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Opinión Editorial


La música


Publicación:15-06-2020
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La música amansa a las fieras.

 

“Sin música la vida sería un error“

Nietzsche

La música amansa a las fieras, se dice por ahí. Es una leyenda inspirada en la mitología griega según la cual Orfeo, poseedor de un extraordinario don, embelesaba  a todo aquel que lo escuchaba tocar su lira, incluyendo a los traicioneros dioses del inframundo.

La historia del mundo está llena de bellísimas piezas que aún hoy en día nos inspiran, o nos ponen nostálgicos, o bien, felices. Muchas parejas, se sabe, hacen propia una canción para su historia de amor.

Las caricaturas y la televisión también están salpicadas de música; es más, sin ella no habría anclas para recordar a la Pantera Rosa, o Historia de Amor, más películas, series y telenovelas.

¿Recuerda usted al demonio de Tazmania quien, al escuchar música dejaba su fiero espíritu para casi flotar? ¿Acaso ubica al Doctor Gregory House llegar a casa después de una larga jornada y sentarse al piano?

Coincidiendo con el solsticio de verano, la Fiesta europea de la Música tiene lugar el 21 de junio y aunque en México, el Día de la Música o más bien, de los músicos, se celebra el 22 de noviembre, gracias a la Alianza Francesa hay una segunda festividad inspirada en la fecha del viejo continente.

La Fiesta europea de la Música nace en 1982;  es una celebración destinada a valorar la diversidad de prácticas y géneros musicales; siempre tiene lugar en espacios al aire libre aunque, claro, este 2020 nada puede ser igual debido a la pandemia del Covid-19.

Pero más allá de una efeméride, hoy apelo a la música como una herramienta de acompañamiento y hasta de permanente sanación y alimento al alma.

Hoy no es necesario acudir a un concierto- aunque, claro, la vivencia y disfrute es mejor en vivo-, para evocar lo mejor de la música.

Dicen los grandes conocedores que la pieza Weigthless, de Marconi, es la más relajante del mundo. Otros más dicen que la música con frecuencia de 432 Hz eleva la vibración de las personas y despierta su energía positiva.

Gracias a “We Are The World” y “Live Aid”, “conocí” a una larga lista de extraordinarios músicos y cantantes.

Si me pregunta, yo me quedé con el pop de los ochentas –español e inglés-, pero eso no me impide disfrutar el antes y después de esta axial década en mi vida.

Mi propio rey musical fue, es y será José José. No podría estar más de acuerdo con Borges cuando dice que “la música me parece un lenguaje, no sé si más preciso, pero sí mucho más eficaz que el lenguaje de la palabra”. Y es que con la música lloramos, reímos, recordamos , compartimos, o nos solidarizamos.

Muchos grandes artistas, en la presente pandemia, han compartido con el mundo de manera gratuita, sus talentos para hacer más llevadero el confinamiento social.

Le concedo la razón a Schopenhauer cuando dice que “en la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad”.

Sea cual sea su música favorita, la que le inspire, mi invitación es a seguirla disfrutando. Gracias a la cantidad de plataformas existentes hoy es más sencillo acceder a ella.

Creo que bajo la presente coyuntura en que vive el planeta, la música es un gran catalizador del estado de ánimo, de salud y esperanza.

Cierro mi ejercicio editorial con una frase del compositor alemán Weber con la cual coincido plenamente:  “la música es el verdadero lenguaje universal”.

Comentarios: nelly.cepedagzz@gmail.com




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