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Opinión Editorial


Nuestra agua


Publicación:28-11-2022
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No lo digo yo, lo dicen los expertos: la sequía aún no ha terminado.

No lo digo yo, lo dicen los expertos: la sequía aún no ha terminado. El año que estamos cerrando ha sido particularmente difícil porque si algo ha faltado, es agua. Usted, yo y millones de nuevoleoneses la pasamos mal con los meses en que vivimos los recortes.

El fenómeno de “La Niña” nos ha tenido en ascuas y lo peor, si el agua no llega, sin duda será un invierno seco lo cual quiere decir que, en 2023, los incendios podrían ser una constante debido a tanto árbol que el invierno congeló.

No se trata de ser fatalista, pero sí realista.

Y para colmo, como balde de agua fría, la poca agua que se había logrado acopiar en El Cuchillo, la debimos compartir con Tamaulipas.

El gobernador ha querido esquivar los reclamos de los diferentes actores políticos quienes sostienen que fue una “negligente negociación”; en lugar de ello prefiere irse a ver un partido del Tri.

Y aunque no lo justifique, creo “entender” su postura, porque décadas atrás, otro gobernador, de esos que él considera de la vieja política, Sócrates Rizzo, se enfrentó a la federación y a su amigo, el gobernador de Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma, para decirles que en el tema del agua “ni un paso atrás”.

Será el sereno, pero después de eso, se vio orillado a renunciar. Y de cualquier modo, el agua sí se fue a Tamulipas.

Pero más allá de decir si es mejor o no, la nueva o la vieja política, lo que sí nos queda claro es que tarde o temprano nos veremos en la necesidad de volver a los cortes escalonados de agua.

Podrá no gustarnos –espero equivocarme-, particularmente porque es invierno y a pocos les gusta el baño con agua fría, pero más valdría irnos concientizando de volver a los baños cortos, al reúso del líquido para las plantas.

Las presas que nos abastecen llegan a los 1,775 metros cúbicos, a lo que se suman los 45 pozos profundos y someros, pero ninguno de ellos es eterno y lo hemos vivido.

Si lo que nos toca es vivir con poca agua, estamos a tiempo de que el Ejecutivo Estatal bombardee con campañas para hacer conciencia sobre el uso adecuado y racional del agua. No tenemos por qué esperar a sentirnos ahogados en nuestra circunstancia. Y aplicar sanciones.

En definitiva, no podemos aplicar el refrán de “agua que no has de beber, déjala correr”.

Que el mensaje llegue claro a todos los sectores: lo mismo al ama de casa que riega su banqueta con manguera, al niño en la escuela; a la empresa, a tratar sus aguas.

Es importante promover la participación ciudadana para no lamentar más tarde lo que está en nuestras manos evitar.





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