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Opinión Editorial


AMLO y la UNAM


Publicación:02-06-2022
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Una universidad y sobre todo pública, debe permitir la convivencia de todas las ideologías y visiones sociales, políticas, económicas y culturales

Hablar de la UNAM no es fácil por la grandeza que representa. Tiene tantas aristas de análisis. Como institución pública fundada en 1910 tiene relevancia patrimonial, es la casa de estudios de todos los mexicanos, pero además es un referente de opinión de calidad nacional e internacional por su labor de investigación. 

Es la más grande de América Latina y de habla hispana, con casi 400 mil alumnos y 42 mil maestros; ocupa el puesto 83 entre 550 instituciones de educación superior en el mundo; su ciudad universitaria, es uno de los campus más grandes del mundo y además fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007. Los premios nobeles mexicanos son egresados de esta casa de estudios: Alfonso García Robles (paz, 1982), Octavio Paz (literatura, 1990) y Mario Molina (química, 1995). Sus egresados han recibido numerosos premios internacionales. 

En sus 110 años de vida ha tenido numerosos problemas de corte social o rebelde, por materias relacionadas con política, economía o filosofía, en las revueltas de 1929, 1968, 1987, 1999, entre muchas otras consideradas de corte marxista. 

¿Usted cree que una universidad de esta dimensión tiene como problema su inclinación derechista como dice AMLO debilitado?

Una universidad y sobre todo pública, debe permitir la convivencia de todas las ideologías y visiones sociales, políticas, económicas y culturales. La pluralidad de pensamiento debe ser una de sus principales virtudes junto con el diálogo y el respeto a la diversidad en tolerancia a las posiciones encontradas. Una casa de estudios debe partir del respeto a la persona y no puede agredir por pensar de una u otra forma. 

Imposible creer que todos sus alumnos y maestros piensen igual, así mismo, aunque tenga autonomía de gestión y gobernanza, es difícil pensar que no tenga influencia del partido en el poder, su presupuesto es del Estado. En la UNAM hay de todo. 

Entonces, el problema de Andrés, ¿cuál es? Que la UNAM no es su aliada y no ha podido manejarla a su antojo. Quizá pensaba que al igual que a los soldados, podría enviar a los docentes a sus proyectos estratégicos.

A AMLO debilitado le duele reconocer que su proyecto de transformación nacional no sea apoyado ni reconocido por los pumas de la UNAM, su Alma Máter, aunque seguramente tiene ahí muchos simpatizantes.

Ha tenido varios desencuentros en los que la UNAM ha marcado su raya. El primero fue cuando el presidente demandó al CONACYT por presunto fraude denuncia que para los académicos de la universidad fue desproporcionada; otro cuando el presidente llamó al regreso a clases presenciales, posterior a la pandemia, y la UNAM no lo hizo. Además, uno de los temas que más ha dolido a la comunidad universitaria, y que ha sido motivo de huelgas y protestas, es el acoso y violencia de género ante el cual hay un evidente desinterés de AMLO.

Andrés Manuel debilitado insiste en atacarla y aunque diga que sus comentarios sobre ella se han malinterpretado pues lo único que quiere es que siga siendo una gran institución, sigue criticando su derechismo y burocracia dorada (sic).

“Que no se mantengan cotos de poder, el influyentísimo y que no coopten a investigadores, a maestros, que no castiguen a los que no están de acuerdo con las posturas neoliberales, porque se llegó al extremo de que la mayoría de los maestros eran aplaudidores del régimen de corrupción, y estoy hablando de las ciencias sociales, se cundió de derechismo, con todo respeto”, expresó en octubre 2021 pero lo confirma siempre que puede afirmando que se ’derechizó’.

Su más reciente crítica tiene que ver con el poco apoyo de los estudiantes de medicina durante la pandemia. Crítica que molestó mucho a los académicos en especial a los de la escuela de medicina: "Claro, no puedo generalizar, más cuando los médicos, las enfermeras, la mayoría arriesgo la vida en la pandemia, hicieron algo extraordinario. Ah, pero hay una élite que tiene un pensamiento retrógrado".

"Es como el caso, con todo respeto, de mi alma mater, de la UNAM y como yo siempre digo lo que pienso, no me voy a callar, a reclamarles de que enfrentamos la pandemia y en vez de convocar a todos los médicos y estudiantes a enfrentarla, a ayudar, se fueron a sus casas… eso no deben hacerlo las universidades ni públicas ni privadas, pero mucho menos las públicas y mucho menos la UNAM".

AMLO debilitado no ha podido ni reformar ni utilizar a la UNAM, aunque le pese. 

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com



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