Al finalizar esta semana, de manera específica, el próximo sábado 30 de noviembre, se conmemora el Día Mundial del Influencer. Lo primero que nos preguntamos es sobre la definición de este término. Al buscar más información al respecto, encontramos que la Real Academia Española lo ha ubicado en el Observatorio de Palabras; es decir, lo ha identificado como un término nuevo que está en uso, pero que no pertenece al Diccionario de la Lengua Española.

Según la Real Academia: "La voz influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales". En español, se recomiendan los términos "influyente", "influidor" o "influenciador", pero creo que estos están destinados a bien morir. Nadie los va a utilizar; realmente, el concepto de influencer, como anglicismo, es exitoso y no aceptará su traducción arbitraria al español.

Según el Cambridge Dictionary, un influencer es "una persona o grupo que tiene la habilidad de influir en el comportamiento u opiniones de otros"; de manera más específica, con relación al marketing digital, nos brinda la siguiente definición al señalar que un influencer es "alguien que afecta las decisiones de compra de otros debido a su autoridad, conocimiento, posición o relación con su audiencia".

Podríamos considerar que un influencer es un tipo de líder emanado del internet y las redes sociales. Es decir, posee una especificidad en este campo de la tecnología y la comunicación humana. Se considera que surge a raíz de Facebook, luego Instagram, YouTube, TikTok, entre otras redes sociales. Su figura ha crecido notablemente, al grado de considerarse actualmente celebridades del internet. Su fama es exponencial y su nivel de riqueza llega a ser significativo.

Los influencers más famosos se destacan en las siguientes áreas: celebridades o famosos; expertos en fitness; fashionistas; gamers; viajeros y foodies. Pero existen otras áreas en las que su impacto es menor. Sin embargo, estos influencers poseen audiencias específicas vinculadas a sus temáticas y tienen un potencial de crecimiento en cuanto a seguidores bastante prometedor.

Recientemente me comunicó mi figlia Carolina su interés por estudiar para ser influencer. Le comenté que eso se logra con la práctica, abriendo tu propio canal de YouTube principalmente, y complementándolo con otras redes sociales. Pero ella insistió en que ya existía una carrera universitaria para ello. Me proporcionó los datos correspondientes, que ahora comparto: "Creación de contenidos y redes sociales", impartida durante cuatro años en la Universidad Tecnológica del Sudeste, en Carlow, Irlanda.

A través de mis figlios y figlias, conozco influencers de diferentes ámbitos. Comentaré algunos de ellos y mis impresiones al respecto. El más conocido y que ha tenido mucho éxito es uno llamado Luisito Comunica, un joven que aparentemente no tenía mucho futuro y que, de repente, logró fama y dinero realizando viajes alrededor del mundo y dando a conocer las costumbres y, principalmente, las comidas de aquellos exóticos lugares.

El net worth es un estimado de la fortuna que han logrado algunos influencers. Para el caso de Luisito Comunica, se señala que ha amasado una fortuna de 20 millones de dólares. Un monto económico muy decoroso, sin duda. Además de los viajes, este influencer atrae la atención de las audiencias por lo riesgoso de las comidas callejeras que prueba en uno y otro lugar, especialmente por la falta de higiene evidente en donde las preparan.

Otra influencer de un nivel más moderado en cuanto a ingresos, pero que posee audiencias específicas, es Makena, una joven norteamericana que crea contenido sobre cómo decorar la casa, obviamente con poco dinero. Igualmente, no estudió decoración de interiores, pero se convirtió en experta en ello.

Un influencer que no deja de sorprender, porque literalmente salió de la nada, es Planeta Juan, un migrante colombiano que creaba contenido sobre la migración a Canadá, especialmente Montreal. De allí, convocó a una comunidad virtual interesada en el tema. Posteriormente, dejó atrás los beneficios de vivir en ese país para trasladar su residencia a los Estados Unidos, donde ahora recorre el mundo dedicado a realizar videos de los lugares distantes que visita, con la perspectiva de encontrar la vida cotidiana más que la turística.

Podemos mencionar otro influencer: uno que se presenta como Saúl Reyna, un chiapaneco que se mudó a Canadá y se volvió viral al tomarse una fotografía en el edificio Trump. Igualmente, brindó apoyo a la audiencia interesada en migrar a Canadá y luego emprendió una empresa de asesoría legal para migrantes.

Chicha Rabina es una influencer española que aborda temas de moda para mujeres. Brinda consejos para vestir bien con poco dinero, cómo combinar las prendas de acuerdo con los colores y texturas. Es una asesora de imagen que tiene sus seguidores interesados en el tema.

Cocinando con Raquel es un canal de YouTube donde la michoacana Ana Raquel Hernández, radicada en los Estados Unidos, brinda recetas para cocinar deliciosos platillos mexicanos. Tiene más de un millón de suscriptores.

Samuel y Audrey son una pareja de canadienses que viajan por el mundo, compartiendo sus experiencias sobre la cultura y, especialmente, la comida en diferentes lugares. Recientemente incluyeron al papá de Audrey, Daniel, un argentino de Córdoba ya jubilado, excelente comunicador y experto en preparar diversos platillos, además de destacado catador de vinos tintos.

Daniel, como comunicador octogenario, me motivó a pensar que nunca es demasiado tarde para convertirse en influencer.

Pensemos en un jardinero, un recolector de basura o una afanadora. No son grandes influencers, no son actores, ni cantantes o celebridades, pero tienen audiencias muy específicas.

Mow the lawn es un oficio que nadie se imaginaría que podría tener seguidores, pero sí: cortar el césped con una máquina podadora es un éxito en YouTube. Lo interesante es que no se trata de técnicas para mejorar el oficio, sino de jardineros altruistas que ofrecen sus servicios gratuitos a personas vulnerables o de la tercera edad que no pueden realizar ese trabajo por sí mismos.

Otros influencers hacen dinero creando contenido sobre las cosas que tiran a la basura los gringos ricos. Así, acuden a los barrios y recogen electrodomésticos, muebles, carreolas de niños pequeños, juguetes, bicicletas, patines, lámparas, entre otros. Luego, los suben a la caja de la camioneta y los revenden en el barrio mexicano de la ciudad.

Otra temática es la de las influencers que se dedican a la limpieza. Su oficio lo realizan para alguna compañía, dominan sus técnicas, las aplican en casa y dan consejos, especialmente a las amas de casa que tienen que realizar este trabajo aunque no de manera profesional.

Las redes sociales han democratizado el éxito que antes era exclusivo de actores, músicos, deportistas, conductores de televisión o periodistas. Ahora, gracias a las redes sociales, personas con oficios ordinarios pueden acceder a una vida como influencers, tener miles de seguidores, recibir likes y suscripciones, así como obtener grandes beneficios económicos al monetizar sus contenidos y videos.