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Opinión Editorial


Un nuevo modelo civilizatorio


Publicación:29-12-2020
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La emergencia sanitaria nos obligó no solamente a reflexionar sobre la importancia vital que tiene la salud para la familia, sino a movernos para protegerla

La Navidad y el Año Nuevo son fechas de celebración en todo el mundo, donde los valores más fundamentales de la humanidad, como la unión, la fraternidad, la solidaridad, el amor y la paz se fortalecen más que nunca.

Dichos valores universales están presentes en las familias de todas las naciones, a pesar de que la pandemia del Covid-19 no nos permitió poder vivir y festejar estas fechas como normal y tradicionalmente acostumbrábamos.

La emergencia sanitaria nos obligó no solamente a reflexionar sobre la importancia vital que tiene la salud para la familia, sino a movernos para protegerla como un valor esencial y así poder estar juntos un año más.

Por ello, nuestro mayor deseo es que cada uno de los integrantes de todas las familias se cuiden -extremando las medidas de seguridad y los protocolos de prevención- y disfruten del fin de un año inolvidable por lo terrible que resultó y el comienzo de uno nuevo.

Deseamos que vivan el año 2021 llenos de fe, amor y esperanza. Un año que traiga consigo muchas cosas buenas, que regrese la sana alegría y que nos devuelva la tranquilidad social y la dicha personal de volver a estar juntos y que otra vez las familias se estrechen en abrazos sin redes virtuales.

El ideal es llegar a construir una nueva sociedad, lo cual sí es posible, en donde todos los individuos seamos libres para ejercer los derechos humanos y las garantías sociales, así como para trabajar y ayudarnos mutuamente con el fin de buscar todos juntos el desarrollo sustentable y el bienestar colectivo de manera progresiva y a plenitud.

Las crisis sexenales que en México hemos padecido no se comparan con la que actualmente enfrentamos contra el invisible micro virus, por lo que necesitamos redoblar esfuerzos, de manera consciente e inteligente, en la lucha para controlar la pandemia, así como mantener sin tregua el combate a los grandes problemas estructurales de pobreza y desigualdad, de inseguridad y violencia, de corrupción e impunidad, que tanto nos afectan y empantanan.

Estamos convencidas de que todas y todos tenemos que participar en la revolución pacifica para llevar a cabo la verdadera transformación. Un cambio radical desde las raíces sociales, políticas y económicas de nuestro país, no un cambio cosmético o por “encimita” nadamás.

Si la Independencia, la Reforma y la Revolución fueron conquistadas a un costo muy alto de vidas y derramamiento de sangre, para llevar a cabo la Cuarta Transformación de México se necesita seguir realizándola por la vía pacifica y con un mayor apoyo popular y un amplio sistema de alianzas democráticas para poder sortear con mucha inteligencia a los grupos neoliberales de derecha que sometieron por más de 36 años a nuestro país.

Recientemente el sociólogo y ensayista portugués Boaventura de Sousa Santos, considerado el gran pensador de los movimientos sociales y autor de una extensa obra de investigación, señaló que la pandemia es una gran oportunidad para replantear el modelo neoliberal de desarrollo, de consumo y de producción que nos fue impuesto, el cual considera agotado y totalmente roto desde el punto de vista ético, social y político, por lo que para poder salir adelante proyectó tres escenarios posibles:

1.- Esta pandemia nos es una gripe que va a pasar y la sociedad regresará rápidamente a la normalidad, porque esa normalidad significa regresar al hambre, a la pobreza y a las condiciones de vida que la gente ya no aguantaba y por ello colmaba las calles de muchos países gritando “basta”.

2.- Se podrían hacer algunas concesiones para que nada cambie y que el capitalismo vuelva a ser rentable con sus clases dominantes. Además, habría que moderar la destrucción de la naturaleza y cambiar en algo la matriz energética, pero esto no va a resolver las cosas y así no se puede continuar.

3.- Esta es la gran oportunidad para empezar una transición hacia un nuevo modelo civilizatorio, porque es imposible hacerlo de un año para otro. Y esa transición empezará en las partes donde haya más consensos entre las minorías y las grandes mayorías que no pueden cumplir con quedarse en casa, con el distanciamiento social, con lavarse las manos y usar las mascarillas.

Con estas reflexiones sobre el cambio social, político, económico y cultural del futuro, les expreso mis mejores deseo de ¡Feliz Año 2021!      



« Lupita Rodríguez Martínez »