto, la arbitrariedad en los precios de los productos, son otros problemas adyacentes a los puesteros
Uno de los problemas ancestrales y que además de dar mucha lata pone en riesgo la vida de las personas, al obstaculizar las aceras para el libro flujo, es el del comercio informal. Además la insalubridad que propagan, la falta de respeto, la arbitrariedad en los precios de los productos, son otros problemas adyacentes a los puesteros.
Las administraciones anteriores, emanadas del Partido Revolucionario Institucional, no hacían nada al respecto para moverlos de los sitios inadecuados, o, mejor, sí hacían: promovían la instalación de más puesteros. Una razón era clara y poderosa: la mayoría de los puesteros estaban manipulados por la CTM, uno de los brazos políticos del PRI. Entonces no había forma de poner orden el comercio informal. Se decía que la lideresa cetemista Gloria Mendiola era dueña de la mitad de los puesteros por la calle Colegio Civil.
En las administraciones del Partido Acción Nacional sucedía casi la misma cosa. Casi, porque no cooptaban a los puesteros por vía sindical sino que lo hacían en acuerdos oscuritos con los líderes de los sindicatos. Entonces los puesteros eran intocables. Y esa es la verdadera esencia del problema, por decirlo de esta manera. Es claro que los oferentes no son los dueños del puesto. Ellos trabajan para alguien, no un empresario sino un líder político de cualquier color. (Aunque se sabe que los dueños, árabes de apellidos Marcos, tienen puestos en la calle 5 de mayo.) Hasta el PRD tenía bajo control a los puesteros de la calle Morelos y entre calles. Y las administraciones de esos partidos los dejaban hacer a cambio de votos en los procesos electorales.
Eso ocasiona pugnas y críticas del comercio organizado a través de la Canaco. Mientras las tiendas establecidas pagan impuestos y cumplen con la Ley del Trabajo, los puesteros no. Y mientras los comerciantes establecidos pagan importaciones, fletes y demás requisitos del comercio internacional, los puesteros no. Ellos reciben la mercancía, de procedencia china, en el lugar de la venta, porque alguien la compra al mayoreo.
Por eso llama la atención que el presidente municipal de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, del partido Movimiento Ciudadano, haya dado un paso adelante para poner en orden este problema que ocasiona tantos malestares. No es fácil. Ya los había retirado pero se volvían a poner en clara flagrancia al reglamento de comercio. Hasta que al parecer ya fueron retirados por completo. El Ayuntamiento ha destinado sitios para que puedan establecerse y operar adecuadamente.
Pero no. La inercia pesa mucho. Y uno de los mayores riesgos es la corrupción del cuerpo de inspectores de comercio. Es bien sabido y está documentado que los inspectores reciben “moches” a cambio de no cumplir con su misión. Y que esos “moches” suben hasta mero arriba del Ayuntamiento. Quizá el alcalde de Movimiento Ciudadano pueda remediar el asunto. No por ser de Movimiento Ciudadano, un partido sin porvenir, sino porque es la demanda de cientos de regiomontanos que ya no hayan la puerta, o sea, la banqueta. No es posible que por unos cuantos que se benefician económicamente desde la impunidad sufran cientos de ciudadanos.
Y ni siquiera los precios de sus productos son bajos.
« Arnulfo Vigil »