¿Por qué la derecha va ganando terreno en el mundo hoy, precisamente en el siglo XXI? Por diversas razones, abordemos las más significativas: 

A)Porque sustenta un discurso conservador de limpieza, pureza y progreso (patria, familia y propiedad) que, si bien solía capturar a los semejantes que se identificaban con dichos valores, ahora —he ahí la novedad—impacta y seduce a quienes otrora fueran más afines a los discursos de la izquierda. 

B)Por el avance de lo políticamente correcto que, algunas veces funciona como un "deber ser", que amenaza con su superioridad moral e inhibe las acciones de personas y grupos, que, más que defender derechos y establecer responsabilidades, se le emplea demagógicamente como panacea ideológica de base de cualquier acción, medida y estrategia. 

C)Porque los intelectuales de izquierda, entre los que se cuentan personas de diversos campos de las humanidades, la mayoría de las veces permanecen relacionándose casi exclusivamente entre sus iguales, leyendo, hablando, compartiendo los mismos referentes, sin salir de sus círculos académicos, artísticos y literarios, reiterando —quizás sin darse cuenta— aquello dicho por Bertrand Russell: "el problema con el mundo es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas". Sólo que ahora esa frase tiende a producir el efecto contrario: exponer e invalidar a la intelectualidad que se cree en una supuesta superioridad moral con respecto a los otros, que termina por encumbrar a los contrarios, quienes, en lugar del descrédito, ganan un supuesto arrojo y valentía, bajo la lógica de combate (militar, policíaco) del guerrero que no retrocede ante los ataques que recibe, sino todo lo contrario. Un ejemplo de esto lo podemos ver en el cuarteto compuesto por la sinergia Trump-Joe Rogan-Dana White-Elon Musk. De ahí que Slavoj Zizek, en repetidas ocasiones alerte al respecto: cuidado en enamorarse de sí mismos, a quienes estaban ocupando Wall Street en 2011. Ya que eso podía producir efectos contrarios en los contrarios de derecha y ultraderecha.

D)La gente que emprende, aquellos que se esfuerzan por "salir adelante" día a día ya no se sienten tan identificados con los discursos de izquierda, sino con los de la derecha. Esa fue, entre otras, la dura lección de la pasada elección presidencial norteamericana. Y esto puede cobrar —hay que tomar nota— cada vez más dimensiones globales, bajo la lógica darwiniana-económica-rapaz de "que sólo sobreviven los más fuertes". Gracias a lo cual una supuesta superioridad moral de izquierda, de los buenos, será sustituida por otra, conservadora, de derecha. Con la paradoja, obviamente, de que cuando la extrema derecha, la derecha y el centro derecha hablan de libre mercado, en realidad a lo que se están refiriendo es a disponer de un sistema de corrupción normalizado para hacer y deshacer, donde los gobiernos están a su completa disposición para privatizar las ganancias y popularizar las pérdidas. Donde "el pueblo" queda reducido a una dimensión de simple cliente.

E)Una fuerte presencia del discurso religioso conservador que juega con los mismos elementos que están presentes en la lógica de las redes sociales y sus contenidos viralizados, que destaca la indignación, la pureza, la supuesta defensa de los valores morales e ideales de la familia, donde la suerte, la muerte y la vida cobran un halo sorprendente: sobrevivir a atentados, empleo de médiums para hablar con su perro que está en la presencia de Dios, prestamos estratosféricos del FMI, o de los fondos de inversión...

F)Porque la derecha habla de hacer las cosas grandes de nuevo, mejorar la economía, la vida de las personas y sus familias, no a través de un discurso de conciencia, respeto e inclusión, sino a través del impacto y la batalla, de la eliminación del otro, cual chivo expiatorio.  Su mensaje: no sufras en vano, sufre por una causa, supérate. Por ello la derecha ahora consigue capturar a las clases trabajadoras empleando como base las artes marciales mixtas (UFC) donde la lucha entre los oponentes es con todo, de impacto total, como metáfora dura de la existencia.

G)Porque, como lo ha descrito de manera clara, Jorge Forbes, psicoanalista brasileño: ante un mundo diverso y flexible en constante transformación, en lugar de asumir una posición creativa y responsable, algunas personas entran en crisis, y, en un intento por encontrar una solución desean regresar a un pasado donde todo era supuestamente mejor para entonces conservarlo, creyendo que, con dicha operación reaccionaria, encontrarán garantías presentes y futuras de la vida. 

Por ello es importante destacar el caso de México como algo extraordinario, diferente: no se trata ya de una izquierda ideológica intelectual, contemplativa, atrincherada en la academia o en sus gremios de la autopromoción, demagógica, sino en buscar transformar verdaderamente la vida pública del país. Y, por consiguiente, tener un impacto en la vida privada, a través de acciones concretas tanto en el sector energético, económico, educativo, empresarial... como en aquel más inmediato de todas las personas y grupos, evidenciando que no se está en contra de la inversión privada, los mercados y la tecnología, sino en contra de la corrupción que busca abanderar un discurso conservador de una cierta clase política y empresarial que tiende a secuestrar a los gobiernos para hacer a diestra y siniestra lo que se le antoje con toda impunidad, a costa del presupuesto y del trabajo de los ciudadanos, quienes, se busca paguen las pérdidas privadas, al hacerlas públicas.