El día de mañana, martes 1º de octubre, comienza de manera gloriosa una nueva era; esta histórica fecha representa la continuidad transexenal con mejoras al proyecto político que, hasta hoy, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador ha implementado con éxito. ¿Quién duda de la capacidad política, administrativa y de liderazgo de nuestra nueva presidenta Claudia Sheinbaum Pardo? ¡Por supuesto que nadie! Ganó por un gran margen, destacando la aceptación en los jóvenes que tienen esperanza en un mejor país.

Recientemente, de manera tímida y tal vez con algo de humildad, la nueva dirigenta señaló que nuestro gran mandatario López Obrador será considerado por la historia como uno de los mejores presidentes. Pero yo sostengo que debemos reconocer el peso del proyecto político y sus acciones, que trascenderán en el futuro. Por ello, hoy lunes 30 de septiembre, declaro: ¡Andrés Manuel López Obrador es y será considerado el mejor presidente en la historia de México!

"¡Ahora el pueblo manda!", sostiene nuestro líder moral. Y yo agregaría: "¡Qué muera la oligarquía!". Además, tendremos un sistema de justicia realmente democrático, donde no habrá más jueces corruptos con canonjías y privilegios heredados a sus familiares. ¡Muera el nepotismo del Poder Judicial! Dicen allá en Los Arroyos, en Montemorelos, Nuevo León, que a cada guajolote le llega su fiestecita. Ahora les tocó a los magistrados y jueces que vivían como pachás.

Alegan los conservadores que nuestro amado dirigente está destruyendo el régimen democrático liberal, y que con las reformas al Poder Judicial y los órganos autónomos, está causando un golpe mortal a los contrapesos del poder. Que la democracia está herida de muerte a raíz de estas reformas. Yo les respondo: ¡Qué muera la democracia liberal, que solo ha servido para sostener un sistema oligárquico basado en la injusticia social!

Les recuerdo que la izquierda marxista-leninista no cree en la democracia liberal. Solo los socialdemócratas revisionistas, trasnochados y triviales eurocéntricos han propuesto la viabilidad de un socialismo democrático. Pero en México, gracias a la influencia histórica del otrora clandestino Partido Comunista Mexicano, nuestra línea de acción fue, es y será siempre derrocar al sistema capitalista e instaurar una dictadura del proletariado a través de un magno partido de Estado.

Considerando el buen oficio político de nuestro presidente, Morena será en este sexenio el nuevo partido de Estado, encargado de conducir al pueblo mexicano hacia una sociedad socialista. Todas las bases institucionales y constitucionales están dadas para que, desde el control del Poder Ejecutivo, con el apoyo total de la mayoría calificada del Congreso, y con un Poder Judicial totalmente dócil, se pueda instaurar el equivalente a una dictadura del Partido Morena. Este hecho inminente, por fin, en pleno siglo XXI, será un sueño posible.

Gracias a la política económica que ha aplicado nuestro mandatario López Obrador, miles de familias han sido rescatadas de la pobreza. Además, los trabajadores de la base de la pirámide social han mejorado sus ingresos con el aumento del salario mínimo, el cual se contempla que siga creciendo de acuerdo con la inflación, para compensar la pérdida del poder adquisitivo. ¡Sin duda, grandes logros económicos!

En este sexenio que finaliza, los adultos mayores, donde me incluyo, hemos recuperado nuestra dignidad al recibir un apoyo económico respaldado en la Constitución, que evita que miles de beneficiarios pasen hambre en esta etapa de la vida. De igual manera, los jóvenes son apoyados con becas para estudiar y trabajar, y las personas con discapacidad, quienes también reciben apoyos monetarios, recordando que el gobierno de México está con ellos.

En el ámbito económico, nuestro presidente entrega unas finanzas en buen estado. Aunque es criticado por ser "populista", nuestro dirigente ha mantenido un gasto público mesurado, con baja deuda, y el valor del peso frente al dólar, a pesar de las presiones, se ha sostenido hasta la fecha.

Una de las cosas que más disfruté fue la rifa del avión presidencial. Como amante de los boletos de lotería, me encantaron los sorteos que se realizaron con bienes confiscados a políticos corruptos, devolviendo así propiedades al pueblo. Esto fue parte de la estrategia de "devolver al pueblo lo robado". Aunque no gané, hubiera sido una gran celebración nacionalista, además de la prosperidad que habría traído a mi familia.

Cuando escuché críticas sobre los costosos gastos de mantenimiento del avión presidencial, símbolo del lujo y opulencia de la clase política mexicana neoliberal, le escribí una carta a nuestro presidente a través de este medio, pidiéndole que no lo vendiera, sino que lo hundiera en el Golfo de México como un mensaje contundente a la oligarquía: que no se tolerará más el despilfarro del erario público.

Los conservadores, hipócritas como son, han lanzado múltiples críticas hacia la gestión de este gran gobierno, particularmente sobre el tema de la inseguridad. Señalan que en este periodo de gobierno se han perpetrado más de 200,000 homicidios dolosos y 115,000 desapariciones, con un promedio de 100 muertos diarios.

Como bien ha señalado nuestro líder histórico, la culpa de la narcoguerra es del expresidente Calderón y de su narcopolicía García Luna. Hoy se atienden las causas de la violencia y, tarde o temprano, las estadísticas disminuirán a niveles aceptables. Con este inminente segundo piso de la 4T, la doctora Sheinbaum resolverá el problema.

Hoy contamos con una Guardia Nacional militarizada, junto con las fuerzas del Ejército y la Marina de México. Qué mejor garantía para recuperar la paz. La doctora Sheinbaum tiene además el apoyo de García Harfuch, un policía de carrera con amplia experiencia, que dio buenos resultados en la Ciudad de México. Seguramente aplicará todo su talento para resolver el problema de la inseguridad a nivel nacional.

Se han lanzado acusaciones infundadas contra García Harfuch, nuestro mandatario y nuestra nueva presidenta de ser "narcopolíticos". A esas acusaciones digo: ¿A quién le importa eso? Lo importante es que el movimiento social histórico perdure, y que los recursos lleguen, sin importar su origen.

Si los gringos acusan a nuestro guía moral de ser narcopolítico y de haber financiado sus campañas con dinero del cártel de Sinaloa, responderé apoyando a nuestra presidenta para romper relaciones diplomáticas y suspender los tratados de extradición con los Estados Unidos; si esto es insuficiente, me alistaré en la reserva militar para defender la dignidad de nuestro país, y gritar a todo pulmón ¡Es un honor estar con Obrador!