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Opinión Editorial


Rescatar la historia de Nuevo León


Publicación:01-06-2021
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Ayer 31 de mayo se cumplieron 442 años de la fundación de Nuevo León

 Ayer 31 de mayo se cumplieron 442 años de la fundación de Nuevo León. La fecha transcurrió sin pena ni gloria a pesar de estar registrada en el Calendario Cívico del Estado y de los esfuerzos por parte de historiadores y cronistas para que cada año se conmemore.

     

     No se trata de cambiar la historia, sino rescatar nuestra memoria histórica y reivindicar a los fundadores, tal y como lo piden Samuel Temkin, investigador y catedrático emérito de Rutgers University de New Jersey, y Carlos González Rodríguez, presidente de la Asociación de Cronistas e Historiadores de Nuevo León ‘Israel Cavazos Garza’ y cronista de San Pedro.

     

     En su libro “Luis de Carvajal de la Cueva. Los principios del Nuevo Reino de León”, Samuel Temkin sostiene: “Un 31 de mayo de 1576, el rey Felipe II de España otorgó al portugués Luis de Carvajal una nueva entidad en el Nuevo Mundo llamada Nuevo Reino de León y lo designó como su gobernador. Esta entidad se convertiría en parte de la Nueva España e incluiría un vasto territorio esencialmente inexplorado. El nombramiento incluía muchos derechos y privilegios y debía durar dos vidas: la suya y la de un sucesor elegido por él. Casi diez años más tarde, fue detenido por órdenes del Virrey, trasladado cautivo a la Ciudad de México y puesto en prisión sin una acusación formal. A partir de ahí fue llevado a la Inquisición, donde, después de un largo juicio, fue declarado culpable de permitir y encubrir las prácticas judaicas de su parentela. Finalmente, en el Auto de Fe celebrado el sábado 24 de marzo de 1590, Carvajal fue condenado a un exilio de seis años del Nuevo Mundo. Sin embargo, antes de que la sentencia se cumpliera fue enviado de regreso a la cárcel de la Corona, donde murió un año más tarde. Así terminó la vida de un hombre notable, cuyas actividades en Nueva España abarcaron más de veinte años.

     

     Mucho tiempo después de su muerte, la historia de Luis de Carvajal fue dada a conocer cuando se encontraron registros de su juicio en la Inquisición, así como los de su hermana y los de varios de sus sobrinos. Estos registros muestran que él era descendiente de familias judías que se habían convertido al cristianismo sólo unas pocas generaciones antes, y que su hermana y la mayor parte de los hijos de ella, fueron quemados en la hoguera por herejes. A pesar de que los inquisidores no pudieron demostrar que Carvajal fue también un hereje, ellos continuaron sospechando que lo era. Esa sospecha ha sido compartida por algunos autores que empezaron a escribir sobre él y su familia en los años 30s. Algunos de esos escritos atienden considerablemente los aspectos religiosos de su vida, pero dejan de lado el componente más importante: sus notables contribuciones como un explorador, conquistador y colonizador de grandes territorios en el Nuevo Mundo”.

     

     Por su parte, Carlos González Rodríguez en su libro “Poderoso Señor Capitán Don Luis de Carvajal y de la Cueva. Gobernador del Nuevo Reino de León”, señala: “Hace 25 años nace en mí la inquietud de conocer más sobre la figura de don Luis de Carvajal, ello tal vez motivado por la poca información que se conocía en torno de la fundación del Nuevo Reino de León, al desdén con que algunos historiadores lo referían y a que me parecía ilógico que una persona que había dado nombre a nuestro Estado, fuera más recordado por el proceso que el Santo Oficio de la Inquisición hiciera con él y su familia, y en el cual fueron sentenciados sus familiares a morir en la hoguera (él muere pero en la cárcel de la Corte), que el hecho de haber conquistado tierras norestenses.

     

     Vicente Riva Palacio, en coautoría con el escritor Manuel Payno, escribe en El Libro Rojo los tormentos a los que fueron sometidos la familia Carvajal. En ese episodio, menciona que “el fin trágico de todas esas personas daría motivo a escribir no dos o tres artículos, sino un gran libro”. Así también Alfonso Toro, en su obra Los Judíos en la Nueva España detalla el proceso de la familia Carvajal por el Santo Oficio, sin duda un referente para conocer cuáles fueron los cargos por los que fueron declarados ser judaizantes (a pesar de ser cristianos nuevos) práctica prohibida en época del virreinato. El famoso escritor Oscar Wilde sentenció alguna vez que “el único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. Así fue, con base en lo anterior, como decidí iniciar el trabajo de investigación sobre don Luis más allá de ese proceso trágico y conocer detalles sobre la venida de este personaje a tierras que ahora conocemos como Nuevo León, para poblar y gobernar un vasto territorio de 200 leguas.

     

     La mejor recompensa a este trabajo es la lectura del mismo y lograr el objetivo de regresarle la dignidad al esfuerzo de un hombre tan incomprendido y maltratado por historiadores como lo ha sido el poderoso señor don Luis de Carvajal, cuyo sueño del gran proyecto del Nuevo Reino de León se inicia tal vez desde su niñez en Mogadouro, provincia de Braganza, Portugal, y termina en aquella cárcel donde él y su familia fueron sometidos a tormento, extinguiendo a un hombre de carácter y de grandes realizaciones”.



« Lupita Rodríguez Martínez »