Opinión Editorial
Fue en un shabat, hace un mes
Publicación:14-11-2023
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Las atrocidades de ambos lados recaen en la población civil, en inocentes atrapados en una guerra histórica que ha durado décadas
El ataque de Hamás fue una sorpresa, ya que atacaron a civiles en sus propias casas, especialmente en los kibutz, que son centros comunitarios en Israel y representan las bases ideológicas y estructurales del Estado de Israel. Las cifras proporcionadas por Israel indican que hubo más de 1.400 asesinados y 200 secuestrados, incluyendo niños, jóvenes, mujeres y hombres. Esto ocurrió el sábado 7 de octubre, hace más de un mes, en un día sagrado para los judíos, reservado para las plegarias, es decir, un shabat.
Un mes después de este acto terrorista por parte de Hamás, los ataques continuaron diariamente a través de bombardeos aéreos por parte del poderoso ejército de Israel en el territorio de la Franja de Gaza, dirigidos contra la población civil palestina. Se estima que ha habido más de 10,000 muertos, incluyendo ataques a hospitales y escuelas, donde han muerto niños, mujeres, enfermos y ancianos. Además, se impuso un bloqueo total en la zona, lo que ha llevado a la escasez de suministros básicos para sobrevivir.
Si antes del ataque sorpresivo de Hamás, la Franja de Gaza era como una enorme cárcel controlada por el ejército israelí, ahora se está convirtiendo en un lugar sin límites para la violencia y la barbarie. Una ciudad en ruinas, envuelta en humo, bombardeos, llantos y, en algunas zonas, un cementerio donde muchos de los muertos son niños. Casi 4.000 infantes han sido asesinados en los ataques de Israel.
Las atrocidades de ambos lados recaen en la población civil, en inocentes atrapados en una guerra histórica que ha durado décadas. Las únicas voces son las de políticos insensibles y un grupo terrorista salvaje y brutal como Hamás. A pesar de que "el paladín" de la justicia en el mundo, Estados Unidos, ha pedido a Israel una pausa en los ataques y ha enviado ayuda humanitaria, también ha hablado de destruir al grupo terrorista. El presidente y el secretario de estado de EE.UU., Biden y Blinken, estuvieron en Medio Oriente en busca de una solución, pero no parece que esta barbarie tenga un fin próximo.
Las organizaciones internacionales como la ONU hacen un llamado al cese al fuego. El Papa Francisco, en una misa, recuerda los horrores de una guerra que no respeta a niños, mujeres y gente civil en general, inocente. Aunque la comunidad internacional hace pronunciamientos a favor de la paz, los sonidos de guerra no permiten que ninguna voz sea escuchada.
Se ven lejanos los tiempos de paz; la distancia de Occidente al Medio Oriente es mucha. Las voces de dolor de miles de civiles que sufren no llegan e incluso en la misma zona de Gaza, ante la atrocidad tangente de la muerte de miles de niños, el grito más agudo del dolor se paraliza para refugiarse en una especie de cementerio infantil que se ha vuelto el territorio de Gaza. Solo nuestra oración queda en un shabat o cualquier día.
« José Luis Galván Hernández »