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Opinión Editorial


La sorpresa del inconsciente


Publicación:22-03-2023
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Lo inconsciente se presenta y expresa en nuestras vidas de muchas formas, sobre todo en los sueños, síntomas, errores, confusiones

Hace poco más de un siglo, Sigmund Freud creó el psicoanálisis y, dadas las características de nuestro mundo y contextos, hoy se encuentra más vivo, vigente y necesario que nunca para ayudar a que podamos lidiar con las dificultades de nuestras vidas. El psicoanálisis propone una cura ética que se desarrolla a través de la vida singular y la palabra de cada persona, de cada analizante –como se le llama a la persona en análisis—No es una tratamiento psicológico que busca normalizar a las personas, proponiéndoles un deber ser y hacer, con estrategias y sugerencias previamente establecidas, estilo receta de qué hacer y que no hacer, sino que, sostiene desde el principio del tratamiento un malentendido y desorientación que oriente hacia lo que cada persona puede y decide hacer con el hecho de existir. 

"Cuando no hay más camino, entonces lo inventamos" (Jorge Forbes) Es tal la ética y responsabilidad a la que un psicoanálisis apunta: poder conocer y asumir la propia vida sin culpas, resentimientos o búsqueda de garantías de cualquier tipo, sino asumiendo una posición responsable y creativa. 

Según la definición que le dio Freud, psicoanálisis es: 1) un método de investigación de los procesos inconscientes, 2) un método psicoterapéutico para la atención de las neurosis. Es decir, para las personas que, entre otras cosas, sufren de reminiscencias. Es decir, viven anclados a un pasado que los hizo sufrir, sintiendo que no disponen de un presente ni perspectivas hacia el futuro. Y 3) un conjunto de teorías que surgen de los hallazgos de la clínica psicoanalítica. Teorías en constante creación y reformulación, precisamente porque se mantienen íntimamente relacionadas al campo de la clínica y a la época en la que se trabaja. Es importante destacar que para el psicoanálisis la verdad nunca es solo una teoría, un dato o un número, sino una vida singular que sufre, que se desorienta y no encuentra respuestas claras y generales. En ese sentido, el tratamiento psicoanalítico es un tratamiento uno por uno de la vida singular, de aquellos malestares que aquejan a una persona. Sin buscar respuestas universales o del deber ser. Sino todo lo contrario. 

El psicoanálisis le ha mostrado tres grandes cosas a la humanidad: la primera, la mente humana no se reduce a la consciencia, sino tiene una dimensión desconocida, lo inconsciente, que además es eficaz en el determinar, en cierta forma, la manera en la que somos, pensamos y actuamos; segunda, la sexualidad humana no inicia en la pubertad sino desde la temprana infancia y su fin último no es la reproducción, sino la obtención de placer; la tercera, existe en los humanos una tendencia a la autodestrucción (pulsión de muerte) con una carga energético-afectiva mucho mayor que cualquier búsqueda de placer, equilibrio y tranquilidad, que amenaza permanentemente con hacernos desaparecer. El análisis permite que cada uno de nosotros conozcamos esa forma paradójica y singular de sufrir/gozar de nuestra existencia. A fin de poder reconocer y localizar un límite.  

"El inconsciente está estructurado como un lenguaje" (Jacques Lacan) Siendo el inconsciente también un lenguaje o estructurado como un lenguaje, ¿qué dice ese lenguaje del inconsciente? Pues muchas cosas, cosas sobre los efectos que la cultura, a través de la crianza y educación, ha producido en nosotros. Pero principalmente algo de nuestra verdad, "eso" que habla, inquieta y mueve a buscar, a inventar. 

Lo inconsciente se presenta y expresa en nuestras vidas de muchas formas, sobre todo en los sueños, síntomas (cosas o malestares que no entendemos ni sabemos con certeza qué hacer para que se resuelvan, que insisten e insisten y nos hacen sufrir, pero que sentimos que no podemos –sea por no sé qué— evitar o soltar) errores, confusiones. Todas estas tienen el común denominador de ser experiencias sorpresivas. No se programan ni se pueden prever. Simple y sencillamente irrumpen trastocando el orden de lo esperado, de lo ideal. Y es precisamente en esa ruptura de lo ideal, de lo esperado, que se abren las posibilidades para lo nuevo, lo más creativo y diferente, lo más genuino, lo que somos. En ese sentido, lo inconsciente es una dimensión de la mente humana que, vía un cierto error de lo ideal esperado, nos avisa, vía lo sorprendente, que algo desea ser cambiado, renovado, expandido...El fracaso de lo ideal amplifica las posibilidades. Es así como eso, lo inconsciente, nos habla.  



« Camilo E. Ramírez »