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Opinión Editorial


Roqueseñales


Publicación:18-03-2019
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Un día como hoy, del año 1995, los medios impresos, electrónicos y la naciente era digital del país amanecían con la noticia de que el Impuesto al Valor Agregado, IVA, subía 50 por ciento para quedar ubicado en la tasa de 15 por ciento.

Ernesto Zedillo era el presidente de la República y su principal orquestador en la Cámara de Diputados fue el tristemente célebre Enrique Roque Villanueva, quien pasó a la historia por su desafortunada roqueseñal.

El 17 de marzo, los legisladores dieron su “sí” al nuevo IVA ¿Quiénes lo hicieron por Nuevo León? José Natividad González Parás, Fidel Pérez García, Carlota Vargas Garza, Jesús Siller Rojas, César González Quiroga, Dante Decanini Livas, Antonio Medina Ojeda, Cristina Díaz Salazar y Néstor Molina Martínez.

Cómo olvidar que Nati, más adelante gobernador de Nuevo León, aparece en los medios impresos un día después junto a Roque Villanueva con una cara de amplio goce por haber triunfado en la encomienda presidencial.

El Impuesto al Valor Agregado, IVA, comenzó a ser aplicado por primera vez el primer día de enero de 1980, a la mitad del sexenio de José López Portillo, pero nunca había sufrido un aumento tan considerable como el de 1995.

El país parecía olla de presión a punto de estallar ya que los diferentes sectores de la sociedad civil y los empresarios repudiaron la acción y amagaban con marchas, protestas y más etcéteras.

En 2019, el IVA ya va en una tasa del 16 por ciento y el mundo sigue rodando. Pareciera que en el país no pasa nada y que la memoria es de muy poco alcance.

Pero de 1995 a la fecha ha habido muchísimas señales tan ofensivas como la manifestada en aquel entonces por el político coahuilense, Humberto Roque Villanueva, quizá no tan gráficas, pero de que las hay, las hay.

Tal vez no en forma de impuestos- al menos no por ahora-, pero hemos sufrido en carne propia el deslizamiento en los precios de los combustibles.

Y sigue habiendo feminicidios, y sigue habiendo focos de violencia con matanzas y desaparecidos como en Ayotzinapa. Y nada pasa o pareciera pasar.

Y las guarderías hoy luchan por convencer al Ejecutivo Federal de sus beneficios para la mujer trabajadora. Y todo parece estar colgado con alfileres.

En Nuevo León se amaga con el regreso del recaudatorio programa de verificación vehicular y en materia del transporte, el gobierno nomás no da una para la defensa de aquellos que los llevaron al poder.

Hoy amanecemos con las peores tarifas al transporte público suburbano y sigue sin pasar nada.

Como en 1995, prevalece el descontento y las manifestaciones, pero el Ejecutivo estatal y todos aquellos que lo rodean y que hoy trabajan buscando escaparates rumbo a próximos comicios, nomás acaparan los medios para sus fines personales, pero al ciudadano, que se los lleve la tristeza.

Es en serio: los mexicanos no queremos, ni tampoco nos merecemos ni más Roques, ni más roqueseñales, en lo público o por lo oscurito. Necesitamos políticos y servidores públicos que estén del lado del ciudadano, de lo que necesita para sacar a los suyos adelante.

Basta de merolicos que mientras dura la luna de miel prometen las perlas de la virgen y que a la hora de los reclamos sociales hagan lo que el avestruz, esconder la cabeza.

 

Comentarios: nelly.cepedagzz@gmail.com

 



« Redacción »