Hará cosa de unos días estaba escuchando un podcast en el que participó como invitado el actor René Strickler, un guapo actor argentino, galán de telenovelas que de un tiempo a la fecha radica en el interior de La Huasteca.

Fue, reconozco, una amena charla en la que habló de todo un poco: de las novelas, de sus preferencias por protagónicos o antagónicos; de las maravillas de México, sus rincones y su gastronomía; de sus gustos literarios –sí, sí lee-; de cómo el desafinar hasta en la regadera lo hizo desistir del canto y del porqué vive en Santa Catarina.

Pero Strickler se refirió también a la pandemia y cómo ha impactado a la industria del entretenimiento y cómo es que, junto con su familia –su esposa se enfoca a temas nutricionales- han tenido que reinventarse. El actor, como todos, ve mermados sus recursos al no haber trabajo en televisión y las telenovelas de antaño que hoy se reproducen, no dejan suficientes regalías.

Así que, dijo, hemos como familia tenido que reinventarnos.

En su libro "Reinventarse. Tu segunda oportunidad",el médico y escritor Mario Alonso Puig sostiene que en una crisis –la pandemia por el Covid-19 lo es-, uno no puede quedarse como estaba: nos hundimos o elevamos; nos bloqueamos o nos superamos.

Y para el autor, reinventarse no significa cambiar quién se es, sino reencuadrar la forma de ser y de estar en el mundo, es decir, hay que salir de la zona de confort.

No se trata de un borrón y cuenta nueva, sino de un cambio de mentalidad donde los ingredientes principales son humildad y coraje.

Así como René Strickler, me queda claro que muchos de nosotros hemos incursionado en la reinvención; unos a “sombrerazos”, otros porque no nos ha quedado otro remedio y otros, casi, casi, como algo natural.

Quienes perdieron su empleo emigraron al autoempleo, al emprendimiento o dejaron de momento su expertise para incursionar en nuevos aprendizajes.

Seguramente al principio no nos sentimos cómodos, pero tampoco nos quedamos donde “congelados”.

El actor no ha descartado volver a aparecer en telenovelas, pero mientras ese momento llega disfruta a su familia y ya tiene en mente –quizá ya los esté poniendo en práctica- otras opciones como generar su propia marca de miel de abeja, ampliar el negocio de su esposa y vaya usted a saber cuántos etcéteras más.

Puig sostiene que cuando nos llega ese click, es decir, que ya estamos incómodos con lo que se tiene, es cuando llega el momento de la reinvención y con ello, un crecimiento interior y mayor autoconfianza.

El impacto psicológico de las personas que tratan de reinventarse siempre resulta beneficioso, sostiene.

Pues aunque la pandemia represente más complicaciones que oportunidades, es un buen momento para practicar la reinvención.

Yo misma estoy incursionando en cosas que jamás creí posibles y aunque es pronto para hablar de frutos, lo que sí sé es que no soy la misma persona, que me he atrevido a caminar. Nunca es tarde para cambiar, aprender, incursionar, desarrollar.

Cierro mi ejercicio editorial con esta frase atribuida a Nicole Williams “Cada mañana tenemos la oportunidad de ser diferentes. Una oportunidad de cambiar. Una oportunidad de ser mejor. Tu pasado es tu pasado. Déjalo ahí. Continúa con la parte futura”.