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Elon Musk se queda con Twitter

Elon Musk se queda con Twitter
Muchos temen que esto signifique la vuelta a la red de Donald Trump

Publicación:27-04-2022
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Ya es un hecho: después de semanas de ofertas, especulaciones e intriga, Elon Musk se va a quedar con Twitter por 44.000 millones de dólares.

 El culebrón de su compra queda cerrado, pero se abre otro relacionado con lo que sucederá a partir de ahora. O más bien a partir del cierre del proceso de compra, que se puede alargar casi hasta final de año. En el mejor de los casos, Twitter habrá cambiado de manos a principios de este otoño. Pero como es muy poco probable que las autoridades encargadas de vigilar la competencia en este tipo de operaciones pongan pegas, antes de que finalice este año, Elon Musk será el propietario de la compañía.

Lo que puede pasar a partir de ese momento ha hecho correr ya ríos de tinta en todo tipo de ámbitos. Porque dado el historial y la personalidad de Musk, todo puede suceder. Tanto en lo que se refiere a la plantilla de la compañía como al funcionamiento de la red social, y por descontado, en lo que puede afectar a sus usuarios, cuyas posiciones se dividen entre los partidarios de Musk y los que aseguran que quieren dejar la red social a la vista del cambio de propietarios.

La verdad es que Musk no deja a nadie indiferente. También que, al menos a corto plazo, no es probable que se produzca una fuga de usuarios a redes como Mastodon. Permanecerán a la espera de acontecimientos y novedades, que no llegarán probablemente hasta el año que viene.

¿Qué pasará a partir de ahora con Twitter?

Incluso antes de formalizar la compra, Musk ya ha comentado, por supuesto a través de Twitter, qué planes tiene para la compañía. El primero pasa por sacar a Twitter de bolsa y convertirla en una empresa privada. También planea despedir a toda la junta directiva y poner en marcha otra que no cobre ni un dólar de salario por ello (los que la forman ahora cobran en conjunto 3 millones de dólares anuales, algo de lo que Musk ya se ha quejado). Y según asegura, mejorar la libertad de expresión en la red, aunque en el caso de Musk habrá que ver qué entiende por libertad de expresión una persona conocida por no respetar en exceso la de los empleados de sus otras empresas.

Musk también ha desvelado algunos de sus planes en el comunicado de compra de la compañía. En él asegura que «la libertad de expresión es la base de una democracia que funciona, y Twitter es la plaza del pueblo digital en la que se discuten asuntos vitales para el futuro de la humanidad. También quiere que Twitter sea mejor que nunca mejorando el producto con funciones nuevas, hacer que los algoritmos sean open source para aumentar la confianza, acabar con los bots de spam e identificar a todos los humanos. Twitter tiene un potencial tremendo, y espero trabajar con la empresa y la comunidad de usuarios para liberarlo«.

Lo primero que llama la atención sobre estas declaraciones, y lo que Elon Musk lleva repitiendo sin cesar desde hace meses es que en la actualidad en Twitter no hay bastante libertad de expresión. Él se propone mejorarla, pero no queda nada claro qué quiere decir con ello.

Muchos temen que esto signifique la vuelta a la red de Donald Trump, cuya cuenta se suspendió tras los acontecimientos del 6 de enero de 2021, que desembocaron en la invasión del Capitolio de Estados Unidos por parte de seguidores de Trump y miembros de organizaciones ultras. Pero Trump ya ha asegurado, en un comunicado enviado a Fox News, que no tiene ningún interés en volver a la red social, aunque cambie de propietarios, y que utilizará la plataforma Truth Social.

Elon Musk y la libertad de expresión

La mayoría duda también de qué entenderá Musk por libertad de expresión, puesto que a raíz de su comportamiento en la red y de cómo trata a los empleados de sus otras empresas, su concepto de libertad de expresión parece peculiar. Musk tuitea con frecuencia, pero no se corta a la hora de bloquear críticos o comentarios que no le gustan. Además, cuando despide trabajadores, les obliga a firmar acuerdos en los que prohibe que hagan comentarios o declaraciones contra la empresa.

