Opinión Editorial
La cruda
Publicación:07-06-2024
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Los que llegaron tendrán la oportunidad de servir a la ciudadanía desde la institución, los que no, lo seguirán haciendo desde la sociedad civil
Después de desvelos, malpasadas, tensiones, los candidatos a los diferentes puestos de elección popular de los diferentes ya pueden estar en paz: los resultados electorales están a la vista. Desde luego, para algunos es motivo de felicidad, para otros nomás no. Los que llegaron tendrán la oportunidad de servir a la ciudadanía desde la institución, los que no, lo seguirán haciendo desde la sociedad civil, si es que lo han hecho. Servir es mi vocación, dicen todos. A ver si los perdedores se ponen a servir.
En el caso de Movimiento Ciudadano las cosas no salieron como lo esperaba el gobernador. Quería pintar el Congreso del Estado de naranja pero no se pudo. Y ahora estará peor que antes.
Dos posibles razones para explicar el entuerto: una, la mayoría de candidatos no la hacían; sin experiencia, sin conocimiento de la realidad territorial se empinaron solos; además no hicieron campaña: se la pasaban en el partido tomándose selfies y posando para los videos promocionales. Dos: MC carece de estructura territorial, sobre todo en el área que comprende Monterrey.
Si a esos dos motivos le sumamos la frivolidad, la superficialidad, el esnobismo, de casi todos los candidatos, entonces se comprende la pérdida. Candidatos con experiencia, como Sandra Pámanes y Quique Barrios perdieron por feos y por anticiparse al triunfo, el cual daban como un hecho, tanto que hasta armaron negocios. Las recomendaciones fallaron. Y la dirigencia de MC ni siquiera vio el meteoro. Es lógico: el dirigente estatal de apellido Sánchez carece de la mínima experiencia de dirección partidista. Pero sí sabe cómo desaparecer niños del DIF capullos. Y ese es un error del gobernador Samuel, si es que intervino en la selección de candidatos.
Además, la rebatinga de dinero, las grillas internas, las preferencias por ciertos candidatos por parte del dirigente (que no ganaron), la discriminación de género, los chismes, mermaron la calidad del partido. Y un asunto grave es que los candidatos por Monterrey se apoyaron en Mariana, no hacían campaña, nomás andaban con ella en sus eventos, cuando debió ser al contrario: apoyar a Martiana con encuentros sectoriales, con vecinos, con sindicatos, con comerciantes organizados, con intelectuales y artistas. Querían ahorrarse una lana. De hecho, el presupuesto que les tocó no lo usaron al cien, se quedaron con una buena cantidad. Y eso propició la caída.
Y en medio de todo el desorden, el motivo principal de la derrota naranja regia es sin duda Luis Donaldo Colosio por su pésimo papel como alcalde. No hizo nada. Y volvió invisible el presupuesto de cada año. Bueno, sí hizo algo: destruyó el centro de la ciudad, congestionó la movilidad, puso dispositivos para estacionar bicicletas cuando no hay bicicletas, redujo el espacio de las calles, un famoso corredor verde que costó cientos de millones de pesos no sirve para nada, al apoyo a microempresarios convertido en un suplicio para quienes obtuvieron el apoyo.
En la campaña prácticamente se manejó solo. A Colosio no le importa el gobernador ni el candidato presidencial a quien le pidió renunciar a favor de Xóchitl. Hágame el favor. Por sus actitudes destructivas no salió bien librado de la contienda. Muy apenas llega al Senado por la circunscripción. Pero ni Movimiento Ciudadano no obtiene (todavía están en recuento) los suficientes votos, Colosio no llega. Y si llega, qué terrible.
Lo más nefasto de Colosio es que dejó abandonada a Martha Herrera, una mujer con vocación de servicio social y que ha hecho tanto bien a quienes menos tienen.
« Arnulfo Vigil »