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Joven TEC


Sonorenses ganan concurso de diseño con proyecto multidisciplinar

Las alumnas de Diseño Industrial se encargó de la conceptualización, prototipado y materialización de la pieza. Foto: cortesía Edgar Ludert.

Publicación:01-04-2025
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Estudiantes de Sonora Norte ganaron el concurso Fondo Creativo 2024 con un proyecto que combina arte, tecnología y ciencia.

Un grupo de estudiantes de diferentes disciplinas del Tec de Monterrey campus Sonora Norte desarrolló Joy Oracle, un proyecto basado en la risa como expresión auténtica del ser humano, para participar en el concurso Fondo Creativo 2024.

Fondo Creativo es una convocatoria nacional del Instituto Arte AC que busca incentivar la creación de proyectos que involucren el arte, la ciencia y la tecnología en concordancia con la comunidad Tec.

Carolina López, estudiante de quinto semestre de la Licenciatura en Diseño Industrial, explicó que el proyecto consistía en combinar arte, tecnología y ciencia para la creación de una pieza conceptual.

"[Queríamos] encontrar activaciones en espacios públicos por medio de nuevas perspectivas".- Jessica Isac.

El proyecto fue uno de los ganadores y se presentó en el Pabellón Expositivo de campus Monterrey el pasado 13 de noviembre y en la inauguración del espacio expositivo EXPEDITION FEMSA el 2 de diciembre.

Los alumnos compartieron a CONECTA que el impacto que buscan generar a través de esta pieza es el ver lo posible en lo que se piensa imposible: maravillar, crear curiosidad y asombro en una vivencia experimental.

"[Queríamos] encontrar activaciones en espacios públicos por medio de nuevas perspectivas", puntualizó Jessica Isac, estudiante de Diseño Industrial de quinto semestre.

Combinan arte y tecnología a través de un equipo multidisciplinario

El proyecto de Joy Oracle se desarrolló bajo la supervisión del profesor Edgar Ludert, director regional Noroeste de Arte y Diseño, quien reclutó y coordinó a un equipo multidisciplinario formado por estudiantes de Diseño Industrial (LDI), Ingeniería en Tecnologías Computacionales (ITC) e Ingeniería en Mecatrónica (IMT).

El equipo de diseño estuvo conformado por las alumnas de LDI Michelle Guerra, Karla Sofía Peña, Carolina López y Jessica Isac, quienes participaron desde la conceptualización y prototipado hasta la materialización de la escultura.

Además, contaron con el apoyo de los profesores René Corella en el modelado 3D y Jaime Solorzano en procesos de manufactura.

Asimismo, se incorporaron al equipo los estudiantes Daniel Fernández, Gustavo Betancourt, Ramón Alberto y Alan García de ITC, así como Ana Othón y Julio César de IMT, quienes se encargaron de programar y crear los mecanismos que daban movimiento a la escultura.

Proceso de "Joy Oracle"

El inicio de este proyecto consistió en la conceptualización y combinación de ideas en el equipo.

"Consideramos muchísimas posibilidades, desde figuras de animales diferentes a flores y ojos", compartió Jessica.

Al final el equipo se decidió por una figura orgánica para una escultura interactiva hecha de madera que pudiera reaccionar al momento de escuchar risas.

El proceso se dividió en conceptualización, construcción, programación y ensamblaje, en dónde los estudiantes de cada área pudieron aplicar su conocimiento y, sobre todo, obtener nuevos aprendizajes a medida que avanzaba el proyecto.

"Logramos mantener la esencia y la intención inicial del proyecto a través de todos los retos del proceso".- Jessica Isac.

Retos y Desafíos

Los estudiantes tuvieron que poner a prueba sus habilidades de organización y manejo de tiempo al trabajar simultáneamente con sus proyectos académicos y el desarrollo del proyecto.

Carolina López mencionó que, al ser la primera vez que trabajaban con las técnicas utilizadas, se les presentaron varios desafíos durante la construcción. Sin embargo, el uso de conocimientos previos y el descubrimiento de nuevos procesos contribuyeron a un cierre exitoso del proyecto.

"Logramos mantener la esencia y la intención inicial del proyecto a través de todos los cambios, retos y obstáculos que se presentaron en el proceso", mencionó Jessica.

"La parte de diseño tardó 2 semanas, igual lo de mecatrónica, y los ITC terminaron la programación en 4 días, pero si fue un proceso bastante pesado al final", opinó la alumna.

Los participantes coincidieron en que, aunque fue difícil, están orgullosas y orgullosos de su participación. 

Convertir lo imposible en posible

Jessica y Carolina invitaron a los estudiantes a participar en este tipo de proyectos, pues consideran que a pesar de los obstáculos les permiten como estudiantes experimentar y aprender directamente del proceso.

"Van a tener que dar todo porque sumarse a un proyecto así es mucha responsabilidad", explicó Carolina.

Con Joy Oracle, los estudiantes esperan que su trabajo trascienda más allá de lo académico, para convertirse en una experiencia o juego con el que quisieron crear, experimentar y aprender.

"[...] espero que inspiremos a otros campus y que se den cuenta que lo que se nos hace imposible no es tan imposible", concluyó Jessica.

 



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