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Opinión Editorial


Monterrey a 426 años de su fundación


Publicación:19-09-2022
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El día de mañana martes 20 de septiembre de 2022, la Cuidad Metropolitana de nuestra Señora de Monterrey cumple 426 años.

El día de mañana martes 20 de septiembre de 2022,  la Cuidad Metropolitana de nuestra Señora  de Monterrey  cumple 426 años. Es claro que si tomáramos en cuenta las dos fundaciones previas, la de Alberto del Canto y la de Luis de Carvajal y de la Cueva, estaríamos conmemorando más años; en el caso de la primera fundación que fue en 1577, por Alberto del Canto, estaríamos rememorando 445 años; y en la segunda fundación, por Luis de Carvajal y de la Cueva, estaríamos considerando 440 años desde aquel importante acto.

En realidad Monterrey fue fundada, en su primera fundación por Alberto del Canto, casi al unísono que la ciudad de Saltillo, Coahuila.  Allá sí prosperó, pero en el caso nuestro no fue así, volvió a quedar despoblada. Además de la coincidencia de los años de su fundación, también llama la atención que la ciudad de Saltillo fue fundada al lado de un arroyo que provenía de unos ojos de agua cercanos; el caso de Monterrey fue parecido, buscaron un manantial de agua disponible en abundancia, como lo fueron los ojos de Santa Lucía.

¿Cuál fue el factor de éxito para que Saltillo prosperara y no quedará desolada en esta fundación de 1577? Los colonos españoles se hicieron acompañar por sus aliados tlaxcaltecas, quienes ayudaron en  el precario asentamiento y lograron así que se sostuviera. En el caso de Monterrey, Del Canto junto con un grupo de soldados españoles realizaron la fundación pero luego se retiraron y esto generó la desolación del lugar nuevamente.

En realidad poco se sabe si el lugar de la fundación de Monterrey fue una iniciativa original  de los colonizadores españoles, más bien es muy factible que en el área se encontraran asentamientos indígenas, considerando que allí había un manantial de agua que brotaba con tal intensidad, es difícil creer que no hubiera  previamente asentamientos de los grupos originarios considerando el tipo de riqueza descrita, además,  estos grupos no eran sedentarios, pero un ojo de agua es un tesoro natural que no podía pasar desapercibido.

La historia de la fundación de Monterrey no relata que hubiera allí un asentamiento previo indígena, tampoco relata que después de la tercera y definitiva fundación se establecieran allí familias tlaxcaltecas acompañantes de las familias españolas que llegaron a los ojos de Santa Lucía. Lo cual es un dato que llama la atención ya que no sigue el patrón de colonización utilizado en aquella época.

Emigrar a Monterrey en aquellos años, especialmente entre el siglo XVII y el XVIII, era un viaje de no retorno, igualmente el nacer aquí, era prácticamente una condena a permanecer  toda la vida en esta pequeña población, remota y alejada de la civilización, en aquel tiempo perteneciente a la Nueva España virreinal.

Monterrey era una ciudad aislada por la cadena montañosa de la Sierra Madre Oriental, se podía acceder por Saltillo, lo cual era conveniente porque el viajero bajaba  alrededor de mil metros de altura sobre el nivel del mar, por lo que llegar desde allá, no requería tanto esfuerzo aunque no por ello  resultaba el camino exento de peligros.

La otra manera de acceder era utilizando algún tipo de navío que permitiera llegar hasta la villa de Tampico, la cual fue fundada en 1554, por lo que se podía cruzar el océano Atlántico, ingresar al Golfo de México, Veracruz es la ciudad más antigua fundada en 1519, y Tampico se encuentra cerca de allí, rumbo a la  región del Pánuco que era ya conocida, así que era otra vía alternativa de acceso  por el sur del estado de Nuevo León.

Los pobladores de aquellos tiempos tendrían que invertir más de un mes para recorrer los más de 1,500 kilómetros a la Ciudad de México, o dos semanas para transitar los casi 500 kilómetros de Monterrey a Tampico, en ambos casos, la decisión de viajar debió ser muy costosa y arriesgada.

Así que una vez que llegaban los colonos o para los primeros regios de nacimiento, era muy difícil trasladarse a otras latitudes. Era un lugar especial para estar aislado del mundo, crear tu propio sistema de vida, inclusive realizar actividades al margen de la ley, por ejemplo, la cacería de nativos de la región que eran vendidos como esclavos, lo cual era ilegal considerando que éstos se hubieran sometido previamente al poder del Rey Carlos I, pero aun así los esclavizaban y los vendían lucrando con esta actividad ilegal; también era un lugar tan apartado de las autoridades eclesiales que era cómodo practicar cualquier culto religioso que se deseara.

Es cierto que era un lugar muy apartado, de difícil acceso, que posee un clima semiárido, un tanto hostil pero, en aquel tiempo tenían mucha más agua que ahora, era un lugar muy verde, seguramente un vergel, así que había posibilidades de hacer florecer la agricultura a nivel de subsistencia así como la ganadería especialmente el ganado caprino, sin embargo, las instituciones políticas eran débiles y se prestaba para el predominio de la ley del más fuerte.

Los historiadores señalan que durante este tiempo conocido como de Guerra Viva, donde los colonos españoles arrebataban las tierras a los indios originarios, quienes se resistían a ser esclavizados, por lo que se generaban enfrentamientos entre ambos.  Sin embargo, el caso del indio cuachichil, conocido como Cuaujuco, es verdaderamente un reflejo de lo que ocurrió durante este período de colonización en el siglo XVII.

El Cuaujuco era un cacique que se crio con  los españoles,  seguramente desde pequeño su familia fue esclavizada con la figura jurídica de la merced de indios, y con ello, logró aculturizarse a los valores propios de los españoles  de esta región, colaborando en la cacería de indígenas de la región.

La prosperidad llegó a esta ciudad de Monterrey durante el siglo XIX, con la industrialización, y luego a mediados del siglo XX, con el desarrollo de empresas importantes que generaron bienestar y desarrollo en amplios sectores de la sociedad regiomontana.

Hoy en día Monterrey sigue siendo una ciudad con gran pujanza económica, con gran migración reciente y con una expresión más multicultural, aunque sin llegar a niveles propios de otras urbes de norteamérica.

Para el  2096, esperemos estar por aquí para celebrar los 500 años de la fundación, aunque sea, siguiendo un poco las creencias hindús y budistas, en alguna nueva reencarnación, porque de acuerdo con los datos de la ciencia actual es difícil alcanzar más de 120 años; pero podría ser, desde un enfoque posthumanista,  que alcancemos  a llegar a esas fechas con el uso de la criogénesis, la cual nos permitiría al menos tener una esperanza, considerando que al permanecer el cuerpo en  nitrógeno líquido   y congelado a -196 grados  celsius, no habría ningún tipo de descomposición, lo que permitiría que en un futuro la ciencia logre echar a andar nuevamente los cuerpos muertos que no hayan sufrido ningún tipo de descomposición. Sólo así podríamos resurgir, y estar presentes en dicha fecha futura y seguir analizando la historia de la fundación de Monterrey  a lo largo de cinco siglos.




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