Una vez terminado el proceso de campañas políticas en busca de puesto y cargo a todos los niveles, empieza el tiempo para acomodar y a reacomodar, ubicar o ajustar, pintar o borrar, los aspectos que le dieron color a una determinada campaña, posicionaron al candidato o de plano lo dejaron chaparro y chimuelo.

No se puede ya hacer proselitismo, si no se hizo en su momento menos ahora; no se puede repartir propaganda, dádivas, obsequios y mucho menos mucho menos mucho menos comprar el voto. Tampoco se puede vender. Bueno, sí se puede pero es un acto de bajeza suma. Una felonía, un cascajo, un dimirimi, un acto de ignorancia y corrupción. 

En la campaña a la diputación del distrito 23 participaba un ciudadano convencido de las propuestas de la candidata, la apoyaba, la seguía, no faltaba a las reuniones. Estaba convencido con acabar el mugrero en las colonias. Asunto que no hacen, no han hecho ni harán las autoridades emanadas del PRI, el alcalde y el diputado por Juárez, los hermanos Treviño. 

Un día, dice, se queda sin trabajo. Sus hijos tienen hambre. Carece de dinero para pagar los recibos. Los aboneros lo atosigan. No tiene ni para la caguama. Entonces, en medio de profundas reflexiones epistemológicas y deónticas decide vender su voto. Le dieron mil pesos. Va a votar por los Treviño. ¿Entonces? 

Quien lo compró y quien lo vendió son unos hampones sin principios, ni compromisos ideológicos. Uno salió del apuro momentáneamente pero durante tres años va a tener que soportar los olores nauseabundos de la basura en las colonias. Ni modo que el alcalde Treviño, si gana, lo vaya a arreglar. Treviño quiere la continuidad del poder. Y hacer dinero. Y seguir con el fuero. Eso es todo. Los ciudadanos, los vecinos, ¡Bah!

Por eso hay que votar. 

Por eso, como ciudadanos, hay que defender el voto.

Votar es chido.

Votar es cool. 

Votar es ejercer tu libertad.

Votar es ejercer el derecho de elegir a tus autoridades.

Votar es un pic nic. 

Votar es un remedio para la cruda.

Votar es viajar a La democracia.

Votar es una responsabilidad.

Para votar no es necesario llevar emparedados.

Votar es participar de la historia.

Votar es abrir una caja de sorpresas. 

Votar es.