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Museo 31: más allá de las reinterpretaciones de arte

Museo 31: más allá de las reinterpretaciones de arte


Publicación:20-06-2024
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El Franz Mayer recibe en préstamo la colección de arte privada de Tulio Triviño, conductor del noticiero 31 Minutos.

La Ciudad de México tiene el honor de recibir en préstamo la colección de arte privada de Tulio Triviño, conductor del noticiero 31 Minutos. En la exposición Museo 31, que inaugura este jueves en el Museo Franz Mayer, los asistentes podrán ver cómo el universo del programa de televisión chileno se apropió de grandes obras de arte.

Por ejemplo, hay recreaciones de La última cena, de Leonardo da Vinci, así como piezas inspiradas en artistas como Marcel Duchamp, Jeff Koons e incluso una versión en títere del polémico Ecce Homo.

A propósito de su visita, los títeres reinterpretan tres obras de arte de la colección del Franz Mayer, se trata de La lactación de San Cayetano, del artista Juan Tinoco Rodríguez; Alegres compañías, del Taller de Willem van Herp, y Posible retrato de María Manuela Josefa, de Loreto Rita Modesta Gómez de Cervantes y Padilla.

Museo 31 es una exposición curada por José Delano.

La muestra fue creada para celebrar el 20 aniversario del programa de televisión y ya estuvo en Santiago, Chile. Pero más allá de las reinterpretaciones de arte, los asistentes podrán conocer más del detrás de cámara de 31 Minutos.

La muestra ofrece un recorrido en el que las risas están garantizadas y la experiencia de vivir el programa en carne propia, como si fueras un personaje más. "Es parte fundamental nunca institucionalizar la risa, para eso hay que conocer la poética que hay detrás de los curadores y la personalidad del show", declaró Giovana Jaspersen, directora del Museo Franz Mayer.

La visita inicia con la bienvenida de un pez, quien habría sido el conductor original, antes de su trágica muerte y la creación de Tulio Triviño. La primera parte consiste en una introducción histórica del programa. Ahí se exhiben los primeros guiones, el primer títere de Tulio Treviño —"que es horrible", comenta Delano— así como el primer episodio, que fue un fracaso.

Después, el visitante se adentra al taller de 31 Minutos, donde se pueden ver recreaciones de los espacios donde se crea este universo, sus títeres y escenografías. Hay bocetos, pizarrones con las fechas de entrega, un huacal con los títeres "desmembrados" y un frasco con los títeres "cumpleañeros". A un lado una versión a escala del estudio de noticias, así como múltiples ejemplos de memorabilia absurda, como una copia del libro Crimen y Castigación, un busto caricaturesco de Gabriela Mistral, vinilos de Frédéric Chopin con su versión títere en el portada y mil chucherías más (la exposición está compuesta por cerca de 5 mil objetos).

En otro apartado de la exposición se aborda la humanidad de los personajes, un punto medular del programa, explica el curador.

"No hay que traicionar lo cotidiano, es una idea clave en el proyecto. Lo cotidiano hizo a los títeres más curiosos, que se transformaron en personajes. Estos debían ser humanos, por eso son farsantes, embusteros, pero honestos y vulnerables. El humor es el epicentro, humor sin arriba de nadie, horizontal. A través de lo cotidiano se permite tocar los temas más profundos de la humanidad, como la igualdad, lo diverso", declara Delano. Precisamente en el recorrido se pueden identificar, de manera sutil, temas como los derechos de los niños, de la mano de su defensor número uno: Calcetín con Rombos Man; también se aborda el tema ecológico, con el desentrañamiento del personaje de Juan Carlos Bodoque, o las condiciones laborales con el siempre explotado e ingenuo Juanin, quien detalla su exhaustivo horario en un día de trabajo, que arranca a las 3:30 horas y acaba pasadas la media noche.

Como en el programa, la música tiene un lugar crucial. De cuatro temporadas, resultaron cinco discos musicales, de estos se eligieron los temas musicales más icónicos de la serie, para que el visitante millenial reviva con nostalgia las canciones que marcaron su infancia, o nuevas generaciones descubran las canciones más irreverentes y pegajosas que puedan encontrar. En la muestra están grandes éxitos como "Yo opino", de Joe Pino & The Maniacodepresivos; "Mi muñeca me habló", de Flor Bovina; "Me cortaron mal el pelo", de Chascoberto, y muchos más.

"Se necesitaba un bálsamo para que todo pegara y eso se logra con la música, que aglutina toda la historia. Esto convence a la gente de que el programa tenía futuro. Las canciones tenían que ser cool para que gustaran y pegaron", dice José Delano.

Por su parte, Jaspersen destaca que, en tiempos donde lo digital absorbe nuestra atención la mayor parte del tiempo, la exposición enaltece el trabajo hecho a mano y la maestría artesanal que se aprende a lo largo de dos décadas.

Museo 31 estará abierta hasta el 29 de septiembre. Se recomienda comprar los boletos en línea, pues la venta en taquilla será limitada. La entrada general tiene un costo de 180 pesos. Para personas afiliadas al museo, estudiantes, profesores e INAPAM, el boleto vale 90 pesos, mientras que menores de 6 años entran gratis. Del 21 al 23 de junio habrá una serie de conferencias sobre la creación de personajes, la historia del programa y más. Para más información visite franzmayer.org.mx/.



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