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El nombre de Cristo

El nombre de Cristo


Publicación:02-05-2020
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Jesús habla del "redil de las ovejas" para indicar que sus seguidores deben constituir una comunidad

El Evangelio de este domingo IV de Pascua está tomado del capítulo X de San Juan en el cual Jesús desarrolla el discurso del Buen Pastor, llamado así porque en dos instancias él afirma: "Yo soy el buen pastor" (Jn 10,11.14).

Esta es obviamente una metáfora. Pero mediante ella Jesús pone en evidencia varios aspectos de su relación con nosotros En primer lugar, Jesús habla del "redil de las ovejas" para indicar que sus seguidores deben constituir una comunidad. Así lo subraya el Concilio Vaticano II: "Dios quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y sin conexión entre sí, sino haciendo de ellos un pueblo" (LG 9). Pero, al mismo tiempo, se excluye toda masificación, pues Cristo tiene con cada uno una relación personal. Por un lado, "él llama a sus ovejas a cada una por su nombre"; por otro lado, "las ovejas lo siguen porque conocen su voz". El cristiano debe evitar todo individualismo y toda masificación. El rebaño de Cristo es la Iglesia. En ella la comunidad y la persona están en perfecto equilibrio.

Jesús indica, además, que esta relación de sus seguidores con él no tiene interrupción. En dos ocasiones repite: "Yo soy la puerta de las ovejas". Por medio de esta metáfora Jesús evoca una expresión idiomática usada comúnmente entre sus oyentes. Para indicar la totalidad del tiempo, ellos dicen: "cuando entro y cuando salgo". Si Jesús es la puerta, entonces las ovejas están permanentemente con él: "entrarán y saldrán por mí". No es la única vez que Jesús destaca este aspecto. Con mayor fuerza aun, lo hace mediante la alegoría de la vid: "Permaneced en mí, como yo en vosotros... Yo soy la vid; vosotros los sarmientos" (Jn 15,4.5).

Con esa metáfora de la puerta, Jesús nos da un criterio para discernir a quién debemos escuchar: "El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas... es un ladrón y un salteador; en cambio, el que entra por la puerta es pastor de las ovejas". Toda persona que se presente como un líder y pretenda nuestra adhesión debe concordar con la palabra de Cristo y sustentar los valores que él enseñó al mundo. Esto es lo que impidió al más grande de los Padres de la Iglesia, San Agustín, perderse para siempre. Cuando él seguía entusiasmado la lectura de Cicerón observaba, sin embargo: "Lo único que aguaba en mí aquella hoguera tan grande era el no hallar en aquella lectura el nombre de Cristo. Porque este nombre, Señor,... lo había mamado piadosamente mi tierno corazón con la leche de mi madre... y lo tenía profundamente grabado. Por eso, aunque este libro fuera una obra literaria bien escrita y seria, en el fondo no acababa de entusiasmarme del todo" (Confesiones, L. III, 4,8).

Celebra hoy la Iglesia la Jornada Mundial de oración por las vocaciones Sacerdotales y religiosas. Oramos para que el Señor mande un número suficiente de pastores, que entren por la Puerta de las ovejas y les den la verdad y la vida en abundancia.



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