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Opinión Editorial


La depresión


Publicación:11-01-2021
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Una de las tantas secuelas de la pandemia llamada Sars Cov2 es, sin duda, la depresión.

Una de las tantas secuelas de la pandemia llamada Sars Cov2 es, sin duda, la depresión.

A través redes sociales, medios impresos, electrónicos y hasta de boca en boca todos hemos sabido –o vivido- de algún amigo, conocido, familiar, que no pudo sobrevivir a este agresivo virus.

Más allá de que se haya o no respetado la sana distancia, que se haya mantenido o no el confinamiento social preventivo o de que si se hubo lavado de manos y uso de antibacterial, miles de personas han pagado la factura y el temor entre quienes seguimos en este plano terrenal, va creciendo  y con él, la psicosis, el miedo.

Dicen que las vacunas ya están programadas, pero tengo mis serias dudas respecto a la eficacia del gobierno federal para hacerlo de manera rápida y aún con todo, la vacuna no es garantía de no enfermarse, porque ya van apareciendo nuevas cepas de las que poco se conoce.

El 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a más de trescientas millones de personas en el mundo, y la depresión es considerada la primera causa mundial de discapacidad, incidiendo notablemente en las tasas de mortalidad y morbilidad.

La depresión Impacta a personas de todas las edades y de manera muy significativa a adolescentes y personas de la tercera edad, aunque en esta pandemia ya no ve sectores particulares.

Con la proclamación de este día se pretende sensibilizar, orientar y prevenir a la población a nivel mundial sobre esta enfermedad, cuyas cifras aumentan de manera desproporcionada en el mundo.

Entre los principales rasgos característicos de la depresión se destacan tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio.

Las causas que originan la depresión son múltiples, siendo las más comunes los antecedentes personales y/o familiares con cuadros depresivos, la  composición química, genética y hormonal, la exposición a situaciones estresantes y traumas, problemas económicos,  situación laboral o desempleo,  pérdida o enfermedad de un ser querido y rupturas sentimentales, entre otros.

Sin duda todo cuanto se ha expuesto aquí le sonará familiar, la pandemia nos ha llevado a esto y más.

En cualquier caso, sugieren los especialistas, lo importante es expresarse y buscar ayuda de cualquier índole. Hoy en día existen diferentes líneas telefónicas y servicios a los cuales recurrir, pero sin duda, una llamada amistosa, la aromaterapia o la fe, pueden ser grandes paliativos para superar, poco a poco, un cuadro depresivo.

Los especialistas sugieren hábitos de vida saludables, alimentación balanceada, hacer actividad física y aceptar, asimilar y concientizar que se trata de un periodo temporal.

Como siempre he dicho, es más sencillo decirlo que hacerlo cuando se nos dicen que “hay que mantener una actitud firme ante las dificultades y contratiempos”, pero para eso hay que buscar ayuda.

Cualquier persona es susceptible de pasar por un episodio depresivo, así que más allá de una fecha para conmemorar, el Día de la Depresión debe invitar a la reflexión y tocarnos las fibras sensibles para detectar a quien cerca de nosotros pueda estar viviendo un cuadro depresivo y tender una mano solidaria. Quizá mañana seamos nosotros quienes lo necesitemos.




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