banner edicion impresa

Opinión Editorial


Taxis de aplicación


Publicación:19-12-2022
version androidversion iphone

++--

Fue hace algunos años cuando llegaron a Nuevo León las aplicaciones de transporte Uber, Didi y Cabify.

Fue hace algunos años cuando llegaron a Nuevo León las aplicaciones de transporte Uber, Didi y Cabify para brindar el servicio a la zona metropolitana de Monterrey.

Se inició con un permiso temporal mientras se cocinaba la Ley de Movilidad para Nuevo León y se hablaba de un padrón de poco más de 10 mil conductores entre las tres empresas.

Seré honesta: había muchas bondades en esta innovación, comenzando con la seguridad para los usuarios y tarifas competitivas. Los operadores iniciaron de manera muy amable brindando comodidades plus para los pasajeros, como agua embotellada, algún dulce y otros pequeños obsequios.

Súmele a ello la opción de pagar con tarjeta o efectivo y desde el inicio del trayecto se sabía cuánto costaría el servicio.

Los taxis convencionales se sintieron desplazados, lo cual era entendible ya que, como usuario –a título personal-, nunca se sabía si el taxímetro estaba alterado, las unidades ya no eran del todo cómodas y los operadores, algunos, ni eran amables ni conducían con cortesía. El tema de la seguridad también estaba siendo cuestionado.

Claro, la pandemia todo lo cambió y con el confinamiento vino la falta de trabajo para los unos y los otros.

Poco o nada ha cambiado para los taxis convencionales en pospandemia y me atrevo a decir que en mucho tiene qué ver el descuido institucional para regular el servicio, tarifas, tipo de unidades en circulación, etcétera.

El innombrable Jaime “N” hizo una intentona de ponerle colores a los taxis convencionales para distinguir su municipio origen, lo cual se hizo, según se dijo, para desmotivar la incidencia delictiva.

Pero la verdad suena más a negocio de unos cuantos y la “maravillosa idea” se esfumó así como llegó.

Pero por lo que se refiere a los taxis de aplicación, caray, qué lamentable que una oferta que parecía prometedora para el usuario, hoy se haya salido de las manos a quienes dirigen la cartera de movilidad por parte del Estado.

La modalidad “dinámica” que implica dobletear o hasta triplicar la tarifa es cosa de todos los días y una carrera que costaba habitualmente –es sólo un ejemplo- 60 pesos, le puede llegar a costar hasta 200 o 250 pesos al usuario.

Entiendo que con la pandemia todos perdimos, pero nadie voltea a ver al usuario que hace esfuerzos para pagar ese taxi porque lo necesita, porque no tiene un abanico de opciones para su desplazamiento, sin que ello implique mucho tiempo de un lugar a otro.

Porque tomar un camión le representa el doble o triple de tiempo en desplazamiento, le cuesta ir de pie, en una especie de “sardina” y con un chofer que se pone de malas por todo.

Porque no tiene un taxi convencional que cobre lo justo, en una unidad d condiciones aceptables y que dé un servicio de calidad.

Y es por ello que la ciudad se sigue llenando de automóviles, porque las familias ya no quieren saber nada del transporte y porque la autoridad no termina de dar pie con bola para brindar opciones de movilidad.

Qué bueno que los diputados pidan justicia presupuestal; qué bueno que el gobernador tenga excelentes ideas para hacer muchas cosas para el Estado; pero sería mejor, muchísimo mejor, si cada uno de estos Poderes, en lugar de hablar, empezaran a actuar y atender las cosas que son importantes, pero también urgentes, para los nuevoleoneses.

En el 2022 ya no se concretó gran cosa; espero que el 2023 las cosas puedan ser mejor.




« El Porvenir »