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Así fue como un robot aterró las calles de Londres en 1928

Así fue como un robot aterró las calles de Londres en 1928


Publicación:14-08-2023
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Se trata de uno de los primeros robots.

CIUDAD DE MÉXICO.- Hoy hay un debate sobre la inteligencia artificial y los efectos que tendría en la sociedad, las discusiones oscilan entre los beneficios y los daños que tendría en la humanidad. Algo similar ocurría en 1928, cuando el capitán inglés Alban J. Robertson paseaba por las calles de Londres con "Tommy", su robot .
Se trata de uno de los primeros robots, funcionaba con radio y tenía una máscara para ocultar su deforme rostro hecho con engranajes.
"Posiblemente, dentro de unos cuantos años, cada uno de nosotros tenga un 'Tommy' a domicilio", se lee en un artículo de El Universal Ilustrado, publicado en octubre de 1928, al contar la historia de Robertson y "Tommy".
El "robot", un sueño de la mecánica, es ya una realización tangible
4 de octubre de 1928
Un sensacional artículo de Juen de Ega
Hace algunos años, un escritor checoslovaco, después de mil esfuerzos y amarguras, logró que subiera a la escena en un teatro de París su obra maestra: "R. U. R." Se trataba de una fuerte concepción de la humanidad del futuro, basada en la creación de hombres mecánicos, de "robots", construidos por millares, a la manera de "fordeitos", y que substituían en las industrias y en el campo el esfuerzo físico de los hombres. Era una utopía, maravillosamente lograda, y de allí que el autor, hasta entonces desconocido, llegara casi al pináculo de la fama, juzgándole muchos críticos exaltados como un verdadero precursor.
La obra, posteriormente, se dio en México, causando verdadera estupefacción entre algunos burgueses, quienes rieron, a mandíbula batiente, de las concepciones fantásticas de lo que llamaran un cerebro desequilibrado.
Sin embargo, justo es decirlo, la "utopía" se va convirtiendo en una pavorosa realidad. El capitán Robertson, un formidable ingeniero electricista, cuya especialidad fuera el radio, logró después de largos años "crear" un hombre artificial. Helo aquí, en esta página para pasmo de incrédulos.
Robertson considera, en síntesis, que los alcances del radio son ya infinitos; que, día a día, la humanidad descubre nuevas posibilidades en ese terreno y que, por último, es posible construir hombres artificiales que piensen y que actúen, apenas si son manejados por radio. Sentadas estas consideraciones, el capitán Robertson, de la noche a la mañana, asombró a Londres, con la presentación espectacular de su hombre mecánico. Se trataba, a la sazón, de alguna ceremonia trascendental en que el orador no se presentó a tiempo. Robertson corrió a su casa, metió a "Tommy" en un auto, y a poco "Tommy" estaba en la tribuna, accionando como un orador, y pronunciando el discurso oficial...
La multitud no quería creerlo. Los sabios, escépticos, por naturaleza tuvieron que doblegarse ante la evidencia, y entonces Robertson, para demostrar a su "Tommy", lo hizo recorrer las calles de Londres, dirigiéndolo por radio, a corta distancia.
Robertson, ante la estupefacción de la gente, sonríe y afirma que se trata de la cosa más sencilla del mundo; que su "robot" es un simple aparato receptor de radio y que él, Robertson, lo maneja a su antojo con un aparato transmisor, portátil, con la onda ajustada. Claro que, dentro de esto, hubo algunas dificultades, al fin vencidas, que constituyen el valor y el secreto del invento, pero síntesis no se trata más que de una elemental aplicación de los principios del radio.
El capitán Robertson es, por hoy, la primera figura de Inglaterra. Todos los días de paseo con "Tommy" y hace poco lo sorprendió un fotógrafo junto a uno de los leones de la Plaza de Trafalgar. "He vestido –dice Robertson– a mi 'Tommy' con ropas egipcias, para intrigar un poco más a las personas y le he puesto una cara sonriente y agradable. Hubiera sido muy feo mostrarlo con su rostro deforme, hecho de ruedecillas mecánicas. Ahora resulta que lo voy queriendo como si fuera mi hijo...".
Esta es la historia real del capitán Robertson y de su "robot". Posiblemente, dentro de unos cuantos años, cada uno de nosotros tenga un "Tommy" a domicilio, porque es indudable que "el mundo adelanta que es una barbaridad".


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