Opinión Editorial
Por un mejor 2023
Publicación:30-12-2022
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De panzazo, como dicen en el rancho, llegamos al final del tragicómico año 2022 que para algunos fue el lado A de la canción y para otros el lado B
De panzazo, como dicen en el rancho, llegamos al final del tragicómico año 2022 que para algunos fue el lado A de la canción y para otros el lado B. No pocas circunstancias y situaciones nos pusieron en señal de alerta, desde el inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania, los asesinatos de periodistas en México y la espantosa sequía que nos hizo conocer el desierto del Sahara en Nuevo León.
Llegamos raspando al final de año, pero llegamos. Es es lo bueno. Por lo tanto, las mejores actitudes de solidaridad, bonhomía, alegría, transparencia, sinceridad sigan siendo los principales motores del comportamiento individual y social. Y hacer a un lado las intrigas, las envidias, las grillas, la ineficiencia y la hipocresía. Entonces los mejores deseos para todos.
1. Que haya agua para todos. Que por ningún motivo se vuelva a repetir la crisis del agua que afrontamos este año ante la falta de previsión y sobre todo de un proyecto orgánico y a corto plazo de generar el agua necesaria cuando menos para el consumo humano. Y que no se aplique la fallida política de beneficiar a las empresas que utilizan el agua a borbotones para la elaboración de sus productos líquidos en contra de los ciudadanos. Es difícil porque el gobierno no cuenta con otros afluentes de agua más que las presas conocidas. Y cada día la gente es más en el estado, sobre todo el área metropolitana.
2. Que ya no haya siniestros en las unidades de transporte urbano por la imprudencia de los choferes, las presiones de las empresas para que recorran las unidades en determinado tiempo la ruta, que todas las empresas cuentan con seguro vigente, que el gobierno no encubra a los transportistas poderosos, como Senda y Lozano de Pesquería o Abelardo Martínez, que los funcionarios de transporte del gobierno no se vendan a los empresarios del transporte. Los dos recientes accidentes graves harán pasar a muchas familias momentos tristes en el fin de año.
3. Que la inseguridad, la violencia, los asesinatos, provocadas en mayor grado por las bandas del narcotráfico en alianza con grupos del gobierno o de la Fiscalía, baje de tono, gracias a una buena estrategia de seguridad diseñada por el estado, en alianza con municipios y la federación. Decenas de negocios bajan sus cortinas ante la exigencia del cobro de piso por los narcos, víctimas inocentes mueren en enfrentamientos armados, no pocos policías han sido detenidos por estar involucrados con las bandas de narcotraficantes. Además, claro, la persistencia en el robo a casas habitación, de automóviles, de pequeños negocios, a transeúntes, a mujeres.
4. Que la contaminación en todas sus variantes pueda ser frenada gracias a métodos innovadores, científicos, de reconversión industrial. La contaminación causa muertes de ciudadanos, ha provocado el cambio climático y ha destruido buena parte de las áreas habitables. No se combate la contaminación desde un escritorio, con escritos y viajes como lo hace el secretario Alfonso Martínez Muñoz, quien desde el inicio de sus labores no ha resuelto nada.
No son todos los deseos de año nuevo, pero sí los más urgentes de ser atendidos. El gobernador del estado Samuel García Sepúlveda no sólo debe desear un feliz y próspero año nuevo, ese lugar común, sino lograr que la felicidad adquiera grado de realidad en los ciudadanos. Para empezar atendiendo los problemas urgentes, los mencionados. Si no es así, 2023 será otro año más.
« Arnulfo Vigil »