La Semana Santa, la celebración más solemne de los católicos, terminó y por vez primera en su pontificado, el Papa Francisco no pudo encabezar el Viacrucis del Viernes Santo debido a su salud, cada vez más precaria. Si bien se evitó exponerlo a las frías condiciones del clima luego de salir de una complicación respiratoria, no ha sido su único padecimiento; se le ve, en ocasiones, un rictus de dolor debido a su limitada movilidad, que lo orilla, por prescripción médica, al uso de bastón y silla de ruedas.

Constantemente pide a la feligresía que ore por él y su salud. Pero si algo ha caracterizado al primer Papa latinoamericano es su sencillez y su espíritu reformista, su gran esfuerzo por hacer que todos los segmentos, como homosexuales o divorciados, sientan el amor de la Iglesia que, dice, siempre tendrá los brazos abiertos para recibirlos. No se trata de mera condescendencia, sino de acogerlos como lo que son, seres humanos dignos de amor, iguales a todos los demás.

Es cierto, es una "permisión" parcial hasta ahora ya que hay ciertas limitantes para participar en los ritos católicos; espero que gradualmente las cosas cambien.

Pero volviendo al tema de la salud del Pontífice, no es la única ocasión en que el Papa Bergolio ha debido suspender su participación en eventos importantes; debido al mal de ciática que le aqueja desde 2013 no pudo encabezar las celebraciones de fin de año en 2020; también ha tenido que posponer, en ocasiones, viajes internacionales.

El rosario de males que aqueja al Papa argentino incluye diverticulosis, ligamento roto de la rodilla que le impide caminar y más recientemente, las complicaciones respiratorias.

Y a pesar de todo, no ha pensado en hacer valer el decreto de su antecesor para convertirse en Papa Emérito, al menos eso ha dicho en algunas entrevistas; en vez de eso, ya ha tomado providencias ante una eventual indisposición por salud o algún accidente: ha entregado su renuncia que puede hacerse valer, dependiendo de la gravedad de la circunstancia.

Aunque al inicio de su pontificado y en más de una ocasión ha sido comparado con el carisma de Juan Pablo Segundo, que aún 17 años después de su muerte sigue siendo muy querido y aclamado, creo que a estas alturas es de reconocer que Francisco ha ido haciendo su propia cosecha de logros, simpatías, desaciertos y aciertos como líder mundial de los católicos.

Hará cosa de un mes, se estrenó en el streaming vía Disney+, el documental "Amén. Francisco Responde". Es una producción de casi 90 minutos en que el Papa Francisco contesta las preguntas de un grupo de 10 jóvenes de entre 20 y 25 años.

Se trata de una conversación informal en que encara los cuestionamientos sobre la homosexualidad, aborto, feminismo, el papel de la mujer en la iglesia, migración, racismo y no podía faltar el abuso sexual de sacerdotes católicos en todo el mundo.

Para ser alguien que no tiene acceso a un celular ni ve televisión salvo contadas ocasiones según sus propias declaraciones, el Papa Francisco dio cátedra dogmática en un lenguaje sencillo para sus jóvenes entrevistadores; después de todo él sabe que el futuro de la Iglesia Universal depende en mucho de los jóvenes y lo que diga y ponga en práctica los acercará o los ahuyentará.

Considero "Amén. Francisco responde", es un documental que vale la pena ver, analizarlo; creer o no creer en lo que dice, ya es una decisión personal, pero, caray, si el streaming, el cine y la televisión están llenas de cosas que adormecen el alma, que envenenan, el documental es un refresh en la fe y el amor como un sentimiento universal.