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Opinión Editorial


Primera línea de batalla


Publicación:11-05-2020
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Esta pandemia llamada Covid-19 se va extendiendo mucho más de lo que quisiéramos.

Esta pandemia llamada Covid-19 se va extendiendo mucho más de lo que quisiéramos, bien por tener un caso de infección en casa, por el aislamiento social o por la urgencia de generar ingresos.

Los padres de familia ya no saben qué hacer para tener entretenidos a los hijos; niños y niñas se vuelven cada vez más dependientes de las redes sociales, de las plataformas y gadgets y así vamos superando los 50 días de este fenómeno sanitario mundial.

Salvo un grupúsculo de salvajes que ha atacado a personal de salud, el resto de los mexicanos y los residentes de este hermoso planeta hemos reconocido en médicos, enfermeras y personal administrativo de los hospitales, a las personas más comprometidas, a los héroes del momento por estar en la primera línea de la batalla y muchos de ellos ni siquiera han podido vivir para terminar de contarlo al verse rebasado por el nivel de contagios.

En un ejercicio de agradecimiento, me gustaría evocar, además del personal de Salud, a todos aquellos motociclistas y demás repartidores que, como nunca, no paran de ir de un sitio a otro para hacer sus entregas en tiempo, y sin quejas de los usuarios.

Francamente desconozco cuántos serán, cuánto ganarán, pero gracias a ellos las familias pueden darse el lujo del distanciamiento social y evitar así, brotes que pongan los hogares en problemas.

Paramédicos, rescatistas, policías y elementos de vialidad se han convertido en otro segmento que no ha parado –aunque quisiera- durante esta pandemia.

La especial circunstancia que hoy nos toca vivir nos hace ver el lado más humano de los uniformados, la gente ha suavizado el mal concepto en que tenía a estos personajes que hoy sólo buscan el bien de las familias.

Ni qué decir del personal de Protección Civil que, además de apoyar en las labores de desinfección, atienden urgencias de lesionados en accidentes viales, más incendios forestales y hasta el arribo de la cigüeña, como sucedió recientemente en Santa Catarina con los elementos del grupo Jaguares.

¿Y sabe qué es lo mejor? Que estos chicos y chicas podrán perder horas de sueño, estar cansados y no ver a sus familias, pero nunca pierden su don de gentes y ni si espíritu de servicio.

Hoy, emulando a Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación, quiero cerrar este ejercicio editorial felicitando a las madres mexicanas, no sólo porque ayer fue su Día –con todo y que Claudia Sheinbaum quería “borrar la festividad” y dejarla para finales de año- si no por convertirse también en “trabajadoras” de la primera línea en esa contingencia.

De ellas depende en mucho, que el ciclo escolar pueda sobrevivir, y sobrevivir no sólo de “panzazo”.

Al tener a la chiquillada en casa, ella es la “responsable” no sólo el mantener limpios los espacios del hogar, preparar los alimentos, lavar trastes y la ropa, mantenerlos entretenidos y ahora, las clases de los hijos… y todo por el mismo “sueldo”.

La gratitud de todos nosotros debe ser, sí, al personal médico, pero que no se nos olvide que en la primera línea también están rescatistas, paramédicos, policías, agentes viales, repartidores de alimentos  y las madres de familia, todos ellos haciendo más llevadera esta cuarentena.

Si me permite el “comercial”, no echemos en saco roto las recomendaciones de quedarse en casa. Aplanemos la curva de la contingencia de una buena vez porque no sé usted, pero extraño tanto visitar, abrazar y hasta tomarme un cafecito con mis seres queridos.

Comentarios: nelly.cepedagzz@gmail.com




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