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Opinión Editorial


Lo que NL y México debemos aprender


Publicación:08-08-2022
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No es un secreto que Nuevo León vive una crisis por la escasez de agua y aunque de tiempos ancestrales se sabe que esta tierra posee características.

No es un secreto que Nuevo León vive una crisis por la escasez de agua y aunque de tiempos ancestrales se sabe que esta tierra posee características adversas en materia climatológica, los nuevoleoneses hemos aprendido a lidiar con ello y hemos recurrido a la creatividad, al ingenio y al reinvento personal y colectivo para salir adelante.

Claro, en medio de esta agónica coyuntura unos las pasamos peor que otros y la esperanza es que, como dice el gobernador, tengamos una próxima semana de harta lluvia.

He de reconocer que no es la respuesta que esperaría de un gobernante; es como decir: sigamos comprando boletos de la lotería, en una de esas nos ganamos el premio mayor.

Juan Ignacio Barragán, director de Agua y Drenaje, es más coherente cuando promueve un ejercicio a nivel familiar de ahorro que limite el consumo personal diario a 100 litros por día.

En Europa se viven los estragos de la invasión de Rusia a Ucrania y ante las sanciones comerciales, Moscú les “devuelve el favor” cerrando la llave del gas y el invierno que se avecina promete ser duro para los miembros de la Unión Europea.

¿Qué han hecho los países del Viejo Continente? Toman sus providencias haciendo ahorros en el tema energético. Pero no sólo con un simple exhorto; se establecen marcos legales y sanciones para quienes no acaten las disposiciones.

También resultado de lo que se vive en Ucrania, ha escaseado la distribución de granos al mundo por aquello de que Ucrania es de los principales productores a nivel mundial y aunque sigue produciendo, no había habido forma de sacarlo para la venta, hasta esta semana.

México, se supone, puede producir sus cereales como maíz y trigo. Ya el tema de la compra a los campesinos y su distribución es tema de otro editorial. El caso es que aprovechando lo que pasa en Ucrania, no ha faltado quien diga que es factible el aumento al precio de los productos derivados del maíz. No digo que no importe lo que pase en Ucrania; lo que digo es que no debe ser la única coyuntura a tomar en cuenta si de verdad tuviéramos un problema en este sentido.

Nuestro país tiene sus focos rojos y hemos padecido en ocasiones, el disparo de productos alimenticios como el aguacate, el limón y el huevo, por decir los que se me vienen a la mente. Pero no podemos decir que vivimos un panorama con las dimensiones de lo que pasa en Ucrania.

¿Qué lecturas saco de todo esto?

Que Europa sí está viendo a futuro lo que puede pasar en el tema del gas y no espera a que suceda y ya está viendo sus planes A, B, C y los que hagan falta.

Como país y como Estado pareciera que nos aterra perder popularidad y dejamos que las presas se secaran o permitimos (permitieron) que de manera alevosa se quedaran abiertas las llaves, todo esto en medio de un proyecto político y electoral.

Confiemos que pronto llueva, pero que también los diferentes niveles de autoridad estén preparados desazolvando los sitios necesarios para evitar inundaciones y se cuenten con recursos para atender vialidades destrozadas, porque aquí cuando toca tierra un meteoro tropical, sabemos lo que puede llegar a pasar.

Ojalá que si llega la depresión tropical o el huracán y tengamos nuestras presas rebosantes, se emprendan nuevas estrategias para un uso más racional del líquido.

Y dicho sea de paso, aunque nosotros por ahora no padezcamos escasez de gas o de energía eléctrica, es buen momento de ayudar al bolsillo y al planeta con programas de ahorro. No hay por qué esperar un panorama catastrófico.




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