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Piden priorizar la salud en fiestas navideñas

Piden priorizar la salud en fiestas navideñas
Difícil evitar el acercamiento

Publicación:22-12-2020

TEMA: #UANL  

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La investigadora del IINSO UANL Sandra Mancinas Espinoza recomienda continuar tradiciones navideñas con sana distancia para proteger el bienestar común.

La pandemia generada por el COVID-19 este año en el papel traerá una Navidad diferente a las anteriores, ya que se espera que la sociedad acate medidas sanitarias como usar cubrebocas, lavarse las manos constantemente y mantener el distanciamiento físico, pero, sobre todo, evitar las reuniones.

Sin embargo, para la trabajadora social de la Universidad Autónoma de Nuevo León Sandra Elizabet Mancinas Espinoza, la tendencia a reunirse y convivir en familia se mantendrá en estas fechas decembrinas, ya que desde que se presentaron los primeros casos de personas con coronavirus en el país, el comportamiento de la sociedad ha sido el mismo.

“Habrá personas que no estén en condiciones de seguir las prescripciones sanitarias, y con esto me refiero a la gente cuya alimentación depende de la solidaridad vecinal, y cuando esto es así, no se está en condiciones de mantener el distanciamiento físico”, señala la especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IINSO) de la UANL.

Por ello, Mancinas Espinoza centra su mensaje en que para estos días lo conveniente sería mantener las cosas simples, que en el contexto de una pandemia significa plantearse qué es lo más conveniente en términos de la salud para mí y mi familia, porque lo más sencillo es seguir las medidas sanitarias, ya que estas buscan la conservación del bienestar común.

“En este momento, lo importante es la preservación de la vida, la integridad física y la seguridad de todos”.

Sandra Mancinas Espinoza-  Trabajadora social de la UANL

La importancia de los espacios de socialización  

De acuerdo con Sandra Elizabet Mancinas Espinoza, la época navideña forma parte de la idiosincrasia de los mexicanos, pues ella convoca a la familia y la convivencia con los seres queridos, sin dejar de lado el contexto religioso.

Pero hay un factor fundamental en estas celebraciones: los espacios de ocio o socialización, sobre todo en sectores o comunidades en que se viven situaciones de precariedad.

“En colonias o lugares donde existe pobreza, los espacios de ocio son imágenes a las que es muy difícil renunciar, porque es lo único que tienen para poder pasar una fecha agradable con su gente cercana, y eso lo valoran mucho, es algo muy simbólico”.

Sandra Mancinas Espinoza

En condiciones ideales, como lo es tener una casa amplia en donde sus integrantes gozan de privacidad y comodidad, seguir las recomendaciones sanitarias es una cuestión más sencilla, pero en la precariedad, estas disposiciones se dificultan en términos materiales y simbólicos.

“En Navidad creo que en sectores marginados va a ser difícil que se eviten las reuniones o se sigan las medidas sanitarias, porque lo que se tiene es el lazo social, la solidaridad, la convivencia vecinal y el contacto con el otro”, detalla la también especialista en políticas sociales.

Difícil evitar el acercamiento

Para Sandra Mancinas, el no tener acercamiento físico ha costado mucho trabajo, porque en la vida cotidiana e interacción del mexicano es muy común que al hablar con alguien haya esa proximidad.

Para muchas personas, el usar la tecnología para reunirse virtualmente ha resultado una actividad complicada debido a que no era muy común en una cultura como la mexicana; sin embargo, estas herramientas también son útiles para demostrar afecto, cariño y amor en estos días tan significativos para muchas familias.

“Debemos ser cautelosos y conscientes de que esta Navidad no es igual que las anteriores, sino que tenemos restricciones de tipo sanitario y que son incómodas, porque rompen nuestra cotidianidad, con nuestra tradición y con nuestra costumbre, ya que los latinos y mexicanos somos de culturas que están muy habituadas al contacto.

“En términos sociológicos, algo de lo que nos puede dejar este no contacto es que uno ve su propio cuerpo y el del prójimo como un espacio de riesgo y de peligro”, argumenta la especialista de la UANL Sandra Mancinas Espinoza.



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