Mañana es 6 de junio y comenzará la cuenta regresiva pues justamente en un año, los nuevoleoneses y los mexicanos estaremos viviendo un proceso electoral en que se elegirá un nuevo Presidente de la República, y se renovará el Congreso de la Unión.

Será un año muy, muy movido, porque en 30 entidades federativas habrá comicios; en ocho de ellas se elegirá gobernador y en una más, Jefe de Gobierno. En el caso particular de Nuevo León, elegiremos diputados locales y alcaldes; muchos de estos actores le apostarán a la reelección.

Creo que un buen termómetro de lo que se viene será lo que pase este domingo en Coahuila y cuyo desenlace estaremos viendo en los próximos días, aunque, de entrada, no se vio nada bien que al cuarto para las doce hayan dicho que siempre no, a las urnas electrónicas, bajo el argumento de un error de programación.

Mi punto es que ahora sí empezarán a verse, a alcaldes saliendo a la calle queriendo ganar adeptos que no cosechó en los dos años previos, para prometerle lo que quiera.

Otros, que jamás se dieron baños de pueblo, hoy quieren hacerse notar no necesariamente por ser alcaldes de cercanía, sino por acaparar luminarias "abanderando" causas más globales como la contaminación, combustibles limpios y lo que se vaya acumulando en el camino.

Se van tejiendo alianzas que por ahora los hagan visibles ante la ciudadanía y que más tarde reditúen en votos.

A nivel nacional, ya se están dando sartenazos entre los miembros del gabinete presidencial porque todos se sienten los "preferiti".

Y entiendo, todo se vale; y si no se vale, de igual modo harán que se valga ¿cómo?, debilitando a árbitros como el INE, demeritando el trabajo de la Suprema Corte e impidiendo que el INAI desahogue todos los temas pendientes, ante la falta de la totalidad de sus Comisionados.

Aún faltan meses para que comience oficialmente el año electoral y conforme avance, la efervescencia será más intensa.

Le seré honesta, este pleito, un día y otro también, entre el Ejecutivo y los alcaldes, es de harta flojera porque como dicen por ahí, ninguno es dejado y nadie quiere ceder.

Al primero, parece ganarle el gran deseo de recibir a las mega empresas y dar la bienvenida a los potenciales visitantes del Mundial del balompié y siento que, en esas andanzas, se le va olvidando un poco las cosas pequeñas, los detalles finos.

Sí, es cierto, es importante el tema de la movilidad y le doy la razón en cuanto hay que hacer las líneas del Metro que aún faltan.

Justo este tipo de situaciones son las que ponen o al menos deberían, poner a pensar a los electores; la gente quieren ver el bache de la esquina reparado, la luminaria funcionando, la patrulla y el policía haciendo lo que debe hacer, que es garantizar la seguridad de la sociedad.

Pero para ello, los alcaldes requieren esos recursos que el Ejecutivo les frena pues, dice, se van a oscuros intereses de los partidos; yo creo que poner candados más severos sería una buena medida, pero él opina diferente.

Faltan, pues, 367 días para la jornada electoral del 6 de junio –recordando que el 2024 es bisiesto- y en pos de la democracia que se busca prevalezca, hay muchos puentes por tender, diálogos por construir, entre actores políticos.

Nosotros, como ciudadanos, habremos de poner especial atención en lo que nuestros representantes han hecho –o dejado de hacer-y decidir si los premiamos o los castigamos en la aventura política que quieran emprender el próximo año.