Estaba la noche del sábado, algo tarde ya, en casa, y no podía dormir porque mis vecinos estelarizaron un desaguisado que terminó con la detención de uno.

A eso súmele que otros tantos vecinos seguían la fiesta haciendo uso de la pirotecnia generando un gran concierto de inquietos canes que lastimosamente ladraban ante la insensibilidad humana. Así comenzó mi 2022.

Con salud, sí; en familia, sí.

Pero en el barrio donde radico este tipo de incidentes generados por la violencia familiar, por las faltas administrativas y por la ausencia de conciencia cívica de nuestros vecinos es sólo una probadita de lo que pasa cada día más cerca de casa.

Usted habrá leído del incidente en que perdió la vida un presunto miembro de un cartel de droga, mientras que en la zona metropolitana el cierre de año y el comienzo del nuevo nos trajo una serie de ejecuciones.

Y  la verdad poco conforta lo que dice el secretario de Seguridad respecto a que este panorama cambiará en algunos meses.

En honor a la verdad yo quería comenzar mi primer ejercicio editorial del año compartiéndole herramientas que le y nos permitieran adquirir mejores hábitos para este 2022.

Comentarle cómo es que con voluntad dirigida podemos mandar al carajo al eterno saboteador interno que todos llevamos y que no nos deja cumplir propósitos que abonen a nuestra salud, a mejorar nuestras finanzas, a emprender caminos de abundancia.

Me propuse contarle que este 2022 habrá cuatro eclipses (abril, mayo, octubre y noviembre), dos de luna y dos de sol, de los cuales la mitad podrá apreciarse desde algunos puntos de México.

También que tendremos súper lunas en junio y julio. Digo, si es que como a esta servidora, le gustan los fenómenos que suceden en el Cielo.

Es más, hasta iba a spoilear la película de moda para que se animara a a disfrutarla y que comenzara de manera divertida este 2022.

En cambio, le recuerdo que la inseguridad no parece detenerla nadie.

Como balde de agua fría le saco a colación que el año comienza con el aumento al impuesto predial, regalo de las autoridades municipales.

Ah y por si no fuera suficiente, le refresco que estamos de manera oficial en la cuarta oleada del Covid-19 y que los aforos volvieron a la restricción y que hay largas filas para una prueba de PCR.

Y falta ver lo que nos depara la economía y empleo por este retroceso sanitario.

Nuestra realidad quizá no sea la mejor o la ideal, pero algo nos ha enseñado esta pandemia y es que somos altamente resilientes. Está en la vena de cada mexicano que ante la adversidad se crece.

Así que comenzando este 2022, lo invito a valorar lo poco o mucho que se tenga, a seguir echado para adelante y que ni las malas decisiones de nuestras autoridades ni la pandemia mermen la buena actitud. Hoy más que nunca, en este tercer año de Covid-19 y sus nuevas cepas, la unión de nuestras familias es lo que nos fortalece y nos motiva a continuar.

Aún con todos sus asegunes, que sea un bondadoso y próspero 2022.