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Opinión Editorial


Aula virtual


Publicación:28-09-2020
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El verdadero desafío ha sido para madres y padres de familia.

Poco más de un mes ha pasado desde que inició el ciclo escolar 2020-2021 que, por condiciones que todos sabemos -entiéndase la pandemia-, arrancó como cerró el ciclo anterior: de manera virtual.

Nuestros niños, niñas, adolescentes y hasta universitarios, son “esponjitas” que mal que bien ya se han adaptado a esta “nueva normalidad” y sin chistar se levantan temprano, se bañan, desayunan y se sientan frente a un televisor, computadora o celular para atender a sus maestros.

El verdadero desafío ha sido para madres y padres de familia que, teniendo dos o más hijos con horarios “empalmados”, deben hacer toda clase de pericias para contar con los suficientes recursos tecnológicos.

La firma consultora IDC México estimó que el mercado de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), podría decrecer a razón de 4.1 por ciento este 2020 debido a la contingencia sanitaria y a la crisis económica familiar.

Falta de recursos, la hay; pandemia, también. Pero a reserva de verme profana en la materia, dudo mucho se cumpla este vaticinio pues las familias han hecho esfuerzos para adquirir lo que se necesita  y que nuestros hijos avancen en lo académico.

No es el único predicamento.  De la noche a la mañana mamá y papá se convirtieron en “maestros” y para ser el apoyo de su hijo se ponen las pilas para entender lo que dice el maestro a través de una pantalla.

Y mamá, que ya de por sí tiene trabajo en casa aseando, desinfectando, preparando los alimentos y lavando ropa –por decir lo menos-, ahora tiene que hacer rendir más su tiempo.

Roles destinados de manera ancestral a la mujer, se han ido cambiando para que papá también se sume a los quehaceres del hogar y repartir tareas.

No, de ninguna manera es sencillo, pero esta pandemia no da tregua aún y los menores deben estar en casa, al menos por ahora.

Lo sé, del otro lado de la pantalla los maestros también sacan la casta.

Algunos de ellosson verdaderos ejemplos al tener que “cranearle” para atender a su alumnado ya sea pidiendo prestada una computadora o bien contratar tiempo en ciber café.

Unos más, totalmente ajenos a la cultura tecnológica, han adquirido habilidades y con tropiezos, se han esmerado para dar la lección.

Sume a ello la gran cantidad de mensajes en los grupos de WhatsApp, las páginas de Facebook, donde los padres y maestros buscan ayudarse unos a otros.

Y segura estoy que el nivel de estrés está presente, al menos mientras se adquiere la rutina a la que nos ha  orillado el Covid-19.

JanKoum, Mark Zuckerberg, John LogieBaird, Guillermo González Camarena y Eric Yuan, sean quizá para usted sólo una pila de nombres, pero si ellos no hubieran creado el WhatsApp, Facebook, la televisión, la televisión a color y la aplicación Zoom, nuestro mundo en medio de esta pandemia no sería tan accesible.

No me queda más que reconocer a todos los héroes del día a día que en casa y fuera de ella se tornan resilientes para que cada niño mexicano siga adquiriendo conocimientos, después de todo, como decía Nelson Mandela “La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”.




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