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Feria del Libro Antiguo y Usado

Feria del Libro Antiguo y Usado


Publicación:21-12-2025
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Nos entregaron el libro de plata. Un objeto bello y pesado pero que nos produjo esa clase de orgullo que nace del placer

Guadalajara 18 de noviembre de 2025. Cuatro invitados estábamos en esta singular Feria donde hay libros de 20 hasta de 100 mil pesos. Joaquín Cossío, Benito Taibo. Carlos Sepúlveda y Élmer Mendoza. Oscurecía. Un pequeño fórum servía para todo. A un ciento de metros el edificio del Ayuntamiento iluminaba el mundo. Benito firmó algunos ejemplares lo mismo que Mendoza. Sus libros aún no llegan a las librerías de viejo. Joaquín siempre estuvo rodeado de sus fans. Firmó libros, playeras, pensamientos y aire que de inmediato aspiraban sus seguidores. Carlos, el bibliófilo, un hombre delgado y respetuoso, se mantuvo al margen con actitud solidaria. La plaza estaba llena de puestos de libros y la gente compraba. El palacio municipal se veía imponente, ¿Por qué estábamos allí? Meses atrás, Macario Zamora, librero que contribuye a que la Feria funcione mejor, nos había llamado. Nos invitó a asistir. Además, nos anunció que seríamos premiados con El Libro de plata. Ándese paseando.

Fue una ceremonia breve. Nos entregaron el libro de plata. Un objeto bello y pesado pero que nos produjo esa clase de orgullo que nace del placer y del eterno cuestionamiento, ¿qué hago aquí?, ¿realmente lo merezco? Por supuesto que cada uno dijimos algunas palabras. Agradecimos a esos hombres esforzados, empeñados en que el libro no muera. Son libros leídos, expresó Benito, libros que merecen otra oportunidad. Por supuesto que tuvimos cena; y es que si Jalisco no se raja es porque come muy bien y bebe mejor. En la cena firmamos algunos ejemplares; Joaquín además de firmar alrededor de 200 libros de poesía, firmó pedazos de carne y alientos nacarados que nacen de esa bebida maravillosa que Jalisco produce para el mundo. Como ustedes saben, Joaquín es poeta, y en sus ratos libros hace películas, series, comerciales y convive con sus amigos.

Benito y yo no nacimos para envidiar a nadie, y nos confiamos el gusto que nos daba que el público conociera la cara del poeta y que le pidieran firmas y fotos. Mientras tanto, las mesas eran el lugar de la alegría y viandas y bebidas hacían las delicias de los presentes. Algo para destacar es la capacidad de Macario como organizador y como anfitrión. Desde luego que nos retiramos a buena hora. Leonor se había lastimado un tobillo mientras bailaba "El son de la negra" y había que buscar un médico que la atendiera. No lo encontramos. Al parecer intentaban llegar a una fiesta de libreros. Contemplamos el Libro de plata con cierto asombro. Pensamos que son tan variadas e increíbles las maneras con que se distingue a los creadores. Pensé que era una rama de laurel, concluí que a Van Gogh le hubiera encantado, que hubiera sabido qué hacer con él.

Envío abrazos cariñosos a mis compañeras y compañeros de EL UNIVERSAL; además van mis mejores deseos para estas fiestas de colores. Que las sonrisas no sean muecas de penurias. Disfruten su pedazo de luna y no dejen entrar al viejo. Que se marche. A mis lectoras y lectores, gracias, qué bueno que vivimos juntos la gran aventura de leer, de compartir literatura hispanoamericana. Estos libros, novelas o cuentos, son padres de parte de nuestros sueños. Gracias también a mis amigas y amigos. Ánimo a los que tienen libros nuevos, Antes de leer sus novelas, voy a leer el Libro de plata. Hay un rumor, que en ese libro está una clave dejada por Jorge Luis Borges, una clave para encontrar el libro que no existe y eso, por supuesto que me interesa. ¡Salud!

 



« Elmer Mendoza »