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Opinión Editorial


Hospital Tierra y Libertad


Publicación:20-04-2020
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Proteger la salud como un derecho de la población y no como un negocio comercial, resulta una obligación humana

Proteger la salud como un derecho de la población y no como un negocio comercial, resulta una obligación humana más ahora que estamos frente a la peor fase de la pandemia covid-19.

Debe quedarnos claro que la función de la medicina es social, pero también tiene una dimensión política y económica para lograr la salud colectiva y evitar mayor desigualdad y exclusión por la contingencia sanitaria.

Al entender la salud como un derecho humano y no como un servicio mercantilista, cobra sentido la lucha dada durante casi 30 años para terminar la construcción y poner en operación el Hospital Tierra y Libertad.

Por cuestiones de recursos y de… muchas cosas más, la ilusión de hacer realidad el derecho constitucional a la protección a la salud en la Colonia Tierra y Libertad, poco a poco se convirtió en desilusión al ver abandonado, por muchos años, el proyecto de construcción del Hospital que arrancó en 1991, durante el gobierno de Sócrates Rizzo García.

Hoy, al ver iluminado el Hospital Tierra y Libertad por la noche y muy próxima la fecha para que reabra sus puertas, sentimos un profundo orgullo por todos y todas quienes perseveraron en esta lucha por concretar una política pública en materia de salud en nuestra comunidad, máxime que fue la propia comunidad la que donó los terrenos ejidales para construir el nosocomio, con el único propósito de tener acceso a servicios de salud de calidad y calidez.

Es por ello la convicción nuestra de que ninguna lucha por una causa justa, por muy larga y sinuosa que ésta sea, nunca será en balde.

Aunque el Hospital Tierra y Libertad se sumará a la infraestructura médica de un total de 27 hospitales que nuestro país pondrá en servicio para atender exclusivamente a pacientes enfermos de coronavirus, bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y operado por personal médico militar con las más estrictas medidas de seguridad, será un centro hospitalario de primer nivel para atender a toda la población del sector norponiente de Monterrey, una vez que unidos superemos la emergencia.

Al tomarse todas las medidas de seguridad no habrá riesgos de salud para los vecinos. Ante el miedo a contagios deben mantenerse serenos y quedarse en casa aplicando los protocolos preventivos y de sana distancia.

Acelerar los trabajos de acondicionamiento y equipamiento del Hospital se logró gracias a las gestiones ante el gobernador Jaime Rodríguez Calderón y Manuel Enrique de la O Cavazos, el secretario de Salud del Estado, quienes entregan a la SEDENA un edificio completo, cuyas salas de hospitalización tendrán una capacidad para 100 camas con su respectivo ventilador mecánico o respirador y con la posibilidad de ampliarse a 151 camas. Además, con 7 quirófanos para cirugía y con equipo de rayos X, tomógrafos (TAC), resonancia (RMN) y ultrasonido necesarios para operar, distribuido todo ello en 5 pisos en un espacio de 10 mil 500 metros cuadrados de construcción.

Los cuidados intensivos a pacientes diagnosticados con el virus que sean remitidos al Hospital, estarán a cargo de 4 médicos especialistas y 16 médicos generales, así como de 6 enfermeras especialistas, 20 enfermeras generales y 2 laboratoristas, con el respaldo de 7 afanadores y 6 escribientes.

Cabe informar que de manera paralela a la conclusión de las obras, el Centro de Salud que funcionaba dentro del Hospital a nivel de clínica de especialidades en la modalidad de asistencia ambulatoria, fue reubicado de manera temporal y provisional en el Gimnasio Monterrey 400, gracias al alcalde  Adrián de la Garza Santos que facilitó las instalaciones para poder seguir brindando atención integral a una población abierta de más de 650 mil habitantes y a quienes antes estaban afiliados al Seguro Popular.

Tras la cuarentena, el Hospital Tierra y Libertad ofrecerá servicios de consulta externa y medicina interna en las especialidades de ginecología y obstetricia, pediatría, cirugía general, traumatología y ortopedia, gastroenterología, oftalmología, otorrinolaringología, urología, cardiología, psiquiatría, somatometría, tococirugía, radiología, laboratorio y urgencias.

Profundo agradecimiento al licenciado Alberto Anaya Gutiérrez, al doctor Miguel Ángel Garza Ibarra, al ingeniero Osvel Cepeda Miranda y a todos quienes perseveramos (me incluyo) en hacer real esta causa justa.

Por eso decimos... ¡Aquí no se rinde nadie!



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