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Opinión Editorial


Sobre la guerra


Publicación:28-02-2022
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Es inevitable abordar el tema de la guerra en estos tiempos; se trata del concepto de guerra en su sentido más tradicional.

Es inevitable abordar el tema de la guerra en estos tiempos;  se trata del concepto de guerra en su sentido más tradicional, donde se enfrentan dos ejércitos regulares, en este caso en condiciones de superioridad por parte de las fuerzas agresoras.

En la definición clásica sobre el tema, encontramos que la guerra es un instrumento político que utiliza un  bando para ejercer su poderío militar sobre otro; los tipos de guerra son diversos, en el caso que nos ocupa, el de Ucrania, definitivamente se trata de una de tipo convencional en su modalidad de  invasión.

Es convencional porque hay dos actores bien definidos, dos estados, poseen un frente de guerra y hasta el momento el estado ucraniano ha resistido; debido a la diferencia entre ambos bandos, es probable que esta guerra de invasión evolucione hacia una guerra asimétrica de resistencia, donde los débiles recurrirán a tácticas de guerra no convencional, especialmente guerra de guerrillas, ataques terroristas, resistencia y  desobediencia civil.

Hasta el momento Ucrania ha dado muestra de valentía y patriotismo, han resistido más de lo que probablemente Moscú esperaba; lo han hecho solos como dijo su presidente: “Nos dejaron solos”, unas palabas realmente estremecedoras pero realistas. Los supuestos aliados occidentales, especialmente de la OTAN, no pueden intervenir directamente en el conflicto enviando tropas, sería el inicio de una tercera guerra mundial. No es por  miedo como lo señaló el presidente ucraniano, digamos que es por cautela, cruzando esa línea la pesadilla de una guerra mundial estaría en marcha de manera inevitable.

Los aliados occidentales están proveyendo a Ucrania de recursos materiales y logísticos de guerra, lo cual ha puesto al presidente ruso en modo preventivo nuclear, es decir, amaga con utilizar la tecnología más avanzada que posee así como armas nucleares y probablemente biológicas y químicas en caso necesario.

Hasta el momento el gobierno ucraniano ha aceptado un diálogo con el gobierno ruso, lo cual es bienvenido, considerando que aún se puede encontrar una salida diplomática al conflicto y detener esta escalada de violencia implícita en una guerra; recordemos que la violencia funciona de menos a más, es inevitable, si no se encuentra una solución pacífica,  la violencia será cada vez más intensa y más cruel, especialmente en una región con identidades étnicas tan diversas.

Esta familiaridad histórica entre rusos y ucranianos debe ser motivo de unión entre ambas naciones hermanas, pero como sabemos hay un desacuerdo con motivo al tema de seguridad regional, donde los rusos se consideran amenazados por la OTAN, una organización político militar que surgió a mediados del siglo XX para contrarrestar la influencia soviética en Europa y el mundo.

Más vale un mal arreglo que un buen pleito, reza un proverbio popular, y éste debería de guiar de manera pragmática la reunión próxima entre las diplomacias de ambas naciones. Tanto rusos como ucranianos habitan una misma zona geopolítica, están adaptados a las condiciones climáticas y de terreno, se conocen militarmente porque formaron parte de una misma Unión de Repúblicas hasta hace tres décadas. Esto contrarresta un poco la asimetría militar entre ambos países, sin embargo, el nacionalismo ucraniano se profundizará de manera inevitable, habrá muchos combatientes civiles dispuestos a pelear y sacrificarse por la independencia y la libertad,  nociones muy poderosa en cuanto a motivación y que estarán detrás de magnos actos de heroísmo, que ya hemos visto y que seguramente aumentarán en caso de que las hostilidades no cedan.

El presidente ucraniano está en su papel, y lo decimos literalmente, como sabemos ante de ser político era actor, uno de sus papeles más significativos en aquel tiempo,  fue su actuación como presidente decidido y audaz; nuestra hipótesis es que aunque se trata de un político inexperto, llevó a cabo, de manera previa y no intencional, un entrenamiento especial por vía del mecanismo de aprendizaje por simulación, para apropiarse del rol y el papel del presidente de una república. Está, sin duda, ante la actuación más importante de su vida.

El presidente ruso ha sorprendido a sus más fieles seguidores, quienes lo consideraban un mandatario ecuánime, sin embargo, nuestra hipótesis es que ha entrado mentalmente en un proceso de paranoidización, es decir, cada minuto que pasa se siente más amenazado, su desconfianza crece sin límite alguno, se percibe como objeto de una conspiración de occidente en su contra y actuará conforme a ello. Es muy difícil detener un proceso de paranoidización porque los argumentos esgrimidos poseen una dosis de realidad convincente para el sujeto que así los razona. Su nivel de convencimiento es inamovible y esto le proporciona gran seguridad en sus decisiones.

Ayer domingo vi una nota comparativa entre la cantidad de muertos reportados por Ucrania desde que inició el conflicto, en el transcurso de las primeras 72 horas, y el reporte de muertes por homicidio dolosos cometidos en México durante el mismo período: Ucrania 198 bajas, México 166 ejecuciones. Desafortunadamente  los números mexicanos son competitivos considerando que son dos tipos de guerra distintas.

La guerra ucraniana es de tipo convencional, la mexicana es no convencional; la ucraniana es una guerra a gran escala por ser una invasión y, en el caso México, estamos ante una guerra de tipo civil, donde participan diferentes grupos armados encontrados entre sí,  y en ocasiones interviene el ejército mexicano.

La mexicana es una narco guerra civil posmoderna, no posee ideologías ni credos políticos que la fundamenten, solamente la codicia por el poder y el dinero. Una guerra civil basada en guerra de guerrillas, que ha evolucionado porque los cárteles están tan empoderados que han construido ejércitos privados, con mercenarios muy bien entrenados y apertrechados.

En la narco guerra civil mexicana posmoderna los grupos armados no utilizan aviones de guerra,  ni helicópteros artillados, tampoco tanques de guerra; estos últimos son sustituidos por los monstros, unos vehículos particulares blindados que les permiten una función muy similar, el poder penetrar al territorio del enemigo con una protección segura para ello.

Finalmente, la postura tibia del canciller mexicano tuvo que cambiar y estar a la atura de las circunstancias; del rechazo pasó a la condena de la invasión rusa; seguramente las presiones del país vecino del norte fueron fuertes, así que el canciller no dejó ir la oportunidad para recordar que hemos tenido dos invasiones por parte de Francia y los Estados Unidos, aprovechando para darle una “raspadita” al vecino del norte, al recordar que en estos injustos hechos nuestro país perdió más de la mitad de su territorio.




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