banner edicion impresa

Opinión Editorial


El trabajo dignifica


Publicación:27-04-2020
++--

No es un secreto que el mundo entero sufre los estragos médicos y sanitarios.

No es un secreto que el mundo entero sufre los estragos médicos y sanitarios, pero también los económicos por causa del covid-19, virus “nacido” en China y que ha infectado a casi 3 millones de personas en el mundo y matando a otras 200 mil.

No acabamos de superar la pandemia sanitaria cuando ya tenemos que estar viviendo, como mexicanos, la pandemia  sobre nuestra economía y nuestras finanzas al grado que, de acuerdo con la Confederación de Cámaras Industriales, la CONCAMIN, a cierre de este mes de abril se habrán perdido 900 mil empleos.

¿Qué pasa cuando la gente carece de empleo, de sustento, más allá de que tenga o no un título universitario?

Esta semana “celebraremos”, así, entrecomillado, el Día Internacional del Trabajo, porque de festejo, difícilmente podemos hablar.

Desde que tengo uso de razón he escuchado en casa decir que “el trabajo dignifica” y créame que a esta frase casi cliché, le tomé sentido cuando gané gustosa mi primer sueldo, hace ya varios ayeres.

“Es necesario reafirmar que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos y que su principal valor es el bien de la persona humana, ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales”, así es como se refiere el Papa Francisco al respecto del trabajo.

“De esto se deriva que el trabajo no tenga sólo un fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe al hombre y a su dignidad. ¡Y si no hay trabajo esa dignidad está herida!”, añade.

Exacto, sin trabajo, la dignidad humana está herida.

Y mientras hoy el gobierno federal da una serie de extrañas salidas a esta coyuntura, la sociedad rebasa a su autoridad siendo solidario. Hay decenas de sitios en redes sociales donde hay personas dispuestas a brindar oportunidades laborales –aunque sea momentáneas- a otras tantas que carecen de sustento para sus familia.

Trueques, obsequios, apoyos, eso es lo que unos a los otros se están dando porque por ahora de lo que se trata es de sobrevivir mientras las empresas detienen actividades o cierran, no porque así lo deseen sino por cuestiones propias de la pandemia.

Esperando que en los tres escenarios planteados por la industria, empresa y comercio, el gobierno saque la casta y apoye verdaderamente para recuperar todos los empleos,  el panorama no se ve ni sencillo ni claro.

Por eso usted o yo que aún tenemos ese empleo dignificador, podemos hacer varias cosas: lo primero es dar gracias a Dios, la vida o la suerte por tener ese empleo; ser mesurable con nuestros consumos pero también apoyar a quienes tienen menos y por qué no, elevar una oración porque todo esto acabe, acabe pronto y podamos darle vuelta a la página.

Y que cuando podamos regresar a la planta, a la fábrica, a la oficina, podamos también manifestar gratitud por nuestro empleo e ingreso y decir con gusto que “El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”.

Mientras eso  pasa, como dice López-Gatell o el doctor de la O, quedémonos en casa.

Comentarios: nelly.cepedagzz@gmail.com




« El Porvenir »