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Opinión Editorial


Crisis en los partidos (II)


Publicación:08-07-2024
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En la última semana vimos cómo Joe Biden defendió a capa y espada su candidatura demócrata.

Hará cosa de una semana, en este mismo espacio, me referí a cómo los partidos políticos se han ido debilitando, destacando que se trata de un fenómeno global.

En la última semana vimos cómo Joe Biden defendió a capa y espada su candidatura demócrata, buscando la reelección presidencial de Estados Unidos, pese a trastabillar en el debate contra el republicano Donald Trump.

Los legisladores del vecino país han barajado nombres como la ex primera dama, Michelle Obama; la vicepresidenta Kamala Harris y el gobernador de California, Gavin Newsom, como potenciales relevos de Biden.

Pero atestiguamos también lo que ya se veía venir: la caída de los conservadores y Rishi  Sunak en Inglaterra y de Macron, en  Francia, pues durante su gobierno incurrieron en acciones que no dejaron contento al electorado.

Este domingo, Alejandro Moreno Cárdenas, "Alito", encabezó una asamblea general en que unos 3 mil delegados del Partido Revolucionario Institucional, aprobaron modificar su declaración de principios.

En sus inicios, el organismo político se definió como un partido con ideales de izquierda, marcado por la recién terminada Revolución mexicana; fue a partir de la década de los 80s cuando abrazó el  "neoliberalismo", corriente que ahora ha dejado, asegurando que ese modelo los distanció de grandes grupos de la población.

En aras de "refundarse", los priistas acogen ahora temas como el fin de la pobreza, las energías limpias y condenan la inacción del gobierno ante el crimen y exigen respeto a las instituciones.

El problema no es refundarse (si es que hay real voluntad política por hacerlo); lo cuestionable es el contexto en que se da la reelección del dirigente nacional, donde no hay respaldo de la mayoría, empezando por todas las personas que no pudieron participar en la Asamblea de este domingo.

Si los priistas dentro de su partido no son escuchados ¿cómo espera el PRI que la sociedad crea en sus "buenas intenciones" de cambio?

Hace casi un siglo surgió el Partido Nacional Revolucionario (PNR) comandado por Plutarco Elías Calles; organismo que con el tiempo se transformó en Partido de la Revolución Mexicana (PRM); y a partir de 1946, recibe el nombre con el cual se le conoce hoy.

No es necesario hacer una reseña de lo que ha hecho y no, el priismo en México; la gran mayoría sabe de sus yerros y sus aciertos y en función de ello es que ha votado y también le ha dado la espalda.

El tricolor, como el resto de las corrientes ideológicas en México o en el mundo, lo he dicho antes, está conformado por personas y la propia naturaleza humana a veces ve desde un ángulo egoísta, actúa, dirige, encabeza, lidera, no acorde a lo que demandan las masas, sino un grupúsculo y hay errores que se pagan.

El PRI, por ejemplo, de ser un partido hegemónico, ha debido conformarse con pasar a ser la tercera fuerza política, al menos hasta la elección de 2018.

Habrá que esperar el desarrollo de los acontecimientos en los próximos días o semanas; hay interrogantes y retos por salvar; habrá que ver si lejos de ser un transformador, Alejandro Moreno Cárdenas, se convierte en el sepulturero del Revolucionario Institucional.



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