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Opinión Editorial


Qatar


Publicación:21-11-2022
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Ayer domingo 20 de noviembre dio inicio el mundial de futbol que se celebra en Qatar.

Ayer domingo 20 de noviembre dio inicio el mundial de futbol que se celebra en Qatar, un evento deportivo que tiene lugar cada cuatro años, el último se realizó en Rusia en el 2018; considerando que no hay plazo que no venza, finalmente llegó el día de la gran inauguración.

Coincidió con el día de la Revolución Mexicana, pero no noté nada interesante con respecto a esta importante efeméride nacional, sí observé algunas notas referentes al proceso revolucionario a nivel local, donde los carrancistas tuvieron un papel significativo, pero mi impresión es que el evento nacional se vio opacado por la fiesta futbolera.

El presidente mexicano, López Obrador, llevó a cabo el 112 Aniversario de la Revolución Mexicana, e hizo mucho hincapié en el golpe de Estado que recibió Madero por parte del General Huerta, para lo cual tuvo que realizar malabares retóricos para exculpar al ejército, sin embargo, su identificación con Madero sugiere la idea de sus temores ante un golpe de Estado actual, lo cual es paranoia pura, considerando que es al ejército a quien le ha encomendado más labores, otorgándole un presupuesto muy elevado durante su administración. En este rubro los dichos se contraponen a los hechos.

También durante el evento el presidente demeritó la actuación de la clase media y alta en dicha conspiración, equiparándola con la situación actual donde percibe que éstas no lo apoyan políticamente. Creo que con este tipo de denostación el presidente no está reconociendo el papel decisivo que jugó la clase media en la elección del 2018, para llevarlo al poder a través del voto. Seguramente seguirá perdiendo el apoyo de este amplio sector de ciudadanos que dudarán en votar en el 2024 por el partido oficial de Morena.

Volviendo al tema de Qatar es muy interesante analizar cómo logró atraer, tan pequeño país, a este monstro de gran poder llamado FIFA, para que le otorgara la sede desde hace tiempo ya. El día de ayer Proceso publicó cómo un par de periodistas mexicanos fueron testigos involuntarios de los tejes y manejes de esta organización internacional, que se ha caracterizado por la corrupción y manejos oscuros con gobiernos con quienes realizan acuerdos debajo de la mesa.

Así lo atestiguaron estos periodistas que por casualidad les tocó estar en la mesa de al lado, en un restaurant, donde se reunieron personalidades importantes de la FIFA y que lograron confirmar los acuerdos de cómo el gobierno ruso, y, sobre todo el qatarí, influyeron en la decisión para ser seleccionados para la sede, aportando grandes cantidades de dinero para ello.

Mencionan el desprecio por Brasil que también estaba interesado en ser organizador de este evento, pero los señores mandamás de la FIFA lo que les interesa es la solvencia económica y la viabilidad política de los países, de tal manera, que éstos cumplan con sus compromisos de preparar la infraestructura necesaria para el magno evento y también, que no encuentren resistencia política al interior que les estropee el plan.

Fue así que eligieron Qatar, considerando el poderío económico de esta pequeña nación y el control político absoluto por parte de la monarquía que gobierna. Los qataríes cumplieron con sus compromisos, construyeron los estadios y la infraestructura requerida y ahora están recibiendo a los fanáticos futboleros que han llegado en masa.

El control policiaco es bastante rígido en ese país así como sus leyes, por su tradición islámica son muy autoritarios, poseen una vocación excluyente y no respetan el tema de las libertades, democracia ni derechos humanos. Esto para ellos no es parte de su cultura tradicional, al contrario, muestran intolerancia religiosa, de género, orientación sexual y condición étnica.

Los migrantes que llegan a ese país sí encuentran muchas oportunidades de empleo y bien remunerado, sin embargo, no es posible lograr una residencia, y cuando lo logran no tienen los mismos derechos que los ciudadanos. Alcanzar la ciudadanía en ese lugar es prácticamente imposible para los migrantes, tienen que pasar tres generaciones de hijos de migrantes nacidos en Qatar, para que puedan aspirar a los mismos derechos que los ciudadanos.

También es importante señalar que existe un abismo entre los beneficios de ser ciudadano qatarí y ser migrante o residente. Los ciudadanos poseen una renta vitalicia que le brinda una calidad de vida elevada sin el apremio de trabajar afanosamente. En el caso de los migrantes, sí son muy bien remunerados, el sistema educativo y de salud es de libre acceso, no les descuentan impuestos, lo cual es muy atractivo para muchos que deciden viajar, vivir y trabajar en esas distantes tierras del Medio Oriente.

Platicando con nito Arturo, nos tocó ver el partido entre la selección qatarí y Ecuador, me precisó algunos aspectos que no había considerado. “Doha, la capital de Qatar es como San Pedro Valle Oriente o Valle Poniente, nada más que a la décima potencia”. Le pregunté qué significaba eso, y me explicó que los desarrollos inmobiliarios son de súper lujo, todo es nuevo, poseen las innovaciones tecnológicas más avanzadas, el diseño arquitectónico es realizado por arquitectos reconocidos mundialmente, con los materiales más sofisticados, el poder económico queda plasmado en cada metro cuadrado de ese lugar, allí se refleja la grandeza del país.

Lo primero que pensé es que, sin duda, sería un lugar que el gobernador de Nuevo León debería de visitar, seguramente quedará encantado; hace poco declaró que Valle Oriente es el verdadero Nuevo León, así que Qatar seguramente lo dejará muy complacido, inspirado y motivado.

Al analizar la historia de Qatar, observamos cómo eran grupos muy humildes, tribus del desierto que sobrevivían en lugares muy hostiles, en las costas, los pescadores se dedicaban a extraer perlas del Golfo Pérsico, un oficio también muy arriesgado. Luego llegaron los portugueses, pronto se fueron, luego los ingleses que no podían faltar cuando de colonialismo se trata, establecieron un protectorado y luego se marcharon, en este marco de la independencia se dieron las luchas intestinas entre las facciones de clanes que buscaban quedarse con el poder monárquico.

Actualmente Qatar es una monarquía absoluta, donde el estado se funde con la religión y se gobierna bajo las reglas derivadas de la misma e interpretadas desde los intereses del poder político. A estas familias gobernantes les llegó la prosperidad de un día para otro, en 1973 descubrieron grandes reservas de gas y petróleo, eso les trabajo consigo una riqueza impresionante, como si Qatar poseyera millones de tesoros más grandes que los de Alí Babá. El oro negro sustituyó la belleza de las tímidas perlas naturales.

La prosperidad que les alcanzó lo hizo así, de repente, sin esforzárselos qataríes mucho en logarlo, ahora que son ricos han invertido su fortuna en desarrollar ciudades que resultan muy atractivas para visitar, considerando que se tratan de espacios urbano arquitectónicos orientados hacia el alto lujo. Tanto en sus hoteles como en sus tiendas comerciales estilo boutique, museos, mercados y ahora también, sus estadios.

Finalmente le propuse al nito Arturo juntar lo que fuera necesario para asistir a la próxima justa mundialista, para lo cual me respondió con su estilo directo y esclarecedor: “No hay que ahorrar mucho Nonno, el próximo mundial 2026 será en México”.




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