En el caso de Twitter, lo que parece más probable es que Musk va a hacer cambios en el sistema de moderación de contenidos para dejar más manga ancha a los usuarios. Pero habrá que ver cómo lo hace, porque a pesar de lo que él piense sobre la libertad de expresión, tendrá que cumplir las normas sobre contenidos que estén vigentes en cada uno de los países en los que la red tiene presencia. En la Unión Europea, por ejemplo, con la aprobación de la Ley de Servicios Digitales se exigirá a las empresas que tengan más de 53 millones de usuarios que moderen sus contenidos. Y a ver cómo se las ingenia Musk para decir que en Europa Twitter no llega a ese número de usuarios para no moderar sus contenidos.

Según CNBC, los empleados de Tesla han asegurado que se han dado situaciones de sexismo, acoso y comportamientos racistas, además de condiciones de trabajo poco seguras, en la empresa. Muchos han hablado también sobre represalias sufridas después de hablar públicamente de problemas de este tipo. No es de extrañar, por tanto, que los actuales empleados de Twitter estén intranquilos y hayan preguntado, en reuniones del CEO de la compañía y más recientemente también con el Presidente de la junta directiva, Bret Taylor, qué es lo que va a suceder a partir de ahora.

El CEO de Twitter, Parag Agrawal, ha reconocido ante los trabajadores de Twitter que no tiene muchas respuestas concretas a sus dudas sobre lo que pasará cuando Elon Musk tome las riendas de la compañía, y que ahora tienen ante sí unos meses de incertidumbre. Sí ha asegurado, según The Verge, que por ahora no hay previstos despidos, pero no sabe lo que pasará después. Lo que sí ha dejado claro Bret Taylor es que la junta directiva de la empresa se disolverá cuando se cierre la operación de compra. Es probable que Agrawal deje también su puesto y abandone la compañía.

Algunos trabajadores de Twitter reciben en la actualidad parte de su salario en acciones de la compañía, por lo que también querían saber lo que pasará después al respecto. Ya tienen la confirmación de que una vez que la empresa se convierta en privada no recibirán acciones, por lo que más de uno ya se está preguntando si les compensará trabajar en Twitter desde el punto de vista económico.

En cuanto al futuro económico que espera a la empresa, Musk ha manifestado que a él no le preocupa en absoluto. Pero sí va a recibir presiones para obtener rendimientos de la inversión realizada. Porque no todo el dinero que va a invertir en la compra de Twitter es suyo, sino que viene de diferentes entidades. Por eso tendrá que sacar dinero de la red social.

No está claro qué hará para conseguirlo, y puede que haga cambios radicales al respecto. Podría, por ejemplo, abandonar la publicidad en la plataforma (Elon Musk no cree en el modelo de publicidad para conseguir ingresos), una medida adoptada por uno de los CEOs de la empresa, Dick Costolo, que cuando decidió insertar publicidad en Twitter reconoció que no lo hacía por gusto, sino porque era la manera más rápida y sencilla entonces de conseguir dinero.

Puede que Elon Musk decida apostar entonces por las suscripciones, con diversos planes y ventajas asociadas a cada uno. Pero también podría optar por avanzar hacia la conversión de Twitter en una plataforma más descentralizada, y cobrar entonces por el acceso a sus APIs a desarrolladores que quieran crear proyectos en torno a Twitter. Si Musk tiene claro lo que hacer a estas alturas, no ha soltado prenda. Pero todo es posible, dada la personalidad volátil de Musk. Ahora puede tener una idea, y dentro de unos meses, otra completamente diferente. Mientras tanto, lleva ya unas semanas preguntando desde su cuenta a los usuarios de la red social lo que quieren ver en Twitter en el futuro.

¿Qué opina Jack Dorsey sobre todo esto?

