Opinión Editorial
La carta #3 del Mayo
Publicación:24-02-2025
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Desde el pasado 25 de julio de 2024, cuando El Mayo Zambada fue secuestrado en México.
Desde el pasado 25 de julio de 2024, cuando El Mayo Zambada fue secuestrado en México para ser trasladado a una prisión en Nueva York, la versión que se sustenta es la expresada por el otrora gran capo, quien asegura haber sido víctima de una traición por parte de un hijo de Guzmán Loera, otro importante narcotraficante sinaloense actualmente recluido en una prisión federal en el estado de Colorado.
En su momento, El Mayo escribió su carta número 1, donde expresó los acontecimientos ocurridos en ese momento en que fue secuestrado, incluyendo el asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Cuén Ojeda, un político vinculado con los grupos criminales, y donde también asistiría el actual gobernador de ese estado, Rubén Rocha Moya.
Fue realmente sorprendente observar cómo el entonces presidente de México, López Obrador, acudió a Culiacán para brindarle su total apoyo al gobernador. Igualmente, llevó consigo a la actual presidenta mexicana, entonces presidenta electa, a quien no le quedó otra opción que respaldar al mencionado gobernante.
Desde entonces, la situación en Sinaloa ha empeorado de manera notable, al grado de que se ha considerado la posibilidad de la desaparición de poderes. Sin embargo, esto no ha ocurrido y, al parecer, no ocurrirá pronto. Increíblemente, el gobernador sinaloense ha recibido el apoyo decidido de la bancada del Senado y de los diputados de Morena.
Cabe recordar que ambos líderes, tanto el del Senado, Ricardo Monreal, como el de la Cámara de Diputados, Adán Augusto López, han demostrado tener vínculos con grupos criminales, el primero en Zacatecas y el segundo en Tabasco.
Recientemente, la presidenta Sheinbaum, en respuesta a la declaración de los grupos criminales como organizaciones terroristas por parte del gobierno norteamericano, envió una iniciativa al Congreso para que cualquier agente extranjero que participe en actos ilegales en nuestro país sea sancionado de la manera más severa posible.
Lo más increíble es que el gobierno, a través de la presidenta Sheinbaum, está intentando recuperar a El Mayo Zambada y traerlo de regreso a México, argumentando que fue secuestrado en nuestro país y llevado en contra de su voluntad a los Estados Unidos.
Por su parte, el gobierno norteamericano ha manifestado su voluntad de establecer la pena capital para todos los narcoterroristas que actúen en contra de los intereses de los Estados Unidos. Esto implicaría que cualquier persona que colabore con estas organizaciones también pueda ser considerada terrorista y sus delitos sean castigados con la pena de muerte.
La carta número 2 de El Mayo es muy clara en cuanto a su petición de ser extraditado de regreso a México. Argumenta que, de no ser repatriado, la relación entre los gobiernos de México y Estados Unidos se deteriorará gravemente. Actualmente, sabemos que la presidenta Sheinbaum está basando su estrategia en una colaboración abierta con Estados Unidos, con el único límite de que no se afecte la soberanía mexicana. Es probable que, detrás de esta aparente buena voluntad colaborativa, las inteligencias estadounidense y mexicana, en conjunto con las fuerzas de seguridad del Estado, estén realmente contribuyendo a desarticular las organizaciones criminales en Sinaloa.
Hemos observado importantes detenciones en ese estado de capos de alto nivel. Claro está que aún faltan Los Chapitos, pero es cuestión de tiempo. Si la colaboración bilateral en materia de seguridad sigue funcionando de manera abierta y plena, parece ser que esto ocurrirá pronto.
El Mayo es consciente del valor de sus testimonios y declaraciones, por lo que está aprovechando el momento para intentar regresar a México y evitar testificar en contra de altos funcionarios políticos y empresarios vinculados con el gobierno actual. El problema es que difícilmente el gobierno norteamericano permitirá esta repatriación.
En su carta número 2, El Mayo alega que, en caso de permanecer en territorio estadounidense y ser juzgado en una corte neoyorquina, su vida corre peligro, especialmente considerando que la nueva legislación antiterrorista amplía las facultades para aplicar la pena de muerte a narcotraficantes.
Sin embargo, es poco probable que el gobierno norteamericano lo entregue a México. Seguramente buscarán negociar con el narcotraficante para obtener su testimonio sobre las relaciones y vínculos entre empresarios y políticos. A cambio, podría recibir una reducción de su sentencia o evitar la pena capital.
Para el gobierno mexicano, la posibilidad de que El Mayo testifique contra empresarios y altos funcionarios representa un enorme riesgo político, pues muchos de ellos actualmente ocupan puestos de poder dentro del partido oficialista Morena.
Recordemos que en las pasadas elecciones hubo reportes de participación del crimen organizado en el apoyo a diversos candidatos, especialmente en Morena. Desde entonces, han surgido testimonios sobre el involucramiento del narcotráfico en estados como Guerrero, Jalisco, Michoacán, Chiapas y otros.
El Mayo, consciente de que sabe demasiado, ha amenazado con revelar información comprometedora en su carta número 3. De hacerlo, podría generar un escándalo internacional que pondría en peligro la colaboración en materia de seguridad entre México y Estados Unidos.
Obviamente, la información que posee El Mayo pondría en la mira del gobierno estadounidense a importantes capos, pero lo más relevante sería la exposición de los vínculos entre el narcotráfico y altos funcionarios de gobierno, así como el lavado de dinero a través de empresarios tanto mexicanos como norteamericanos.
En este contexto, resulta sorprendente el respaldo político que recientemente ha recibido el gobernador de Sinaloa, Rocha Moya, por parte del hijo del expresidente López Obrador, quien, en su papel de dirigente nacional de Morena, decidió viajar a Sinaloa para entregarle su registro de filiación política a este “distinguido” gobernante.
El valor simbólico de este respaldo público envía un mensaje claro a la presidenta Sheinbaum: el expresidente López Obrador sigue teniendo una influencia significativa dentro del partido y presionará para que se apoye el regreso de El Mayo Zambada.
El gobierno mexicano está en una encrucijada: o respalda patrióticamente al gobernador Rocha Moya en su intento de repatriar a El Mayo, o enfrenta las consecuencias de una colaboración plena con Washington, lo que podría derivar en la extradición de altos funcionarios y empresarios mexicanos implicados en la red del narcotráfico.
Lo más interesante de todo esto es que la carta número 3 de El Mayo, que pronto será publicada, promete traer aún más revelaciones explosivas. Si sus afirmaciones se confirman, podrían provocar un terremoto político tanto en México como en Estados Unidos.
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