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"No merecía morir así mi familia"
Publicación:28-11-2021
TEMA: #Accidente Vial
Todas las familias de Sahuayo pasaron un viacrucis para buscar a los peregrinos que resultaron lesionados en el accidente
Tenango del Valle, Estado de México.-"No merecía morir así [mi familia]", exclamaron con llanto y dolor los hermanos de María, una mujer de 56 años de edad, que como otros 19 peregrinos que fallecieron en el choque del autobús, se dirigía a dar gracias al Santuario de Chalma y a la Basílica de Guadalupe por haber logrado sus metas, superado enfermedades y la pandemia de Covid-19.
Familias de jornaleros, cargadores, empacadores, enfermeras y lava autos salieron de Sahuayo, Michoacán, al enterarse que el autobús en el que viajaban sus padres, esposas, hermanas y sobrinos había chocado y 20 de ellos habían fallecido y más de 30 estaban hospitalizados.
"El presidente municipal de Sahuayo alquiló un camión para venir y nos dio sarapes para aguantar el frío de Toluca", afirmó Graciela, quien llegó al Centro de Justicia de Tenango del Valle a identificar el cuerpo de su madre, Leticia Martínez Méndez, quien viajaba con su amiga Remedios.
El camión que chocó en Joquicingo, la mañana del 26 de noviembre, a unos cuantos kilómetros del Santuario del Señor de Chalma, trasladaba a más de 50 personas, la mayoría familiares, como las hermanas Anita, Lilia y María de Jesús Díaz García de 51, 54 y 72 años de edad; las dos primeras sobrevivieron y están hospitalizadas, mientras que la mayor falleció y regresará en carroza a Sahuayo, Michoacán, junto con otras 19 personas que murieron en este accidente.
Autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ajustaron a 20 el número de fallecidos, luego de que la noche del viernes autoridades afirmaron que el número de decesos pasó de 19 a 21, al morir dos personas más en hospitales de la entidad.
No obstante, personal de un hospital de Tenango habría entregado el cuerpo de un varón con quemaduras —que pereció en otro accidente—, como parte de las víctimas del camionazo de peregrinos, pero en este percance no hubo fuego, por lo que los peritos detectaron la confusión.
Al cierre de esta edición, los 20 cuerpos de los peregrinos habían sido identificados por sus familiares, por lo que eran preparados para regresar en caravana de carrozas a Sahuayo, en un trayecto de más de 400 kilómetros que les llevará entre seis y ocho horas.
Piden traslados a Toluca
"Que sean sensibles, que nos den chance de tener a mis padres, hermana y sobrinos juntos en hospitales cercanos" y no en distintos municipios como están ahora en Ixtapan de la Sal, Malinalco y Toluca, señaló Arturo García Navarrete.
Todas las familias de Sahuayo pasaron un viacrucis para buscar a los peregrinos que resultaron lesionados en el accidente, pues los heridos fueron trasladados a hospitales en diferentes puntos del Estado de México.
Por lo que familiares piden que los lesionados sean llevados al Centro Médico Adolfo López Mateos y al Nicolás San Juan del ISEM, para tenerlos juntos.
Los reclamos surtieron efecto, pues por la noche, Arturo dijo que su sobrina Alondra, de nueve, que estaba internada en Ixtapan de la Sal, y su hermana, María del Carmen, fueron trasladadas con sus papás a Toluca.
Arturo tiene 29 años, quien junto con hermanos y su cuñado llegaron de Sahuayo a Toluca, para buscar a sus familiares.
"Para ir de aquí al hospital de Ixtapan de la Sal nos cobraron mil pesos y otro tanto para ir a Malinalco", señaló Arturo, quien indicó que llegaron sin dinero, pues son una familia de lavadores de autos, veladores, cargadores y enfermeras.
"En una camioneta Lobo venimos 12 personas, sólo con el tanque lleno de gasolina, pero sin dinero y con lo que traíamos puesto y aquí hace mucho frío", afirmó.
"Le dije a Cristo que por qué no la cuidó"
Mientras unos familiares de las víctimas que fallecieron en el accidente de autobús registrado en Joquicingo, Estado de México, reclaman al Cristo de Chalma, otros consideran que la Virgen de Guadalupe los quería con ella.
Se recorrió los domicilios de las víctimas en el municipio de Sahuayo, Michoacán, para conocer quiénes eran las personas fallecidas en el siniestro que dejó una veintena de muertos y 28 lesionados.
Paulina Nieto Chávez, hija de María de Jesús Chávez Grimaldo, cuenta que era la primera vez que su mamá acudía a esa excursión que año con año se realiza en Sahuayo. "Estaba contenta porque iba a ir a ese viaje, a ver a La Guadalupana y al Cristo [de Chalma], pero no sé por qué se hizo ese viaje", se cuestiona la hija de la víctima.
María de Jesús, de 68 años, era ama de casa y esposa de un carpintero. Paulina platica que su mamá estaba muy apegada a la religión católica.
"Toda su vida fue hogareña. Mi mamá era muy sociable; tenía mucha humildad, mucha alegría; no era rencorosa y era muy arrimada a Dios; muy católica. Yo estoy enojada, porque yo le dije a ese Cristo al que fue a ver que por qué había hecho eso, si mi mamá había ido a verlo, por qué no la cuidó, o hizo algo por ella", reprocha.
La mujer narra que antes de irse, María de Jesús se despidió de sus hermanas, a quienes confesó que sentía miedo, por lo que le sugirieron que no fuera a esa excursión. "Les dijo que sentía como un miedo; una tía le dijo: 'Pues no vayas, ¿a qué vas?', y ella le dijo: 'Es que yo voy a ir a ver a la Virgen y al Cristo. Sí voy a ir y ya me voy porque me va a dejar el autobús'", relata entre lágrimas la hija de María de Jesús.
"Era una gran madre; era muy sonriente. Mi mamá no merecía morir así, No así. Es muy injusto", recrimina desconsolada.
La mayoría de las víctimas eran vecinos de la colonia Valle Verde, colindante con el centro de ese municipio ubicado a 164 kilómetros de Morelia.
A unos metros vive la familia de su gran amiga Remedios Chávez Ávila y su esposo Ricardo Estrada Víctor, ambos también muertos en el accidente.
Remedios y Ricardo, vecinos de la colonia La Puntita, decidieron ir, como cada año, a esa excursión. En esta ocasión fueron acompañados de su nieta, una niña de 10 años, que se encuentra muy grave en un hospital de Toluca a consecuencia del accidente.
Roberto Chávez Ávila, hermano de Remedios, cuñado de Ricardo y tío de Diana, afirma que lo ocurrido fue porque seguramente la Virgen quería a sus seres queridos con ella. Señala que la ilusión de su hermana y de su cuñado no era otra más que ver felices a sus hijos y esperar con ansias, cada año, ir a ver a la Virgen para regresar felices.
"Pero no fue así. Es una pérdida muy grande y nos tienen a todos destrozados. Nos duele mucho que ya no los vamos a ver. Regresaron muertos", enfatiza mientras rompe en llanto. Remedios, de 56 años, era una mujer alegre, una gran madre para sus cuatro hijos, una excelente hermana y era la que más estaba con su mamá, dice Roberto.
El esposo de Remedios, Ricardo, de 60 años, se dedicaba a hacer adobones (ladrillos). El matrimonio y el resto de la familia, cada año iban a la peregrinación. Ahora asegura "es como nos encontramos todos los sahuayenses: unos de luto y otros pidiendo por la recuperación pronto de los que están hospitalizados".
« El Universal »