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Opinión Editorial


¡Hasta la victoria siempre Zeferino!


Publicación:18-02-2021
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Nuestro anhelo era alcanzar un gobierno más democrático, más justo y más libertario, que garantizara la igualdad de oportunidades para todos y todas

“El coraje se forja día tras día, en una constante lucha contra las adversidades”

Nikolái Ostrovski.

Con profundo dolor y sentimiento tengo la distinción de participar en este Espacio Solemne, para rendir un póstumo homenaje en memoria de nuestro entrañable y querido compañero diputado y líder social, Zeferino Juárez Mata.

Por alrededor de 50 años compartimos con Zeferino la utopía de cambiar la sociedad, al emprender la lucha en la intensidad y el fragor de los movimientos sociales urbano-populares en Nuevo León y en México. Aquí el movimiento aglutinó a colonos, posesionarios, inquilinos, comerciantes, choferes, músicos, maestros, profesionistas, estudiantes, trabajadores de la construcción, obreros, campesinos y todos juntos construimos sueños, esperanzas e ideales firmes por lograr la transformación.

     

     Nuestro anhelo era alcanzar un gobierno más democrático, más justo y más libertario, que garantizara la igualdad de oportunidades para todos y todas.

Zeferino como líder social, al igual que quienes encabezamos el movimiento, sufrimos represión, persecuciones, encarcelamientos y reiterados enfrentamientos desventajosos de piedras contra balas, con saldos trágicos de muertos, desaparecidos, lisiados y heridos. Nunca se logró que el gobierno entendiera que la problemática del pueblo trabajador y de la gente desposeída, debía dársele solución con políticas sociales y no con represiones sistemáticas.

     Aun así, con estilos de liderazgos sociales como el de Zeferino, de trabajar con el ejemplo, fuimos construyendo en los tiraderos de basura de Monterrey la esperanza de una vida digna para miles de familias precarias.

     

     Zeferino fue ejemplo de tenacidad, trabajo, disciplina y de conciencia de clase. Su origen humilde le dio esa congruencia y lealtad a los suyos y a sus ideales. Su innato liderazgo surge de las entrañas del movimiento, jugando un papel determinante en la conformación y fundación del Frente Popular “Tierra y Libertad” en 1976, organización donde siempre fue uno de sus pilares.

     

     Posteriormente, en 1989, destacó como fundador de la Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular (la CONAMUP), que aglutinó todos los movimientos urbanos autónomos del país. Y, en 1986, en Managua, Nicaragua, fue parte de la delegación mexicana para fundar el FCOC (Frente Continental de Organizaciones Comunales de América Latina y del Caribe).

     

     En 1990 su participación fue clave como dirigente fundador del Partido del Trabajo, donde como consecuencia de su liderazgo nato en la comunidad y en las organizaciones populares, la dinámica del movimiento lo colocaron en la lucha electoral y la gente le confió su voto para que los representara como regidor en Monterrey y en Guadalupe y como diputado local en Nuevo León.

En plena edad adulta su afán de superación lo llevó a terminar la Preparatoria, a concluir su carrera de Licenciado en Derecho y a realizar una Maestría en Procesos Electorales. Todo ello, con la intención de prepararse para servir mejor a los sectores que siempre representó y al pueblo de Nuevo León.

     Durante 30 años se destacó como distinguido miembro de la dirigencia estatal de nuestro instituto político. En su calidad de militante y de activista social fue un protagonista fundamental en marchas, manifestaciones, caravanas, plantones, mítines y demás formas de lucha y de protesta por la solución de demandas y necesidades de la gente.

     A todos nos demostró que fue un compañero respetuoso y muy aguerrido luchador, incluso por su vida frente al coronavirus. Durante cerca de seis meses nos dio muestra de fe y fortaleza en su enfermedad, al grado de cumplir la promesa que nos hizo de regresar a los trabajos legislativos... aunque no en forma presencial.

     

     Compañeros como Zeferino son hombres que nunca mueren. Él seguirá en nuestro espíritu de lucha y de rebeldía, así como en el corazón de todos aquellos que nos conquistó su sencillez y su gran compañerismo, especialmente entre quienes compartimos el ideal de que ¡otro mundo mejor es posible!

Nuestro compañero y amigo vive ahora su vida nueva… que brille para él la luz eterna.

     ¡Hasta la victoria siempre Zeferino!



« Lupita Rodríguez Martínez »