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Opinión Editorial


50 años de Avándaro


Publicación:13-09-2021
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Fue un sábado y domingo, 11 y 12 de septiembre de 1971, cuando se llevó a cabo el festival de Avándaro

Fue un sábado y domingo, 11 y 12 de septiembre de 1971, cuando se llevó a cabo el festival de Avándaro, el cual sobrepasó las expectativas que se tenían sobre su afluencia  y el éxito que significó para el movimiento contracultural y especialmente para la historia del rock mexicano.

El nombre oficial del evento fue Festival Rock y Ruedas de Avándaro, allí en el Valle de Bravo, en el estado de México, se organizarían carreras de automóviles, por lo que se pretendía proyectar  esta actividad asociando de manera propagandística un festivalmusical. Y vaya que funcionó, la expectativa original era de 5 mil asistentes, pero los números se dispararon y la asistencia sobrepasó a los 30 mil asistentes, según fuentes actuales se estima que se reunieron allí 250,000 jóvenes.

La publicidad del evento se realizó a través de un programa de radio llamado Radio Juventud,y a través de la comunicación directa, pasando la voz, como se decía entonces. Los festivales en otras partes del mundo eran ya comunes: Woodstock y Monterey Pop en  Estados Unidos, Ancón en Colombia, Festival Buenos Aires Rock, Festival de los Dominicos Piedra Roja en Chile, el Isle of Wight en Inglaterra.  En México, Avándaro se volvió en la imagen más duradera de un festival de la juventud a través de la música rock y el cierre de una época de contracultura, especialmente  reflejada en el movimiento de La Onda, y la expresión libertaria de los jóvenes mexicanos que buscaban y luchaban por una sociedadmenos autoritaria, más democrática, que respetara los derechos civiles básicos.

Cabe mencionar que ocho años antes de Avándaro, en Nuevo León realizamos un Festival de la Juventud para la Paz Mundial, en el municipio de Sabinas Hidalgo, y recibimos como respuesta  una fuerte represión violenta  por parte de grupos anticomunistas de aquella localidad. Como parte de nuestro festival teníamos una serie de actividades culturales, entre ellas pintura, cine, teatro y también música, pero el espíritu de nuestro festival  era diferente.

El festival de Avándaro poseía fines comerciales,  la entrada se cobraba a 25 pesos, quienes patrocinaban el evento eran empresarios del espectáculo ligados a Televisa, a los músicos se les ofreció 3 mil pesos por grupo, hubo más de 12 bandas musicales; los fines del evento eran principalmente lucrativos, pretendían  impulsar una carrera de autos que se llevaría a cabo  allí, finalmente fue suspendida por cuestiones evidentes de logística, las multitudes que allí acudieron volvieron imposible cualquier otra actividad. Se vendieron 25,000 boletos a 11 dólares cada uno (cambio actual). Económicamente sí fue un buen negocio. “Nuestra idea era ganar dinero. La cuestión del rock la metimos para divertirnos, pero el plato principal eran las carreras” así lo expresó uno de los organizadores.

En el caso del Festival de Sabinas Hidalgo, obviamente no cobramos ningún centavo, conseguimos transportación para los estudiantes que acudirían desde otros municipios, los talleres de arte y las actividades culturales fueron auspiciadas por los mismos artistas que participaron de manera altruista.

En el informe de las autoridades locales sobre el saldo que arrojó Avándaro, éste fue blanco, considerando tanta gente allí reunida. Obviamente, las intoxicaciones por drogas y alcohol que se reportaron son evidencia de la cantidad de sustancias que se manejaron en esa reunión multitudinaria.

En el caso de nuestro festival en Sabinas, no se llevó a cabo una actividad musical tan amplia como en Avándaro, los jóvenes que acudieron al evento, la mayoría eran estudiantes activos, no se consumieron drogas ni alcohol y, a diferencia de Avándaro, fuimos víctimas de una agresión violenta por parte de residentes de esa localidad.

En Sabinas enfrentamos un grupo de choque, eran personas armadas con objetos que representaban un peligro para nuestra integridad, especialmente con palos y piedras,nos persiguieron por las calles del municipio, y realmente tardamos tiempo en poder reagruparnos ya que la persecución hizo que nos dispersáramos  en distintas direcciones.

Del tiempo de la agresión a la intervención de las autoridades, considerando que las municipales estaban coludidas con los agresores, nos llevó más de doshoraspoder reintégranos en los grupos, algunos líderes como Celso Garza, estuvieron desaparecidos varias horas, seguramente retenidos por los lideres anticomunistas.Al igual que Avándaro, nos transportaron de regreso autobuses gestionados desde el  gobierno (estatal), considerando los riesgos que habíamos vivido y que estaban aún latentes.

Sería tal vez por cuestiones ideológicas, pero en 1963 la lucha política estaba alejada ideológicamente del rock;  los Doors, Jimi Hendrix, JanisJoplin, los Rolling Stones, formaban parte de un movimiento contracultural, pero no eran comunistas. Considerando la Guerra Fría  y la escisión política e ideológica del mundo en ese momento, los rockeros eran artistas que representaban valores distintos a los dominantes, pero no eran una amenaza política.

De los grupos que asistieron a Avándaro, sólo pervive uno derivado del Threesouls in mymind, que ahora es el grupo del Tri;  ni entonces ni ahora, el tema de la “Violencia, Drogas y Sexo”, como aludían en sus letras, significó un riesgo político comunista y revolucionario para el partido del PRI y para el sistema político autoritario de la época.

Avándaro representa un hito en la historia musical de México, específicamente del género del rock; las implicaciones políticas de la época eran de tipo moralistas, los políticos hablaban de los valores contraculturales del rock, aludían al uso y abuso de las drogas ilícitas, el sexo premarital, el uso de pelo largo en varones y las minifaldas en las mujeres;  la afinidad hacia concepciones críticas de la sociedad, especialmente la familia patriarcal y el gobierno autoritario, representaban  aspectos velados, no se abordaban abiertamente; todo  ello configuraba una   amenaza soterrada, que hacía a los moralistas y alos políticos temer al rock.

La bandera ideológica de los jóvenes de Avándaro se condensaba en la frase jipiteca de “Amor y Paz y el uso libre de drogas que estuvo asociado de manera importante al rock. Hoy la marihuana es legal en muchos países, sin embargo, en México aún no es una práctica aceptada culturalmente, aunque en las  leyes se permita el consumo personal.

Sí, sí me gustaría haber asistido a Avándaro, seguramente sería una historia que estaría contando hoy a mis nietos, pero en lo personal nunca he consumido drogas, ni siquiera alcohol o tabaco que ya eran permitidas legalmente, así que hubiera sido un joven totalmente sobrio, además, tengo que confesarlo, me gusta la música romántica , especialmente la de los tríos. Nunca he sido aficionado al rock.

Es probable también que haya influido en mis gustos mi origen campesino, los jóvenes que se identificaban con el rock poseían un origen urbano, no era mi caso, sin embargo, amo la vida urbana, fue tal mi integración a la vida cultural de Monterrey, que olvidé mi arraigo a mi natal Montemorelos. No logro adecuarme a la vida campirana actualmente, prefiero la vida social que ofrece la ciudad.

A 50 años de Avándaro, sería conveniente que lograran identificar el espacio abierto dónde fue el concierto, poner una placa en memoria a este evento histórico. Hoy parece difícil porque el área se volvió un desarrollo habitacional de casas de fin de semana de alto nivel económico.




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