Mientras sucedía todo esto, todos los ojos de los usuarios de la red social, de los medios y del panorama tecnológico mundial estaban puestos en la cuenta de Twitter del antiguo CEO de la compañía, Jack Dorsey, el único de los antiguos fundadores de la compañía que sigue teniendo relación con ella, y que abandonará su junta directiva en mayo cuando finalice su periodo como miembro, sin presentarse a la reelección, tras haber dimitido hace unos meses. Dorsey tiene acciones de Twitter todavía, aunque solo un pequeño porcentaje, y no es ningún secreto que no estaba nada conforme con la junta directiva y su actuación durante los últimos años.

En 2020, los fondos Silver Lake y Elliott Management se hicieron con un porcentaje notable de acciones de la compañía. Esta última tiene al frente a Paul Singer, un multimillonario muy cercano al Partido Republicano, al que dona habitualmente generosas cantidades de dinero. Y ya desde su compra de acciones, desde Elliot Management intentaron expulsar de su puesto a Jack Dorsey. Además, metieron en la junta directiva un nuevo presidente independiente, Patrick Pichette, que presionaba desde dentro.

En 2020 no pudieron expulsar a Dorsey de su puesto, y las partes llegaron a un acuerdo para que este siguiese siendo el CEO de Twitter. Pero la calma no duró mucho, y Dorsey dimitió hace unos meses, probablemente cansado de tener que bregar con los miembros de una junta que tenía en contra. Salvo quizá a su sucesor, Parag Agrawal, que Dorsey ha manifestado que compartía su visión (ambos querían que Twitter se convirtiese en una red descentralizada), y al que eligió por ello para sucederle.

Pues bien, en cuanto Elon Musk comenzó a mover sus fichas, Dorsey empezó a manifestar su posición al respecto, aunque con cuentagotas. Hasta que la compra no ha sido efectiva no ha comunicado lo que piensa de ella. Pero sí criticó hace unos días a la actual junta directiva, al hilo de unos tuits de Musk en los que protestaba porque los miembros de la junta no poseían casi acciones de Twitter, y que no debían tomar por tanto decisiones que afectaban a sus accionistas. Finalmente, y una vez cerrada la compra, Dorsey ha hecho pública su opinión. Sorprendentemente, está de acuerdo con ella. Además, ha elogiado a Musk e indicado que la operación es la solución a la situación que vive la empresa.

A través de un hilo de Twitter, encabezado por un tuit que enlaza a una canción de Radiohead titulada «Everything in its right place» (Todo está en su sitio), Dorsey ha señalado que ama a Twitter y que es «lo más parecido que tenemos a una conciencia global«, además de decir que «la idea y su servicios es lo único que me importa, y haré lo que sea para proteger ambos«. También ha señalado que «como empresa, Twitter ha sido siempre mi único asunto y mi mayor remordimiento. Ha sido propiedad de Wall Street y del modelo de publicidad. Recuperarlo de Wall Street es el primer paso correcto».

También ha asegurado que «en principio» no cree que «nadie deba ser el propietario o ejecutar Twitter. Quiere ser un bien público a nivel de protocolo, no una empresa. Aparte del problema de que es de hecho una empresa, Elon es la solución singular en la que confío. Confío en su misión de extender la luz de la conciencia. El objetivo de Elon de crear una plataforma que tenga «el máximo de confianza y sea ampliamente inclusiva» es la correcta. También es el objetivo de Parag, y por eso le elegí». Dorsey ha dado las gracias a ambos por sacar a la empresa de una situación mposible, y ha asegurado que está completamente convencido de que lo hecho es el camino correcto.

Muchos ven en la operación una salida para sacar dinero de Twitter, algo que en la actualidad sus directivos ya no sabían probablemente como hacer tras poner en marcha las suscripciones y, como es lógico, buscan sus accionistas. Pero es posible que para Dorsey, a tenor de sus declaraciones, esta operación sea algo más personal. Solo el tiempo lo dirá, y solo el tiempo dirá también qué es lo que pasará a partir de ahora con Twitter. Tanto sus accionistas como sus usuarios esperan expectantes los próximos acontecimientos.



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