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Las propiedades del té blanco

Las propiedades del té blanco


Publicación:02-06-2024
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Además de sus propiedades antioxidantes, el té blanco ofrece una serie de beneficios para la salud.

CIUDAD DE MÉXICO, junio 1 (EL UNIVERSAL).- El té blanco, una infusión procedente de la planta Camellia sinensis, es reconocido por su sabor suave y sus numerosos beneficios para la salud. A diferencia de otras variedades de té, el té blanco es la forma menos procesada, lo que lo convierte en una opción popular para aquellos que buscan limitar su consumo de cafeína.
El té blanco es una infusión ampliamente consumida en todo el mundo, especialmente en países como Japón, China e India, donde se aprecia por su riqueza en antioxidantes. Se cree que estos antioxidantes pueden ayudar en la lucha contra diversas formas de cáncer, haciendo del té blanco una opción valiosa para el cuidado de la salud, según indica el sitio especializado Cuerpomente.
Además de sus propiedades antioxidantes, el té blanco ofrece una serie de beneficios para la salud. Ayuda a mantener la salud cardiovascular al reducir el riesgo de enfermedades del corazón y controlar los niveles de colesterol en sangre. También fortalece el sistema inmunitario, previniendo infecciones y mejorando las defensas del cuerpo.
Una de las propiedades destacadas del té blanco es su capacidad para inhibir la formación de bacterias en la boca, lo que ayuda a prevenir la placa dental y las caries. Esto se debe a su contenido de flúor, catequinas y taninos, que actúan como agentes antibacterianos y ayudan a mantener una buena salud bucal.
Además, el té blanco contiene polifenoles y catequinas, compuestos con propiedades antimicrobianas que pueden ayudar al cuerpo a combatir bacterias y virus. Estos elementos fortalecen el sistema inmunitario y promueven una respuesta eficaz del organismo contra patógenos, lo que ayuda a prevenir enfermedades y mantener la salud general.
Preparar té blanco es sencillo. Solo necesitas calentar agua a unos 80 grados Celsius y verterla sobre las hojas de té blanco en una tetera o infusor. Deja que las hojas se infusionen durante unos nueve minutos, luego cuela y sirve el té en una taza. Puedes disfrutarlo caliente o frío, según tu preferencia, y se recomienda consumirlo sin endulzar para apreciar mejor su sabor natural.


« El Universal »