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Opinión Editorial


Módulos de vacunación


Publicación:20-06-2021
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Puntual, la alarma sonó a las 04:00 am y aunque soy más trasnochadora que madrugadora, el deber llama.

Puntual, la alarma sonó a las 04:00 am y aunque soy más trasnochadora que madrugadora, el deber llama. Y tras el aseo matutino, me puse en camino para estar puntual a las 06:00 horas, en el módulo de vacunación asignado.

Aquello ya era un mar de gente, pero bien organizado. Con tres espacios acondicionados para sala de espera con 2,500 sillas a disposición de quienes fueran llegando, el módulo de vacunación contra el Covid-19 estaba listo, incluyendo médicos, enfermeras, paramédicos, personal del gobierno federal, estatal y municipal.

Debido a que en algunos espacios que anteriormente se usaron como módulosya han retomado diversas actividades, la logística cambió de 5 a 2 centros de vacunación y aunque se pensó que la plaza comercial en la que me encontraba representaría el reto por ser un espacio “nuevo” para trabajar situaciones masivas, no fue así.

Por ello, en el día 2 de vacunación para el segmento de 50 y más, así como embarazadas, me comisionaron al segundo módulo donde la tarea asignada fue apoyar en el registro.

Dirá usted ¿cuál es el mérito? Le respondo: quizá, mi mérito no sea mayúsculo. Lo que quiero compartir es que, aunque sea una frase trillada, en definitiva, la unión sí hace la fuerza.

Y lo que un día antes fue un desbordado río de gente expuesta a las condiciones climatológicas, se pudo revertir y se atendió a los ciudadanos como se merecen, con un trato digno y en condiciones más adecuadas.

Trabajar de manera coordinada con personas que en mi vida había visto, atender a cada una de las personas que fueron llegando, corroborar su papelería, llenar formularios de quienes no los portaban consigo, guiarlos a cada parte del centro de vacunación, lidiar con la sana distancia y obvio y el constante uso de antibacterial no es cualquier cosa. Y reitero, no lo digo por mí sino por quienes lo viven 8 días a la semana.

En los pocos minutos que se pudo cruzar algún tipo de conversación, ese fue el tópico: cómo es que inician bien temprano, cómo es que han ido por todo el estado, la circunstancia particular de cada municipio y el agotamiento físico, pero también la satisfacción,  al final de la jornada, por llevar la vacuna a todos.

Y en medio de todo también me di la oportunidadde observar mucho. Y así es como pude detectar aquién  le pega la flojera y se “pierde” de sus tareas, quién de entre las áreas médicas comisionadas son más rápidas y eficientes que otras en la preparación y aplicación de la dosis y hasta qué tipo de música disfruta escuchar mientras cumple su labor.

Más allá de la esfera gubernamental de que se trate, porque este fue un trabajo de todos, mis felicitaciones a cada persona de ese gran “ejército” de gente que trabaja para que cada día seamos más las personas inmunizadas contra el Covid-19.

A nivel municipal, mi felicitación a la autoridad que supo sacar la casta para darle vuelta a una coyuntura adversa.

Mi felicitación a quienes le comisionaron la tarea de preparar y distribuir los alimentos porque, lo vi y créalo, no fue una tarea nada sencilla.

Mis más sinceros aplausos y mi admiración para cada compañero al que vi solidario llevando agua a los asistentes o aportándole una sombrilla para amortiguar su espera bajo el candente sol.

En Santa Catarina aún quedan dos días más en que se aplicará la dosis al grupo de 40 a 49 años de edad, así como a todos los rezagados.

Gracias por haberme permitido ser parte de este proceso, pues además de permitirme aportar mi granito de arena, fue una experiencia laboralmente satisfactoria.




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